Fidel Castro Crimen de Barbados 1 de agosto de 1998 580x376El 6 de octubre de 1976 la historia de Cuba vistió luto. La destrucción en pleno vuelo de un avión de Cubana cobró la vida de las 73 personas a bordo. Barbados es uno de los actos más sangrientos y dolorosos que ha vivido la mayor de las Antillas. Solo el valor de un líder, solo el calor un pueblo herido, compacto y firme tras la noticia, mantuvo en pie a las familias de las víctimas. Cada 6 de octubre, el pueblo de Cuba recuerda.

Ese mismo mes y año, el día 15, en el acto de despedida de duelo de las víctimas, efectuado en la Plaza de la Revolución José Martí, nuestro comandante expresó:
“No podemos decir que el dolor se comparte. El dolor se multiplica. Millones de cubanos lloramos hoy junto a los seres queridos de las víctimas del abominable crimen. ¡Y cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!”

“El imperialismo, el capitalismo, el fascismo, el neocolonialismo, el racismo, la brutal explotación del hombre por el hombre en todas sus formas y manifestaciones, se acercan al ocaso en la historia de la humanidad, y sus enloquecidos servidores lo saben; por eso sus reacciones son cada vez más desesperadas, más histéricas, más cínicas, más impotentes. Solo eso puede explicar crímenes tan repugnantes y absurdos como el de Barbados”.

Un año después, en discurso pronunciado en la Inauguración de la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar (EIDE) de la provincia La Habana, recordó: “Hay un campo, sin embargo, en que los pueblos se pueden resarcir de heridas tan profundas. Y hay un castigo para los contrarrevolucionarios peor que todos los demás castigos, y es la propia Revolución, sus esfuerzos, sus éxitos, su marcha victoriosa.”

“Hay un castigo para los criminales mayor que ningún otro, y es cuando el crimen que pensaron convertir en un arma para desalentar al pueblo, para atemorizar al pueblo, se convierte en energía para el pueblo, en fuerza para el pueblo, y en la multiplicación del valor del pueblo. Hay un castigo al que no se resignarán jamás: la derrota de sus ideas”.

En la inauguración del Monumento a las víctimas de Barbados, 1 de agosto de 1998, afirmó en su discurso: “Lo que nunca podrán imaginarse aquellos que cometen grandes crímenes contra los pueblos en la embriaguez de su impunidad y en el carácter efímero de su poder, es que la verdad siempre se abre paso más tarde o más temprano.”

Este día, declarado como Día de las Víctimas del Terrorismo de Estado, en un discurso en la Tribuna Abierta de la Revolución, en 2001, y en conmemoración al aniversario 25 del crimen, dijo Fidel: “Nuestros hermanos muertos en Barbados ya no son solo mártires; son símbolos en la lucha contra el terrorismo, se yerguen hoy como gigantes en esa batalla histórica para erradicar el terrorismo de la faz de la Tierra.”

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