La esteatosis hepática, conocida popularmente como hígado graso, es una condición reversible, pues al modificar hábitos inadecuados de alimentación, eliminar el alcoholismo y tabaquismo desaparece el padecimiento.
Según especialistas se clasifica en dos tipos: hígado graso no alcohólico e hígado graso por alcohol. El primero puede ser causa de cirrosis, obesidad, diabetes tipo ll, colesterol elevado, síndrome metabólico, niveles altos de triglicéridos…, y el segundo por beber alcohol en exceso.
Habitualmente ese órgano posee pequeñas cantidades de grasa que compone alrededor de un 10 por ciento de su peso, y cuando sobrepasa ese valor es considerado un hígado graso.
La particularidad de esa condición es que los síntomas al no ser tan evidentes pueden confundirse con los de otras patologías. Al agudizarse el trastorno aparecen signos de alerta como ácido úrico, colesterol y triglicéridos elevados, caída del cabello, acné, verrugas en cuello y axilas, ronquido, pérdida de apetito, dificultad para concentrarse, náuseas, entre otros.
Lo cierto es que cuanto más grande y prolongada es la acumulación de grasa, mayores son los riesgos de lesión hepática, pues las células del hígado pueden sufrir daños inflamándose y evolucionar hacia una hepatitis y, en el peor de los casos, a una cirrosis.
Sin embargo, llevar una dieta sana y utilizar remedios naturales pueden evitar complicaciones. Aquí van algunos consejos:
Agregar zumo de limón (considerado uno de los limpiadores del organismo más eficaces) al té, ensaladas, bebidas y otras preparaciones a la hora de consumirlas, ayudará a eliminar la grasa acumulada en ese órgano. El jengibre también en té sirve para reducir los triglicéridos.
Y no olvidar cocer los alimentos con poca grasa, disminuir los lácteos, consumir frutas, verduras frescas, fibras y proteínas saludables (pollo, pescado, avena, arroz integral, acelga, zanahoria, naranja, piña…) que posibilite la absorción de grasa en el organismo y ayude al metabolismo. En ello consiste la clave para mantener el hígado sano.
Comentarios
En el parrafo que empieza:
Lo cierto es que cuanto más grande y prolongada es la acumulación de grasa, mayores son los riesgos de lesión epática
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