f0031385A partir de mayo, con la llegada de las lluvias y las altas temperaturas durante todo el verano, el riesgo de contraer enfermedades de transmisión digestiva es mayor, por lo que urge adoptar medidas para evitarlas.

La patología se transmite por bacterias y virus que se propagan a través de las heces fecales, y su posterior ingestión con los alimentos y el agua no sometida a proceso de desinfección. Generalmente se adquiere por las manos contaminadas.

Diversos virus causan diarrea y puede llegar a ser grave, como por ejemplo, causar deshidratación. Se plantea que las bacterias y los parásitos constituyen los agentes más importantes de las enfermedades de transmisión digestivas en los niños.

En Cuba, mediante los programas Materno-Infantil y del Adulto Mayor, y a los múltiples esfuerzos del Ministerio de Salud Pública, se ha producido en el país una disminución sustancial de la mortalidad por esa causa, aunque la morbilidad constituye todavía un problema sanitario, cuya prevención es tarea priorizada del médico y enfermera de la familia.

Pablo Proenza Rodríguez, responsable de Alimento y Nutrición, en el Centro provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología en Guantánamo, explicó que las estrategias para la adopción de medidas, y mantener controladas las infecciones gastrointestinales están trazadas: lo primero, vigilar el cumplimiento de lo estipulado a la hora de elaborar y expender alimentos, tanto en establecimientos estatales como en particulares.

Está indicado estatalmente disminuir la producción de dulces con crema (merengue), y los autorizados a venderlos deben adoptar estrictas medidas de higiene para su traslado, mantenerlo a temperatura adecuada, y no ofertarlo a la población después de más de dos horas de elaborados.

Las ensaladas frías deben hacerse con mayonesa industrial, porque las caseras pueden contener salmonela, y se recomienda utilizar agua hervida o tratada para los refrigerios.

Alertó a la población a no consumir en la calle comida que ofrezcan inseguridad por su aspecto y olor, y a mantener en sus hogares la inocuidad de los alimentos.

La prevención está en la práctica de correctos hábitos higiénicos individuales y colectivos: en la higiene personal (lavar con agua y jabón las manos después de ir al baño o al llegar de la calle); el cuidado de los alimentos (evitar recalentarlos; alejar en el refrigerador los crudos de los elaborados; lavar bien los vegetales, hortalizas y frutas); hervir el agua durante tres o cuatro minutos a partir de la ebullición y tratarla con hipoclorito de sodio al uno por ciento (de tres a cuatro gotas por cada litro).

El especialista insistió en no confundir los episodios de diarreas virales con la intolerancia a determinados alimentos, vigilar, sobre todo, a los menores y a personas de la tercera edad, por ser los más vulnerables. Y ante cualquier síntoma acudir de inmediato al médico de familia.

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