1tren habana santiago cubadebate ismael franciscoSi bien las estadísticas señalan un incremento en la transportación de pasajeros a nivel nacional; los números están muy lejos de equipararse a sus mejores indicadores, correspondientes a los años “dorados” del siglo pasado.

En 2016 la cifra de pasajeros transportados por diferentes modalidades en el país escaló hasta los 2 044,4 millones. Según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), en su publicación de mayo de 2017, Transporte. Indicadores Seleccionados, el mayor número (954,8 millones) de personas desplazadas estuvo a cargo de los ómnibus de uso público.

Igualmente, los datos apuntan que, dentro de la clasificación de medios convencionales, las cantidades relacionadas con el transporte aéreo, marítimo y ferroviario resultaron las menos significativas, con un valor de 1.2, 4.4 y 7.8 millones de pasajeros, respectivamente.

En el caso particular del transporte ferroviario, las cifras de la ONEI demuestran que esta modalidad está muy lejos de alcanzar su valor máximo de transportación de pasajeros, cuando en 1992 se movieron 33 millones de personas por esta vía.

Los números vuelven a ser poco alentadores para este sector, ahora, frente al concepto de carga transportada. En este sentido, el informe destaca que en 2016 se desplazaron un total de 100 774 toneladas y que, de este total, el 78,5 % fue trasladada por camiones, mientras que solo el 15 % estuvo a cargo de los ferrocarriles.

Esta decadencia no resulta un fenómeno exclusivo de Cuba, expertos consideran que “si el ferrocarril no sube es porque —a la luz de la era moderna— la carretera es más competitiva y se lleva el mercado”.

Sin embargo, al desarrollo de este método convencional de transportación pueden ser asociadas muchas ventajas: bajos índices de mortalidad por accidentes, menor ocupación de suelo, baja contaminación, menores necesidades energéticas para su operación, entre otras mejoras que, vistas desde la realidad de nuestra economía nacional, son lo suficientemente apreciables.

Y es que, dadas las características de nuestra isla, larga y estrecha, con una longitud superior a los 1 000 kilómetros, económicamente no hay, en grandes distancias por tierra, ningún sistema de transportes superior al ferrocarril, tanto para carga como para pasaje.

ESCARAMUZAS DE UN SECTOR

El sistema ferroviario que encontró la Revolución tenía más de 100 años. Era el año 1837 cuando quedó inaugurado el primer tramo, de La Habana a Bejucal (actual provincia de Mayabeque), y nuestra nación pasaría a la historia entre los diez primeros países donde se construyó el ferrocarril; y ocuparía el primer lugar en América Latina. Hay quien asegura, incluso, que Cuba tuvo un ferrocarril antes que España.

Llega el siglo XIX, y en un contexto, esta vez, no tan alentador, diputados cubanos de la comisión de Atención a los Servicios, que sesionó durante el noveno periodo ordinario de sesiones de la VIII legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, ponen al centro del debate el comportamiento y la calidad de los servicios en la transportación ferroviaria en el país.

Baja disponibilidad técnica de las locomotoras, insuficiencias del parque de equipos ferroviarios de carga, mal estado de las vías e incumplimiento en los planes de mantenimiento, describen la compleja situación de este sector en el país.

A pesar de la puesta en marcha, en 2016, de una serie de normas y procedimientos sujetas a los Programas de Perfeccionamiento, Recuperación y Desarrollo del Sistema Ferroviario, fuentes acreditadas en el sector reconocen que no se pudieron ejecutar las inversiones. Siendo así, la reparación y reposición del material rodante, la modernización de las instalaciones de talleres, Centros de Carga y Descargas, la reparación y modernización de la infraestructura vial, entre otras actividades, se vio limitada por motivos inherentes a la contratación, aspectos organizativos y de dirección.

De igual forma, el incumplimiento de los planes de transportación de carga y de pasajeros, acarreó importantes pérdidas a la economía del país e insatisfacción en la población. En relación con los usuarios permanecen insatisfacciones relacionadas con la calidad de los servicios, sobre todo por la falta de información, los desvíos de la recaudación y el deficiente confort en las estaciones, agencias y coches.

ESTRATEGIA DE PAIS

Ante la demanda apremiante no cejan los esfuerzos a nivel de país. Según Eduardo Hernández Becerra, vicepresidente de la Unión de Ferrocarriles de Cuba, actualmente se lleva a cabo un reordenamiento de los talleres para la atención técnica al parque de locomotoras y vagones, así como un ajuste del esquema de trenes principales a partir de la incorporación de locomotoras que se quedaron disponibles en la actividad cañera. Mientras, se trabaja en el aumento progresivo del confort de los coches, la mayoría con unos 25 años de explotación.

Por su parte, Eduardo Rodríguez, viceministro de Transporte, recalcó que, a pesar de la situación financiera del país y el impacto notable del bloqueo, se desarrolla un ambicioso proceso inversionista para modernizar la infraestructura ferroviaria, adquirir y reparar el material rodante, así como, para modernizar los talleres. En este sentido se prevé recuperar 1068 kilómetros de vías y reconstruir más de 350 obras de fábricas.

Incentivar inversiones para la adquisición de 308 coches de pasajeros y garantizar la modernización de los talleres para el mantenimiento y reparación de los mismos, es otra de las acciones que se pretende encausar a partir del 2017; y se requiere además la compra de unos 300 ferrobuses y 75 locomotoras de mediana y baja potencia, agregó Rodríguez.

El plan —puntualizó-—comprende la importación de más de mil vagones de cargas, la reparación de unos 1300 y la modernización del taller de Sagua la Grande, entre otras acciones.

No obstante, los logros a partir de la implementación de esta estrategia no serán tangibles hasta transcurrido un periodo de cinco u ocho años. Sin embargo, aunque pudiera resultar poco creíble la posibilidad de arrasar con tantos contras en este lapsus de tiempo, lo importante es el reconocimiento, a nivel de país, de este sector como agente de indiscutible importancia en el crecimiento de la economía nacional, primicia que incentivó un día la introducción de tan avanzada tecnología en una remota colonia tropical de España.

Tomado de Cubahora

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