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adrian artista plastica“La idea es retratar a 15 personalidades que apenas se conocen, pero constituyen símbolos y referentes de la plástica guantanamera”.

Para Adrián García Falcón, pintor de 23 años, Guantánamo es una ciudad privilegiada por la riqueza cultural que posee, especialmente en las artes plásticas. Por eso bajo el nombre Cuando los símbolos se imponen, este novel artista trae al público su primera exposición profesional inspirada en grandes exponentes de esta manifestación en el Alto Oriente.

Compuesta por 15 piezas, la misma figura entre las novedades de la XL Jornada de Artes Plásticas y Literatura Regino Eladio Boti en desarrollo del 5 al 8 de junio de 2018, en la urbe del Guaso.

 

Fuente inspiración

 

Proveniente de la última graduación de la antigua Academia de Artes Plásticas de Guantánamo, Adrián explica que con esta muestra comienza a perfilar un estilo propio, desde el punto de vista técnico (dibujo, retrato), conceptual y temático. A la vez que, salda cierta deuda con la historia en la provincia.

 

“La idea es retratar a 15 personalidades que apenas se conocen, pero constituyen símbolos y referentes de la plástica guantanamera, partiendo de Regino Boti, hasta maestros como Ángel Laborde, Guillermo Piedra Labañino, Ernesto Cuesta, Rogelio Martínez, George Pérez y Oscar Nelson.

 

“Esos hombres constituyeron la vanguardia de su tiempo, y muchos formaron a la mayoría de los artistas actuales en la desaparecida academia. Incluso yo recibí clases de algunos como Rogelio, cuando era pequeño.

 

“Cada dibujo mide 70 por 84 mm en cartulina. En ellos la figura va acompañada, en segundo plano, de alguna de las obras peculiares que realizaron y los distinguieron: el acualerismo de Boti, la espiral de Laborde, el Arte naíf de Oscar, o el paisajismo singular de Rogelio.

 

“Trabajo el rostro de esas personas casi fotográficamente, porque para mis dibujos recurrí a varias imágenes de ellos en busca de la expresión perfecta.

 

“El uso de símbolos pictóricos que los identifican, nace del intento por crear algo original, resultado de la investigación sobre cada personalidad y su quehacer, para contar y reflejar la riqueza estilística que los rodeaba.

 

“Otro detalle interesante es que ese trabajo será también mi tesis de licenciatura en Instructor de Arte, cuando concluya la fundamentación teórica, de manera que contribuya a la elaboración de folletos, sitio web o dossier con la información recopilada, para que esté al acceso de quien lo necesite.

 

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Un proyecto, la misma línea

 

Cuando los símbolos… a decir de su autor continúa la línea realista que defiende desde 2013, cuando para graduarse de la Academia realizara la muestra Apropiación de los bodegones holandeses, que usaba la naturaleza muerta a partir del vínculo entre elementos de comida chatarra actual con los de la época de los bodegones.

 

“Trabajé el bodegón holandés barroco del siglo XVII a detalle, eran casi idénticos a los cuadros originales modernos, y le incluí objetos contemporáneos como botellas de refrescos, postes de mayonesa. Siempre traté que la textura de los cuadros, transmitiese la sensación de satisfacción y gusto del paladar humano.

 

“Al final la acogida fue muy buena, se me reconoció la calidad de las obras y como resultado, algunas se exhiben en el comedor de la actual Escuela Profesional de Música Antonia Luisa Cabal, para el coleccionismo institucional.

 

“También dentro de la misma estética del realismo, me gusta jugar con las caricaturas, el paisaje rural y el agua, siempre con manchas al estilo de Vincent Van Gogh con matiz impresionista. Me gustan igualmente las cuestiones religiosas, y de polémica social.

 

“Aunque llevo cinco años de graduado, la mayor parte de mis obras han sido resultado de exposiciones colectivas como instructor de arte en la Jornada Boti, el concurso Vázquez Pubillones y en la Casa de Cultura en el evento Nivio Fernández in memoriam, porque hacer arte, para un joven hoy en Guantánamo, no es fácil por la carencia de materiales. Hay que tener pasión, de lo contrario pasa, como a otros de mi año, que cambiaron de profesión.

 

“Hoy tengo el orgullo de decir que mi vida no se limita solo a pintar para satisfacer cierto ego personal, sino que también como instructor sirvo a niños, jóvenes y ancianos al contribuir al desarrollo cultural en los barrios e incluso enseñé en las prisiones; y he quedado maravillado con la cantidad de talento local que he visto, porque me demuestran que el arte no tiene fronteras.