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aeropuerto base naval

La ilegítima base naval estadounidense, enclavada en el territorio cubano usurpado desde 1903,  provoca impactos negativos en los suelos del valle de Guantánamo, principal fuente de alimentos de esta ciudad, la sexta más poblada del país.

El criterio lo expuso el Máster en Ciencias Mario Montero Campello, durante el taller provincial de enfrentamiento a la sequía, que sesionó en la capital provincial, auspiciado por la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción (UNAICC), y las delegaciones del Instituto Nacional de  Recursos Hidráulicos (INRH) y del CITMA.

Durante el encuentro, en el cual se dio a conocer  la estrategia del INRH  para el enfrentamiento a la sequía que azota al territorio desde 2014,  el científico subrayó que las instalaciones de la  zona militarizada por un ejército foráneo obstruccionan el drenaje de la cuenca formada por los ríos Guantánamo y Guaso, y sus respectivos afluentes.

Explicó que esas aguas desembocan en la rada guantanamera, una de las mayores de nuestro país (122 kilómetros cuadrados de extensión) y en cuya bolsa exterior está ubicado el enclave norteño, el cual ocupa contra la voluntad popular casi la tercera parte del accidente marítimo.

El ex integrante de la delegación cubana en la Convención Mundial de Lucha Contra la Desertificación y la Sequía,  calificó  la base norteña,  convertida desde principios del actual siglo en antro de torturas, como obstáculo formidable a los planes de desarrollo económico y social de Guantánamo, al afectar un  recurso que junto al agua y los bosques conforman el patrimonio natural de una nación.

La quinta parte de los suelos del valle, especificó Montero Campello, se encuentran por debajo de la cota de 10 metros, en contacto estrecho con el manto freático. A  esa desventaja se suman la existencia de obras ingenieras en la base que impiden el drenaje adecuado de la zona, y favorecen los procesos de salinización secundaria, en perjuicio de los rendimientos de los cultivos.

Los suelos cenagosos que lindan con el perímetro fronterizo constituyen una transición de los ecosistemas terrestres y marinos, de gran interés científico, pero no han podido ser estudiados por la ciencia cubana, debido a la existencia de esa frontera artificial impuesta por Estados Unidos, acotó.

El deterioro ambiental del valle data, según expertos, desde el inicio de la construcción del enclave, cuando se desbrozó  la vegetación original, con la consiguiente compactación del suelo, agravada además por la explotación de los yacimientos de arena de Malabé, pertenecientes hoy al municipio Niceto Pérez.

La ingeniería militar norteña no perdió tiempo en la creación de campos de tiro, espigones y aeropuertos, que luego fueron ampliados, en detrimento del medio ambiente de Cuba y de su soberanía, sentenció el ponente.

vista base naval