Cuba EEUU

La secretaria asistente de Estado para los Asuntos del Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, aseguró este viernes que las diferencias entre Estados Unidos y Cuba no de­ben ser motivo para que ambos países carezcan de nexos diplomáticos.

En una conferencia de prensa organizada en la residencia del jefe de la Sección de Intereses de EE.UU. en La Habana, Jacobson pasó balance al resultado de las conversaciones sostenidas con la contraparte cubana el miércoles y jueves pasados para acordar los pasos para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y otros asuntos bilaterales.

Tras abordar los distintos enfoques que tienen las partes sobre aspectos como los modelos políticos, la democracia o el ejercicio de los derechos humanos, la funcionaria aclaró que su país tiene diferencias con muchos países, pero eso "no significa que no podamos tener relaciones diplomáticas".

Además, refirió que hay muchos otros te­mas de interés común sobre los cuales se puede avanzar ahora.

La funcionaria estadounidense dijo que las partes habían dado un "primer paso muy importante", pero el proceso hacia la normalización será largo y complejo, pues va más allá de la apertura de misiones diplomáticas.

"Queremos realmente superar 50 años de dificultades y de aislamiento de los dos países y los dos pueblos. Esto no podemos hacerlo en un día, ni en un mes". Sin embargo, enfatizó en que su país está cambiando la táctica o la forma de implementar su política pero no ha abandonado sus fines.

A una pregunta de Granma sobre cómo pensaba la parte norteamericana dar nuevos pasos mientras continuara en pie el bloqueo económico contra Cuba y su injusta inclusión en la lista de países patrocinadores del terrorismo, Jacobson aludió a la complejidad del sistema político de su país y la separación de responsabilidades entre el Ejecutivo y el Con­greso.

Precisó que el presidente Barack Obama ha dejado claro que desea que el Congreso ponga fin al bloqueo, pero señaló que el mandatario tiene poderes limitados para tomar esa decisión.

La revisión de la permanencia de Cuba en la lista de patrocinadores del terrorismo también está en la "mente" del presidente y el proceso se está implementando, aunque "es muy difícil saber exactamente cómo va a concluir", refirió respecto al otro punto que la parte cubana ha señalado que resulta necesario resolver para avanzar en la mejoría de los nexos bilaterales.

Sobre la voluntad de Obama de continuar utilizando las prerrogativas presidenciales para cambiar la aplicación del bloqueo, dijo que "él ha cambiado lo que ha podido" y también "ha cambiado los términos del debate".

Sin embargo, analistas consideran que el mandatario estadounidense podría ha­cer mu­cho más.
El propio presidente cubano, Raúl Castro, dijo en el discurso en la Asamblea Nacional el 20 de diciembre pasado que esperaba que el Pre­sidente de los Estados Unidos utilizara con determinación sus prerrogativas ejecutivas para modificar sustancialmente la aplicación del bloqueo, en aquellos aspectos que no requiera la aprobación del Congreso.

A pesar de que las regulaciones que entraron en vigor el 16 de enero pasado —que dan cumplimiento a las medidas anunciadas el 17 de diciembre del 2014— modifican la aplicación de algunos aspectos del bloqueo contra Cuba, no fueron abordados asuntos medulares. Entre ellos el uso del dólar por parte de Cuba en sus transacciones financieras internacionales, la adquisición en otros mercados de equipos y tecnología que contengan más de 10 % de componentes norteamericanos, la posibilidad de comerciar con subsidiarias de empresas estadounidenses en terceros países y las importaciones por EE.UU. de mercan­cías que contengan materias primas cubanas, entre otras.

Otro asunto sobre el que indagó este diario fue la contradicción de que ambos países conversen sobre cooperación para enfrentar el ébola, mientras Estados Unidos promueve la deserción de profesionales de la salud cubanos a través de una política de otorgar parole (residencia en Estados Unidos) a aquellos que abandonan su misión en terceros países.

Jacobson dijo que no estaba en los planes del gobierno cambiar esa política asumida durante el gobierno de George W. Bush a instancia del Departamento de Estado y que no está codificada en ley.

"El asunto refleja una perspectiva estadounidense y es un derecho soberano", recalcó.

Sin embargo, aclaró que si existen discrepancias al respecto el tema puede ser sometido a discusión.

Cuba y Estados Unidos acordaron sostener nuevas conversaciones en una fecha por determinar para continuar el proceso que conducirá al restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas en ambas capitales.

Las conversaciones recién concluidas sirvieron para ratificar la disposición de Cuba de con­tinuar sosteniendo con el gobierno de EE.UU. un diálogo respetuoso, basado en la igualdad soberana y en la reciprocidad, sin menoscabo a la independencia nacional y a la autodeterminación de nuestro pueblo.

Lo anterior implica el respeto al sistema político, económico y social de ambos estados y evitar cualquier forma de injerencia en los asuntos internos o amenaza a los elementos políticos, económicos y culturales de am­bos países, según ratificó en todo momento Josefina Vidal, directora general de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exterio­res y jefa de la delegación cubana.

Las jornadas de trabajo también sirvieron para confirmar que, como vecinos cercanos, Cuba y Estados Unidos pueden continuar cooperando en temas de interés común en beneficio de ambos países, la región y el mundo.

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