josé cuenca sosa

Encontrar a José Cuenca Sosa no es difícil en Guantánamo. Conversador pertinaz, este promotor musical por antonomasia lidera cada jueves la peña changüisera La Cubanísima, en el céntrico Bulevar de la ciudad, imparte conferencias, comparece en radio y televisión, interviene en diversos espacios culturales.

Sin embargo, es más difícil conseguir detenerlo serena y detalladamente a conversar acerca del Centro de Información y Documentación Musical Rafael Inciarte Brioso, una de las instituciones guantanameras a las que se homenajea en la Jornada de la Cultura Cubana, por cumplir 15 años (nació oficialmente el 3 de diciembre de 1999), y de la cual es fundador y director.
Con esta dependencia del Centro provincial de la Música Luis Martínez Griñán (Lilí) se relacionan muchas de las actividades en que se ocupa Cuenca. "No obstante, desde hace tres años, el Centro Inciarte está cerrado por malas condiciones de la carpintería del techo, y aunque se comenzó la reparación esta no se ha terminado", insiste desde el principio, cuando se le solicita un recuento.
Una historia con resultados
La casa donde vivió y trabajó el músico y folclorista Rafael Inciarte Brioso (1909-1991) fue donada por su homónimo hijo al trasladarse a la capital. "Rafelito y yo convenimos con el entonces director de la Música, Alberto Merencio, en continuar allí el trabajo iniciado por Filío", cuenta Cuenca.
Fruto de largos años dedicados a la música, el autor de Ojos Lindos atesoró en el inmueble con el número 452 de la calle Donato Mármol entre Martí y Gómez, partituras, investigaciones, fotos, discos, casetes y objetos personales de interés para el patrimonio musical y cultural local y cubano.
"Hoy nuestros fondos ascienden a más de 32 mil negativos fotográficos y más de dos mil 500 fotos de la vida cultural guantanamera, más de medio millar de libros y folletos, más de 400 discos de pasta y 200 compactos, 160 cintas de audio o video, tres mil obras musicales en partituras y partichelas y otros", contabiliza el director.
Entre las piezas de alto valor cita un bastón que perteneció a Sindo Garay y otros materiales relacionados con el Trovador Mayor de Cuba, decenas de programas de la Sociedad Filarmónica de Guantánamo (años 40 a los 60 del pasado siglo, autografiados por importantes músicos cubanos y extranjeros, el manuscrito del diario de campaña de Rafael Inciarte Ruiz, padre de Filío, quien dirigió una banda militar del Ejército Libertador cubano en la guerra por la independencia, entre otros.
"Toda esa documentación está ahora guardada en cajuelas donadas por el Instituto Cubano de la Música (ICM), en un local compartido -y, por supuesto ,hacinados- con la sede del Coro Masculino de Guantánamo, junto a otra diversa en formato digital, relativa a la música guantanamera, cubana y universal", refiere.
En ese sentido, el Centro Inciarte, de referencia para el ICM en el programa nacional de rescate, plasmación y difusión del patrimonio musical cubano, y declarada unidad docente de la Universidad de Guantánamo en el 2005, ha servido a investigadores periodistas, profesores y estudiantes universitarios, de diversas carreras, estudiantes de musicología y otros, con la atención al público por sus siete trabajadores.
Propuestas del Centro Inciarte fueron la subvención, por su valor patrimonial, de la Tumba Francesa, los grupos Estrellas Campesinas, de Yateras; Nengon Quiribá, de Baracoa, y Nengón, de Imías; las ideas y objetivos que cumple la Casa del Changüí Chito Latamblé; el bienal Festival Nacional del Changüí, ya por siete ediciones, con su evento teórico Coloquio Rafael Inciarte: simientes, fortalezas y proyecciones; el concurso anual de creación de música popular Lilí Martínez; el asesoramiento, colaboración y realización de espacios de radio y televisión; la atención a personalidades musicales, tanto del territorio como visitantes...
"En estos años -abunda Cuenca- hemos participado y publicado acerca del changüí y el patrimonio musical guantanamero tanto en Cuba como en el extranjero, en eventos como Cubadisco, Boleros de Oro, Matamoros Son, de agrupaciones soneras en Mayarí, el Beny Moré, en Cienfuegos..., y medios de comunicación nacionales y locales".
También refiere la participación en las ediciones segunda, tercera y quinta de congresos internacionales Música, Identidad y Cultura en el Caribe, en Santiago de los Caballeros, República Dominicana, y octavo de la Asociación Internacional de Estudios de Música Popular, Rama Latinoamericana, en Quito, Ecuador, y la publicación de trabajos en las memorias respectivas de esos eventos, entre otros.
Asimismo, la institución ha mantenido relaciones de trabajo permanentes con el resto del sistema institucional de la Cultura en el territorio, así como con otras organizaciones culturales como la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, la Asociación Hermanos Saíz, la Sociedad Cultural José Martí, la Unión de Historiadores... En ese sentido considera la plasmación de un resultado la publicación del estudio Guantánamo tiene su changüí, de Yaremis Estonel Lamota (Editorial El Mar y la Montaña, 2009, y reedición 2014).
"Pero todo ese trabajo de 15 años, sobre todo el que se refiere al crecimiento constante del patrimonio documental, está en peligro mientras no se logre al menos la reparación de la casa donde radica el Centro. Por supuesto, ya resulta pequeño y nos proyectamos en el desarrollo futuro por crear un Museo de la Música, que incluya hasta sala de grabaciones".
Sin duda, el Centro Inciarte ha sido fundamental en la consecución de nuevas cotas en la promoción musical autóctona en el territorio. Los propios músicos, sobre todo los dedicados a la tradición, en particular el changüí, son deudores de esa idea.
Si es cierto, como gusta repetir a Cuenca, Cuba es una reserva musical del mundo, y Guantánamo es un reservorio de la misma, el Centro Inciarte es emblema de ello, que debe eludir los riesgos actuales para continuar escribiendo su historia.
Foto: Leonel Escalona Furones

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