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ivan profesor judoPara Iván los éxitos exigen seguimiento continuo a los niños desde los niveles inferiores.

A Iván Lara Pérez le conocen muchos en la escuela primaria Iván Rodríguez Rodríguez. Sensei para unos, maestro para otros, este joven de 29 años cada tarde, justo a las 4:20 pm, espera frente a las puertas de la institución educativa para trasladar a los niños practicantes del judo hacia la zona de entrenamiento en la secundaria básica Sergio Eloy Correa.

 

Es una rutina que no se cansa de repetir, porque adora hacerlo, como desde pequeño, cuando a los cuatro años comenzó a practicar este deporte de combate de origen japonés.

 

Oriundo de Yateras y egresado del curso para atletas en la carrera de Cultura Física, en la Universidad de Guantánamo, Iván solo lleva cuatro años como profesor en el combinado deportivo Norte-Los Cocos, de esta ciudad, y sin embargo ya acumula resultados que lo hacen destacar, tal como lo demuestran las cinco medallas que obtuvieron sus bisoños atletas en los Juegos Pioneriles Nacionales.

 

“Eran 12 niños en total, seis de cada combinado deportivo, el Centro y Norte-Los Cocos, de los cuales 10 obtuvieron medallas, y quedamos por provincias en el quinto lugar.

 

En lo individual, los varones cogieron séptimo, con una plata y seis bronce, y las hembras, quinto, con cuatro medallas bronceadas en su apartado.

 

“Además al evaluar el cumplimiento de los objetivos pedagógicos, en el dominio técnico del grupo, obtuvimos el segundo lugar, o sea presea de plata, antecedido solo por La Habana, que era la sede. Esta última parte es lo que más puntos da y evidencia que la enseñanza del judo acá anda bastante bien, a partir del cumplimiento de los programas de estudio.

 

“Lo mejor fue que reivindicamos el puesto de la provincia, que en 2017 estuvo mal parada y terminó en el número 15 de todo el país, golpeada en parte por la carencia de materiales, de vestuarios, el mal estado de los colchones y también por otras cuestiones.

 

“Este año logramos trabajar con los niños desde enero y 15 días antes de iniciar el campeonato, los albergamos y fogueamos con la mejor preparación. Además, topamos con Granma, Las Tunas, Santiago de Cuba y Ciego de Ávila, fuertes en el área, confrontaciones que elevaron la calidad técnica de los niños.

 

ivan profesor judo2Iván Lara Pérez, se enorgullece de que sus medallistas de bronce, en las categorías 11-12, quienes irán para la Escuela de Iniciación Deportiva Rafael Freyre (EIDE).

Todo es cuestión de sacrificios

 

El trabajo consagrado de Iván también permitió que fuera de los más relevantes en la Copa Pionero provincial, pues sus pupilos se agenciaron 15 medallas de oro, de 18 posibles.

 

“Todos los éxitos son fruto del quehacer y seguimiento continuo con los niños desde las categoría inferiores 7-8 años, hasta 11-12, cada una requiere de dos años de preparación y del acompañamiento para ver su evolución. Entonces los mejores tienen la posibilidad de optar por ser atletas de alto rendimiento en el futuro.

 

“Recuerdo que iniciamos Yaidel Conte y yo con 20 niños de 7-8, y de ellos en la categoría 11-12 tengo actualmente cuatro hembras y un varón, los cinco medallistas y que irán para la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE), donde además hay otros tres muchachos que estuvieron bajo mi tutela. Entre ellos, José Manuel, un débil visual que este año matriculará oficialmente en la categoría 11-12.

 

“El que inicia en esta profesión sabe que todo es cuestión de sacrificios, más que recompensas. Hoy obramos en un pequeño colchón, tres entrenadores, uno para cada categoría, siempre apretados de tiempo, porque los niños salen a las 4:20 de la tarde, deben entrenar casi dos horas y hay que aprovechar cada minuto, para que aprendan bien y aspiren a ser campeones.

 

“Lo mejor es que llega el momento en que nos convertimos casi en una familia, donde se les anima y educa en la disciplina, porque cuando se estudia una arte marcial lo primero que se aprende es el respeto por el contario, valorar al otro; tener un comportamiento admirable es lo que nos debe distinguir.

 

“Actualmente cuento con 23 alumnos, solo lamento no tener las condiciones para recibir los 40 que se supone deberíamos por categoría; porque de lo que sí estoy convencido es que el judo sigue en la preferencia de los infantes, aún en medio de las tantas cosas que hay para entretenerse: las computadoras, teléfonos y videojuegos no se comparan con la experiencia de ser judoca”.