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NUEVA GERONA.—Yander Guevara salió al diamante y volvió a quedarse en los límites del box, hasta que Ariel Borrero le alcanzó la bola. Tras el ritual, comenzó su labor en el tercer partido de la final beisbolera entre los Piratas pineros y los Tigres avileños, vivido en el parque Cristóbal Labra, una caldera ardiente de la cual cuesta salir ileso.

Entre el serpentinero de Ranchuelos y el inicialista villaclareño han establecido una química que nuevamente rindió sus frutos, porque el elenco central se apuntó la segunda victoria en la discusión del cetro, y ahora tienen un panorama muy favorable para coronarse, aunque todavía restan varios capítulos por escribir en la historia, teniendo en cuenta la resistencia de Isla de la Juventud.

No obstante, Yander tuvo su peor salida de la postemporada, al aumentar sus conteos de bolas hasta niveles preocupantes (47 lanzamientos fuera de la zona y 51strikes) respecto a las lechadas contra Granma, partidos en los que mostró una versión superlativa.

Eso sí, aun sin el control absoluto de sus envíos, logró completar seis episodios con dos carreras permitidas, una de ellas sucia por error de Yorbis Borroto, pero esta vez el relevo de los Tigres se comportó a la altura de las exigencias, con solo un jit a su cuenta en el tercio final del desafío.

“En Ciego tuve una actuación muy mala, pero el equipo me apoyó y hubo seguridad en mí para este partido, muy importante porque nos da la posibilidad de tomar ventaja y asegurar el regreso a nuestro terreno, de ser necesario”, expresó a Granma el joven de 21 años Yunier Cano, ganador del choque con un cierre perfecto, en el cual mostró el poder de su recta, cercana a las 94 millas.

“A pesar de ser un muchacho joven, Roger Machado me ha colocado en juegos claves, complicados, y con esa confianza, unido al entrenamiento y las experiencias del torneo sub-23, me han ayudado a sacar buenos resultados”, añadió el veloz apagafuegos.

Con todo y la diferencia final de tres carreras favorable a los Tigres, el camino al triunfo no fue tan sencillo como parece, porque La Isla puede no ser superior a su rival, pero jamás le da esa impresión. Los pineros aprovechan la más mínima oportunidad para ponerle los pelos de punta a cualquier contrario, y utilizan todos los registros posibles del béisbol de manera muy efectiva, justo la virtud que los ha colocado en la final.

“Fue un gran partido, complicado, sabíamos desde que anotamos las dos primeras carreras que esa renta no sería suficiente, porque nos enfrentamos a un contrario inspirado, muy dominante en su terreno, y con Yoalkis Cruz, uno de los lanzadores que mejor terminó la temporada. No obstante, después logramos conectarle a Danny Aguilera, el relevista más efectivo del torneo”, acuñó el mentor avileño Roger Machado.

Precisamente, el mérito de producir contra Aguilera allanó el camino victorioso de los Tigres, que castigaron, ya con dos outs, al cerrador, quien soportó tres sencillos impulsores consecutivos, el primero de ellos de Osvaldo Vázquez, quien tenía solo un jit en 16 turnos.

“En ese turno se me acercaron Andy Zamora y Ariel Borrero para pedirme calma, y señalarme la importancia de impulsar la carrera de la ventaja, porque impedía la entrada de Héctor Mendoza. Conecté ante una curva y me enfoqué en sacar un batazo entre dos, no un jonrón”, expresó Vázquez a nuestro diario.

Con el triunfo los Tigres se llevaron un preciado botín, pues ahora disminuye mucho el pitcheo de los locales, que ya perdió hasta en un hipotético séptimo partido a Yoalkis Cruz.

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Para el cuarto choque este martes (1:15 p.m.), el manager pinero José Luis Rodríguez Pantoja no definió al abridor, que estará entre los zurdos Ulfrido García y Darién Núñez, mientras Machado tampoco se de­can­tó por Osmar Carrero o Vladimir García. (Esta­dís­ticas: Yirsandy Rodríguez Hernández)