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edenis sanchez“No somos un país con grandes recursos materiales, pero sí con grandes recursos a niveles humanos y artísticos”, apuntó la actriz de origen santiaguero. Foto: Leonel Escalona Furones

Más de una década lleva interpretando la actriz Edenis Sánchez, el personaje de Sucel, en el gustado policíaco cubano de los domingos Tras la Huella. Sin embargo, según refiere la propia artista, no hay nada más alejado de su verdadera personalidad que la capitana que representa en dicha serie, encargada de examinar en los archivos digitales la información requerida por sus superiores.

“No tiene nada que ver conmigo”, asegura y continúa, “porque Sucel es una joven militar de estos tiempos encerrada en su mundo de las computadoras y enfocada en sus investigaciones y en su equipo de trabajo en el cual se refugia. No hay mucho más que una muchacha correcta y directa. Honestamente es un personaje creado a partir de estudios de otras capitanas reales con esas características. Además, soy muy mala para recordar nombres y números”, me expresó entre risas esta última parte.

Sin embargo en estos últimos capítulos que se transmiten de Tras la Huella, hemos visto una Sucel menos rígida…

Como seres humanos al fin, los actores hemos hablado y solicitado a nuestros guionistas y asesores que intenten reflejar otras situaciones cotidianas, porque todas las personas tenemos una vida privada. Por eso, ahora hay como sus pequeños inicios de amores y romances, que pueden ser o no; no puedo adelantar nada. Lo cierto es que hay un Vladimir Villar rondando y un Omar Alí celoso… pero eso está escribiéndose todavía.

“Pero es un personaje muy popular, recibo a diario muchos elogios”, dijo a esta reportera la artista santiaguera, invitada recientemente a Guantánamo a propósito de los festejos populares de agosto último.

Y no sospechaba Edenis que retornaría precisamente a este oriental territorio del país, que años atrás le facilitaría su entrada a la Universidad de las Artes (ISA), en La Habana

“Siempre tuve claro que quería ser artista, pero no eran mis pretensiones ser actriz. La vida me llevó a hacer dos veces las pruebas de captaciones del ISA, precisamente aquí en Guantánamo; aprobé la segunda vez, y no vine específicamente a realizar las pruebas de Teatro. Lo que en realidad quería era folclor o danza, pero cuando llegué, la única prueba era para Teatro-Dramaturgia, y me arriesgué”.

¿Cómo fue tu tránsito por la Universidad de las Artes ya estudiando la profesión?

“Nosotros los de provincia pasamos mucho trabajo a la hora de adaptarnos a la capital, pero desde mi primer año participé en todas las fiestas, los conciertos, y en cada evento cultural, porque en nuestro país tenemos el privilegio de que la cultura sea muy rica, y rápidamente me puse al tanto del ambiente artístico de La Habana.

“Una vez graduada ya tenía un camino recorrido; ya había hecho la novela Al compás del Son, estaba iniciándome en Tras la huella…, o sea, que fue graduarme para seguir ejerciendo con mi título en la mano lo que ya había comenzado desde la carrera”.

Precisamente el personaje Alelí, de la telenovela Al compás del Son te dio a conocer al público de la Isla…

“Fue mi primer personaje como actriz en la televisión y la verdad no esperé nunca que tuviera tal éxito…, y hoy en día cuando la veo nuevamente creo que las personas la están disfrutando más que cuando salió por primera vez.

“Y eso me llena de inmenso placer, porque tuve un buen comienzo gracias al trabajo de dirección de Rolando -el Chino- Chiong, que supo escoger un elenco de actores de lujo de todas la generaciones. Esa telenovela contó con un muy buen casting de actores y especialistas, tanto maquillistas, como directores de arte, etc.; es algo de lo que adolece ahora mismo el dramatizado cubano, lamentablemente”, apuntó.

E insistió: “Yo creo que Al compás del Son es el reflejo de lo que verdaderamente podemos llegar a hacer, sin muchos recursos. La telenovela se filmó aproximadamente hace 12 o 13 años atrás, e igual estábamos en circunstancias complicadas a la hora de la producción, porque no somos un país con grandes recursos materiales, pero sí con grandes recursos a niveles humanos y artísticos.

“Y ahí está el reflejo de lo que puede ser un buen producto artístico dramatizado. Yo estoy muy feliz de que la estén retransmitiendo, y mi familia y amigos me dicen lo mismo”.

¿Qué crees que está pasando realmente con el dramatizado cubano?

“Realmente no me he puesto a analizar qué es lo que le falta. Lo que sí creo fielmente es que se debe hacer una mejor selección de actores y especialistas. Los actores solamente somos la cara física, el reflejo de todo un equipo de trabajo: desde la persona que cuida la limpieza del set de actuación, hasta los maquillistas y peluqueros que están retratando cada estado de ánimo y momentos del personaje; los guionistas, directores de arte…, todos son importantes. Y, por supuesto, el director, la cabeza principal y que debe tomar las decisiones más importantes.

“El 80 por ciento del éxito de un dramatizado es su guion, que es la raíz, y la raíz tiene que estar sólida, luego viene la selección”, afirmó.

“Pienso que se deben concebir más dramatizados que hablen del papel de la mujer hoy en Cuba. De esa fémina que ocupa puestos importantes en una empresa, o lleva adelante la economía del país, el arte o el periodismo… Hay que hablarle a esa mujer, y encontrar el lugar en el audiovisual que eleve más aún el papel de la mujer en la sociedad, como lo fue durante la época del realismo socialista (Algo más que soñar, De tu sueño a mi sueño, Su propia guerra, etc).

“Como mujer de estos tiempos yo he seguido un camino de independencia que me ha sido difícil, porque cuando una mujer, sobre todo joven, santiaguera, se para y dice lo que piensa, y puede tener razón, la mayoría de los hombres machistas que caminan junto a nosotras, nos juzgan y todavía dicen, ¿qué derecho tiene ella a hablar?

“El derecho que tiene todo ser humano estudiado y aprendido, educado o no, a decir lo que piensa con sus razones”, concluyó.