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Anh Wright“La mentira es un –no el único– recurso conque el Imperio intenta imponerle al mundo su visión hegemónica y regresar a los peores momentos de la guerra fría. Agrede a Siria, sanciona y amenaza a Irán, pretende regresar la Doctrina Monroe a América Latina y continúa con sus provocaciones a Rusia y a China”.

El razonamiento del político y dirigente cubano, Víctor Gaute López, me ahorra tiempo, porque encaja perfectamente como preámbulo de la entrevista que Venceremos obtuvo de Anh Wright, ex diplomática y ex coronela estadounidense.

Es una oficial retirada del ejército norteamericano, en el que permaneció durante casi tres décadas antes de laborar más de un lustro en el servicio exterior. Tal vez, haber conocido de cerca áreas claves del quehacer de su país, le permite entender, como pocos, la dimensión del peligro que acarrea esa política.

No se lo pregunté, pero intuyo que ha de existir algún nexo entre su experiencia y la decisión de Wright de entregarse a la lucha por la coexistencia pacífica. Es el empeño que la trajo a Guantánamo, involucrada en la delegación de pacifistas estadounidenses al Sexto Seminario Internacional por la Paz y la Abolición de las Bases Militares Extranjeras.

Anh Wright nos regala minutos de uno de los recesos del evento en la Universidad de Ciencias Médicas de la provincia más oriental de Cuba. Es amable, cordial y optimista. Todo eso se deletrea en la mirada. Pero, de vez en vez algunas trazas de inquietud surcan el azul de sus ojos, mientras responde ciertas preguntas. Le preocupa el rumbo que están tomando los acontecimientos en Europa, donde la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan), arrastrada por los Estados Unidos, continúa acercándose a la frontera rusa.

— Es muy peligroso, existe una escalada por parte de algunas naciones escandinavas y de Europa del Este en una parte de la frontera de esos países con Rusia. Estados Unidos y la Otan instalaron bases militares en Rumanía, Polonia y Lituania, entre otras; se han excedido. Allí ensayan una de las mayores maniobras bélicas de estos tiempos. Fíjate que hasta el nombre del ejercicio –Anaconda– sugiere un propósito peligroso: la serpiente poderosa (EE.UU.- Otan) asedia y rodea a su posible víctima, trata de inmovilizarla y estrangularla.

Rusia, que tiene razones para estar preocupada y no cruzarse de brazos, cuenta con un poderío nuclear respetable. Norteamérica, por su parte, tiene armas atómicas en Alemania, Italia y el Reino Unido, y también muchos submarinos distribuidos en todo el mundo; es un riesgo.

— ¿Cómo detener el peligro?

— Alertando, movilizando.

— ¿Entre los militares estadounidenses y hacia el interior de su sociedad existe percepción del riesgo que implica toda esa conducta de su gobierno?

— No. Lamentablemente no. Muchos en EE.UU., incluidos militares, ni siquiera conocen que tales ejercicios se están realizando, ni a donde podrían conducir. Nosotros, los pacifistas, tenemos que dar a conocer la realidad de esas acciones que se desarrollan detrás de las cámaras, porque el gobierno de los EE.UU. evita que se conozca lo que en realidad ocurre.

— Y los medios de comunicación, ¿no divulgan la verdad?

— Los medios son cómplices de todo ese silencio. Por eso los activistas por la paz realizamos actividades dentro de los Estados Unidos, sobre todo en Washington DC, para alertar sobre lo que ocurre.

En ocasión de cumplirse el aniversario 70 de la Otan hicimos un simposio y promovimos otras acciones para dar a conocer la naturaleza y propósitos de la organización, así como el peligro de los pasos que está dando hoy, sobre todo en Europa.

Pero, excepto las ocasiones en que alguna personalidad importante hace acto de presencia en algunos de los encuentros, los medios de comunicación no se hacen eco de esas acciones en favor la paz y en defensa de la verdad.

— Usted, además de su ponencia acerca de las relaciones EE.UU.-Otan-Rusia, ¿trae alguna otra propuesta al evento?

— Sí. Traemos una disculpa para el pueblo de Cuba por todas las acciones agresivas en su contra que está cometiendo el gobierno de mi país. En primer lugar, el hecho de mantener en Guantánamo la base militar, sin el consentimiento del pueblo y gobierno cubanos, además de los prisioneros que todavía se mantienen en esa base (40 en total).

Nuestra disculpa está motivada también por las nuevas sanciones económicas asociadas al bloqueo, incluida la aplicación del título III de la ley Helms-Burton. A los cubanos les presentamos un desagravio sincero, con el cual, lo sabemos, no podemos cambiar las cosas como quisiéramos. Eso no va a modificar la conducta agresiva de la administración norteamericana.

Obama tomó una actitud positiva en las relaciones con este país y algunas cosas mejoraron, ahora Trump hizo retroceder todo lo hecho. Nosotros trabajamos para ver si nuestras acciones rescatan esos cambios positivos en las elecciones del 2020. Esperamos lograrlo.