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 instructoraYuslaine fue reconocida como la mejor instructora de arte de la provincia Guantánamo en 2015.A Yuslaine Jiménez Jiménez de Castro no se le olvidan las palabras del Comandante en Jefe cuando dijo, en la primera graduación de Instructores de Arte, que estos eran los médicos del alma.

Es por eso que ha consagrado 11 años de su vida al desarrollo cultural de la comunidad maisiense de Sabana, y a su vez, como digno reconocimiento a su labor durante este tiempo, recibió esta semana el Premio Olga Alonso, máximo galardón que otorga el Centro provincial de Casas de Cultura, para reconocer los aportes significativos que realizan los instructores de arte en el campo sociocultural..

Desde que se graduó en 2005, Yuslaine en su poblado imparte talleres de apreciación y creación de las artes en la escuela primaria Félix Lugerio Pena Díaz, y aunque fue formada en la especialidad de danza, reconoce que “sus niños y jóvenes practican todas las manifestaciones”, específicamente en el proyecto Pequeño Relevo que ella creó y aúna a infantes desde preescolar hasta sexto grado.  

Su labor como principal promotora cultural de la localidad se ha extendido a otros grupos como A todo danzar, que reúne solo adolescentes y jóvenes y que a su vez es parte del proyecto comunitario Raíces; el cual coordina, y está integrado por otros instructores, promotores y aficionados del Consejo Popular Sabana, “en este último aparte de la danza como protagonista, logramos formar un grupo de música llamado Inspiración Turquino, y uno de teatro, nombrado Brisas”, añade.

La joven instructora de arte defiende con su labor, al servicio de la conservación de las expresiones de la cultura popular tradicional, la identidad cultural de la tierra maisiense, ya que, como ella misma aclara, “mis niños bailan además de los géneros populares, danzas típicas y tradicionales del municipio como La Puntillita y La Cañandonga”.

Precisamente defendiendo estos ritmos y bailes locales en abril del 2015 junto a Pequeño Relevo, Yuslaine compitió en la provincia de Villa Clara por la beca de creación danzaria “Sara Lamerán in memoriam” -que otorga el Centro Nacional de Casas de Cultura- en el que quedaron entre los tres finalistas del certamen pese a competir.

Aunque a veces le insatisface no tener un lugar propio donde puedan montar sus obras sin contratiempo, esta joven es de las instructoras que lo mismo ensaya en un aula, en la plazoleta de la escuela o en una casa.

Sabe que su rol es bien importante en la comunidad, por eso su mayor propósito es fomentar a capa y espada una cultura general integral entre los pobladores, e incorporar la mayor cantidad de artistas aficionados a sus proyectos.

Campechana y sencilla para Yuslaine no hay mejor comunidad que la de Sabana, muestra de la gran identificación que siente por su terruño, y la defiende desde las artes, alegre, positiva y dispuesta; altruismo y labor que recibe todo el apoyo de la población.

“Todo lo que realizan tanto los niños como los jóvenes es con esfuerzo propio, y sus padres colaboran mucho conmigo para la confección de los vestuarios y las escenografías de los montajes teatrales. Así los involucro a todos en esta experiencia cultural”, confiesa.

Al hablar de sus motivaciones, revela: “me inspira lo que vivo a diario con los niños y jóvenes, el descubrir sus talentos y desarrollarlos; contar con el apoyo incondicional de mi familia y de mi localidad. Me siento afortunada con el trabajo que realizo porque yo no lo hago para vivir, sino que vivo para trabajar”.

Con más de una década de trabajo, para Yuslaine alcanzar el Premio Olga Alonso “es muestra de que la provincia reconoce estos años que llevo laborando en y para el desarrollo artístico y cultural de Sabana”, y afirma que este lauro es un impulso a seguir adelante y ponerle más esfuerzo a su quehacer diario, tan necesario para curar el alma.