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Fidel 1Ha surgido una pregunta, ¿y cuando muera Fidel?, que será del socialismo, qué será Cuba sin él, ningún dios ha proclamado la eternidad física del hombre, la historia ha demostrado que muchos llevan su nombre...

Estas líneas inician un poema dedicado al Comandante en Jefe Fidel Castro que declamaba cuando cursaba estudios de primaria en el seminternado Clodomira Acosta del Reparto Obrero, en la ciudad de Guantánamo, y que hoy me viene a la memoria.

Nunca ningún cubano concibió que el líder más internacional del mundo falleciera y recuerdo de pequeño cuando le aseguraba a mi mamá que Fidel era inmortal, que nunca iba a morir.

Este viernes en la noche recibí la triste noticia de que el Alejandro de la Sierra Maestra, uno de los entrevistados más difíciles, había desaparecido físicamente y con él, el hombre que me inspiró con su genialidad política, carisma y su prosa a ser periodista.

No lo podía creer, trataba de confirmar la noticia con quien pudiera, pero la rotunda y triste verdad se presentó ante mí confirmando uno de los pesares más grandes de mi vida: coño, ¡Fidel, ha muerto!

Ya muchos en sus escritos lo han dicho y lo confirmo desde mis letras, el gris del luto eterno se ha adueñado del día en la más oriental de las provincias de mi Cuba hermosa.

“Fidel murió”, “que su alma descanse en paz”, “agradezco tanto a Fidel”-, son algunos de los comentarios de la gente en la calle, otros simplemente las emociones los ataca y no pueden decir ni una palabra.

Por otra parte varios cubanos residentes en el exterior también han quedado consternados por la noticia y muestran su apoyo al pueblo cubano; otros solo tratan de replicar en las redes sociales comentarios agresivos y cargados de odio que no tiene nada de humanismo.

Fidel 2

No puedo imaginar cómo existen personas que pueden alegrarse cuando alguien muere, independientemente de quien fuera, cuando debía imponerse el respeto sin inmiscuir la política o el odio agresivo a quien guió a millones de cubanos a convertir nuestra patria en baluarte de libertad y paz.

Si me preguntaran que extrañaría de Fidel, primero me referiría a sus fervientes discursos que movilizaban a centenares de personas, sus certeras reflexiones en momentos necesarios, su voz experimentada y su barba que lo identificaba hasta en el lenguaje de señas.

Creo en el poder de la reencarnación, y es que ya Fidel, mi Fidel, vive reencarnado en mí, desde aquella tarde en que leí por primera vez de Tomás Borge, Un grano de Maíz. Y sé que Fidel vivirá en cada uno de los cubanos que aman esta tierra y se esfuerzan por construir un mejor país para todos.

Nueve días de luto vive el país, para mí y para muchos el luto será eterno. Desde aquí te digo Fidel que luchaste toda la vida por tu tierra y tu gente, eres imprescindible mi comandante, #HastaLaVictoriaSiempre.