Bonne campeon mundial

De talla pequeña, pero grandes proezas, es el protagonista de esta historia. Accedió sin tapujos, desde la distancia, ante la insistencia de la reportera, quien indaga en los orígenes de dicho campeón.

Yowlys Bonne Rodríguez fue el actor principal del acontecimiento deportivo más trascendental del año para Guantánamo, y uno de los más valiosos para Cuba en el período que cierra. Obtuvo el título mundial de lucha libre en Budapest, Hungría, en octubre último.

Desde la base de entrenamiento en Canadá, como parte de su preparación para próximas citas competitivas, se concertó la presente entrevista con el experimentado gladiador del Guaso.

Al iniciar el diálogo, Yowlys admite que titularse en el Campeonato mundial de Budapest, ameritó una loable disciplina y, aunque se lesionó en el tobillo derecho, su entrenador Julio Mendieta supo mantenerlo en forma, lo que le agradece eternamente.

Alega que el momento más duro y lleno de adrenalina fue la pugna con el iraní Esmaell Mohammadbaghuer:

“Después de tener un primer tiempo con comodidad (5-0), salió agresivo, aprovechó mi pasividad y agotamiento, y remontó la puntuación 8-6. A tres segundos de finalizar, gané el combate con movimiento de cuatro puntos. En ese instante, solo pensé: lo logré, ya soy campeón del mundo”.

De la perseverancia al éxito

“Mis inicios en la lucha fueron de la mano del entrenador Héctor Beltrán Bell, más conocido como Pachá. Luego, con nueve años, el profesor Onys Pérez Lora me llevó a competencias provinciales, y entonces el licenciado Froilán Serrano me captó para la Escuela de Integración Deportiva Rafael Freyre, de Guantánamo.

“Con Froilán me estuve un buen tiempo hasta que a los 13 años me seleccionaron para entrar en la Escuela Nacional de Perfeccionamiento Atlético.

“Estar presente todos estos años en el alto rendimiento se debe a la disciplina, a la entrega en los entrenamientos y a la constancia para obtener resultados satisfactorios. Lograr los objetivos depende, entre otras cosas, de la voluntad y la dedicación que uno mismo le ponga a cada meta. Incluso, si ello implica permanecer lejos de la familia y los amigos de la infancia, poco a poco también te va haciendo más fuerte”.

La oportunidad de participar por un tiempo en la Bundesliga alemana junto a otros luchadores cubanos fue importante en tu superación. ¿Qué te aportó esa experiencia en tu crecimiento como atleta?

“Para los cubanos estar en la Bundesliga fue muy provechoso. Dadas las carencias económicas que tenemos, se nos hace difícil la asistencia a muchos de los torneos internacionales, como los Grand Prix. Sin embargo, estando allá, tenemos roces semanales con rivales de calidad, lo que nos permiten medirnos, aumentar el nivel y la confianza en el colchón”.

El 2019 será un período de notables eventos internacionales en el que tendrás la oportunidad de consolidar tus resultados. Importante para ti la copa del orbe pactada para Iowa en Estados Unidos, en abril

“La cita competitiva de mayor envergadura en los próximos meses constituye esa copa. Quiero conquistarla para quitarme una espinita que tengo del año pasado.

“En la anterior fuimos por el bronce con los japoneses, seguros de que era nuestro. Pero sufrimos la decepción tras la derrota de Alejandro Valdés (65 kg), el Calabaza, y la mía, que eran dos peleas seguras. Nos dolió mucho ese revés, por eso quiero ganarla esta vez, sin pasar por alto el Torneo Internacional, en el mes de febrero”.

En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, tu división no asistirá. Para estar presente debes cambiar de peso, ¿cómo valoras esa modificación?

“Sería un gran esfuerzo asistir, por la cantidad de kilos que debería bajar hasta la división olímpica (57 kg), pero no descarto mi posibilidad real de estar allí. Y si algo bueno pasa y tuviera la oportunidad de que mi división se incluyera en esa fiesta, entregaría todo por coronarme en esa cita”.

La clave del triunfo

“Me he mantenido en este nivel, gracias a la base consolidada que tuve desde pequeño y más adelante en la Escuela Nacional de Perfeccionamiento Atlético, en la cual permanecí por cuatro años bajo el mando de Arturo Yanes. Esos aspectos me permitieron construir todo lo que he logrado.

“Amén de las privaciones materiales, hemos obtenido resultados en los principales eventos internacionales de este deporte. Tenemos presente que siempre se pueden tener logros, solo que hay que esforzarse”.

Así transcurre el camino de Yowlys Bonne al estrellato de la lucha cubana, palmarés que cuenta, además, con una medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, y una presea dorada en la cita continental de Toronto 2015.

Estos galardones llevan su nombre, pero en el fondo son fruto del empeño de toda una familia afectiva y profesional.

Es por ello que Bonne retribuye con lauros el apoyo de sus progenitores, en especial a su padre, quien siempre lo acompaña en cada competencia, a su pareja, que le ayuda en todo, a los amigos y al colectivo de entrenadores.

Confiesa que ama el deporte de los puños y sentirse orgulloso de los pasos que da su hijo de 13 años en el colchón.

“No quería la lucha para él, sino el boxeo, pero prefirió aquella y ahora mi deber es apoyarlo y exigirle disciplina y puntualidad en el entrenamiento”.

Fuiste seleccionado uno de los mejores atletas de 2018 en Cuba

“Estar entre los mejores del año en Cuba es un gran mérito. La condición de Más Destacado recayó merecidamente sobre el boxeador Andy Cruz, por su empeño, calidad y la solidez de sus resultados”.

Yowlys concluye el diálogo deseándole un feliz año nuevo a su pueblo natal y ratificando que a sus 35 años mantiene la forma física y la motivación para representar dignamente a Guantánamo y Cuba en los diferentes escenarios competitivos.

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