1 xfm habana irma cubahora 01El cambio climático se manifiesta en diversa transformaciones climáticas tales como en el aumento de la temperatura media global, modificaciones en el patrón de precipitaciones, alza del nivel del mar y  modificaciones en los patrones de eventos climáticos a extremos.

Cada vez más experimentamos el aumento de las sequías, las inundaciones, y de manera más frecuente los eventos extremos meteorológicos, provocados por el aumento del calentamiento global.

El Caribe se distingue por una diversidad biológica singular y ecosistemas sumamente frágiles bajo la jurisdicción de un grupo de países y pequeños Estados insulares en desarrollo, que dependen esencialmente de sus zonas marinas y costeras.

Por ello enfrenta problemas como la contaminación, los accidentes marítimos y una inadecuada gestión de desechos y lastrado, que provocan la degradación del medio ambiente a través de la decoloración de corales, la contaminación de recursos y la perturbación de ecosistemas.

Igualmente, la región enfrenta dificultades como la gestión de desechos tóxicos, la ordenación de los recursos hídricos y la degradación del suelo, los cuales se exacerban como consecuencia del cambio climático, la elevación del nivel del mar y la mayor erosión de las costas.

Esos problemas y, en particular, la limitada capacidad y los impedimentos financieros que sufren los países y territorios del área, aumentan la dificultad de la ordenación sostenible de una zona de gran diversidad.

Otro de los elementos que inciden negativamente, es la exposición y la vulnerabilidad a los desastres naturales. Según el Banco de Desarrollo del Caribe, en el periodo 1988-2012, las pérdidas materiales por este concepto ascendieron a más de 18 billones de USD.

Urge trazar estrategias, tanto a nivel nacional como regional y global, para abordar las causas subyacentes de la pérdida de la diversidad biológica. Para ello se hace necesario incorporar activamente en este esfuerzo a los gobiernos y la sociedad, reducir al mínimo los impactos sobre la biodiversidad, preservar los ecosistemas, especies y promover su uso sostenible garantizando un acceso justo y equitativo a los bienes y servicios que deriven de su utilización.

“Los desafíos del siglo XXI nos obligan a unirnos para enfrentar juntos los desastres naturales, los efectos del cambio climático, concertar enfoques sobre la agenda de desarrollo post-2015 y, en especial, para enfrentar colectivamente los mecanismos de dominación que nos impone el injusto sistema financiero internacional”, dijo el presidente cubano Raúl Castro Ruz durante la V Cumbre CARICOM-Cuba en La Habana 8 de diciembre de 2014.

Caricom es la voz de sus 15 Estados miembros, los cuales sufren los azotes de intensos eventos meteorológicos aunque en conjunto solo son responsables del 0,3 por ciento de las emisiones contaminantes del planeta.

CUBA, ACCIONES EN LA REGIÓN

El compromiso y accionar de Cuba al interior de la Comunidad del Caribe (Caricom) para enfrentar los efectos del cambio climático se evidencia en las iniciativas del gobierno cubano para mitigar el impacto de este fenómeno que amenaza la existencia de los pequeños Estados insulares.

Entre ellas está la creación en junio de 2013 en La Habana de un Centro de Capacidades para la reducción de riesgos de desastres y la adaptación al cambio climático (CRDAC). Desde entonces el proyecto ha capacitados y entrenado 35 actores de los países de la región del Caribe y 375 cubanos.

En octubre de 2015, un primer curso Enfoque y herramientas para la gestión de riesgos de desastres y la adaptación al cambio climático en función del desarrollo sostenible, acogió a 12 funcionarios de 10 países y 2 de Organismos Subregionales (Organización de Estados del Caribe  Oriental y de la Agencia de Administración de Emergencias de Desastres del Caribe (CDEMA, adscripta a CARICOM).

En igual mes de 2016,  tuvo lugar un segundo curso La gestión de riesgos de desastres y la adaptación al cambio climático para potenciar la capacidad de resiliencia en comunidades y ecosistemas de la región del Caribe, al cual asistieron 13 estudiantes de 11 países y dos de organismos subregionales.

La V Cumbre Cuba-CARICOM, realizada en la Habana en diciembre de 2014, constituye la base de los trabajos de Cuba en este ámbito.

Uno de los elementos que más afecta a nuestra región, es su creciente vulnerabilidad y exposición a los desastres naturales,  los cuales ocasionan pérdidas de vidas y daños millonarios. La catástrofe originada por el paso de los huracanes Irma y María y el terremoto en México han sido una prueba más de los desafíos que impone el cambio climático. Se evidenció otra vez la necesidad de la solidaridad y la participación de todos y de la comunidad internacional para la recuperación, reconstrucción y desarrollo.

De cara a tal problemática, Cuba ha abogado por un mayor compromiso de todos los países en el enfrentamiento al cambio climático. Durante la XXI Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21) celebrada en París en 2015, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros alertaba:

“No se pueden combatir los efectos del cambio climático obstaculizando el desarrollo de los que más lo necesitan ni los esfuerzos nacionales para erradicar la pobreza y el hambre en una extendida geografía de nuestro planeta”.

EL PLAN DE UN PAÍS

Los efectos del cambio climático se muestran devastadores en Cuba. El calentamiento del planeta ha provocado la subida de un grado centígrado en la temperatura, la subida del nivel del mar y la merma en los abastos de agua potable. De las 500 playas arenosas del país, el 82% tiene indicios de erosión,  mientras que la línea de costa está retrocediendo 1,2 metros como promedio cada año.

En Cuba el ambiente es tema central y el desarrollo sostenible entró definitivamente a la agenda del Estado. El proceso reciente de apertura económica del país y el impulso del turismo en la isla caribeña vienen acompañados de una atención creciente destinada a la preservación ambiental.

De ahí que en abril de este año, el Consejo de Ministros de Cuba aprobó el “Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático”. El llamado Tarea Vida tiene como base los resultados de una serie de estudios conducidos en los últimos años por un conjunto de institutos de investigación vinculados al gobierno cubano.

El plan tiene dos ejes principales que apuntan a la mejor adaptación del país al cambio climático: el aumento del nivel del mar en la zona costera y los riesgos de eventos extremos y desastres naturales en el país.

Para lidiar con estos temas, una serie de medidas ya están en curso, como los estudios de riesgo y de impacto, el monitoreo integral de la zona costera, los proyectos sectoriales y el ordenamiento territorial. Además de eso, el plan prevé una mayor inversión en el desarrollo y uso de fuentes de energía renovables en Cuba.

Un plan que refleja la voluntad política de un país cuya contribución a las emisiones globales es mínimo —no rebasa el 0,08 %—, y aun así, el costo será alto por su condición de archipiélago.

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