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La voz del mun­do se volverá a escuchar con claridad, cuando se efectúe hoy la vigésima tercera votación en la Asamblea General de las Na­cio­nes Unidas de un proyecto sobre la necesidad de levantar el bloqueo norteamericano contra Cuba.

Bajo el título Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos de América contra Cuba, el texto será sometido a la consideración de más de 190 estados representados en el organismo internacional.

Nadie duda de una nueva derrota de Washington, por lo que las expectativas se reducen al resultado definitivo del sufragio.

El rechazo al bloqueo estadounidense con­tra Cuba genera hoy en la ONU un inusual consenso entre países del Sur y del Norte, enlazados en la demanda de poner fin al unilateral castigo impuesto hace más de medio siglo.

Los embajadores de Bolivia, Ecuador, Ni­caragua y El Salvador ante la ONU condenaron el bloqueo estadounidense contra Cu­ba y vaticinaron un contundente rechazo al mis­mo en la votación.

Los diplomáticos coincidieron además en señalar el aislamiento de Washington en su unilateral hostilidad hacia la isla y las violaciones del Derecho Internacional y la Car­ta de las Naciones Unidas derivadas de tal conducta.

Merece destaque el acompañamiento de casi el mundo entero a esta causa, incluso la Unión Europea, gran aliada de Estados Unidos en otros temas, acepta que el bloqueo no tiene razón alguna de ser, advirtió en declaraciones a Prensa Latina el embajador ecuatoriano aquí, Xavier Lasso.

Por su parte, el representante permanente de Bolivia, Sacha Llorenti, señaló que la ine­quívoca postura de la Asamblea, el principal órgano de la ONU, no puede desconocerse.

El prolongado ensañamiento contra el pueblo cubano constituye una clara muestra de la urgencia de revolucionar las Na­cio­nes Unidas, en aras de que uno o dos gobiernos no sigan ignorando el reclamo mundial, afirmó.

Desde 1992 la Asamblea acoge anualmente un proyecto de resolución que demanda el fin del cerco económico, comercial y fi­nanciero vigente por más de medio siglo, iniciativa siempre respaldada de forma categórica por la comunidad internacional.

En­ la votación del 2013, 188 de los 193 miembros de la ONU pidieron el cese del castigo, que suele recibir calificativos de genocida, criminal, injusto, inmoral y herencia de la Guerra Fría.

Solo Estados Unidos e Israel votaron contra la iniciativa, mientras se abstuvieron Mi­cro­nesia, Palau e Islas Marshall.

La superpotencia con derecho al veto en el Consejo de Seguridad volverá al incómodo papel de nación cuestionada por sus actos, una muy rara situación para la Casa Blanca, pese a su amplio récord de decisiones al margen de la comunidad internacional.