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cruzada vizcaino2Vizcaíno: “Tenemos la necesidad de pertrecharnos de recursos técnico-artísticos que permitan presentar espectáculos de un mayor rigor escénico”. Foto: Leonel Escalona FuronesDespués de casi seis semanas y más de mil 600 kilómetros de travesía itinerante por el lomerío guantanamero, el pasado 3 de marzo, regresaron a casa los artistas locales y asistentes nacionales a la Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa, el mayor suceso cultural de las montañas del Alto Oriente cubano.

El gigante recorrido, que inspirado en el Maestro y el ideal humanista de Fidel lleva arte a las zonas rurales del Guaso, convida anualmente renombradas agrupaciones de la escena cubana, guantanamera e internacional, singularidad que le permite ofrecer a ese público disímiles corrientes estéticas y conceptuales de la popular manifestación.

 

“A pesar de que cada grupo trabaja una determinada línea, la interacción diaria y el intercambio en vivo va imprimiéndole al programa general una estética particular, en la que siempre va a prevalecer el compromiso del teatro con la sociedad, y eso es algo que nos distingue”, explicó Emilio Vízcaíno, director de la Cruzada Teatral, también actor del grupo Teatro Guiñol de Guantánamo.

 

En su vigésimo séptimo capítulo, se visitaron 207 comunidades y asentamientos campestres, e igualmente territorios afectados por el huracán Matthew, el pasado octubre.

 

“Fue de mucho agrado para nosotros y para ellos podernos encontrar. Las muestras de cariño y agradecimiento se revelaron a cada paso, porque desde el momento en que llegamos a esos lugares, establecimos el vínculo emocional con la mayoría de las personas para saber qué les ocurrió y cómo iban solventando la recuperación después del trauma.

 

“Por nuestra parte, sensibilizados con esa situación que realmente es lamentable, tratamos de brindar lo que tuvimos a nuestro alcance y sobre todo, obsequiar funciones de calidad, fruto del trabajo de selección de repertorio específicamente para esos territorios”.

 

Algo que también distingue al suceso artístico durante los últimos trece años, es la realización del coloquio Teatro y Comunidad, en Boca de Yumurí, Baracoa.

 

“Fue interesante. Se reflexionó en torno al teatro de resistencia, el teatro que emerge y el teatro de participación social, que está muy a tono con nuestros objetivos”, indicó el directivo, y agregó:

“Pudimos trazar nuevas proyecciones de trabajo que posibilitarán la intervención de nuevos grupos en función del trabajo colectivo, y que se nos puedan unir otras agrupaciones en las cuales, dentro de una puesta en escena convivan otras manifestaciones artísticas como pueden ser la danza o la música, y así establecer otra dinámica en los espacios de presentación”

 

¿A la altura de 27 ediciones, qué nuevos elementos está demandando la Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa?

 

“En este momento nos encontramos en una refundación del evento desde el punto de vista logístico y material. Tenemos la necesidad de pertrecharnos de recursos técnico-artísticos que permitan presentar espectáculos de un mayor rigor escénico. Estamos hablando de un sistema moderno de audio, y de luces que iluminen, no que alumbren”, expone Vizcaíno.

 

“Eso permitirá que durante la Cruzada puedan exhibirse montajes concebidos inicialmente para salas de teatro. Ya es tiempo de que el espectador de la montaña reciba algo más de lo que ha visto en 27 años, porque hemos incidido en esa educación estética.

 

“Y en el orden material demandamos autonomía, por ejemplo, en cuanto a la generación de electricidad. No podemos seguir dependiendo de la capacidad asignada al territorio donde se esté realizando la intervención. Deben creársenos las condiciones en todos los sentidos para evolucionar en el tiempo y brindar un producto cultural de mayor calidad”, concluyó.