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victor mesa triunfoVíctor Mesa

A la tercera fue la vencida para el equipo Cuba que compitió en el tradicional torneo de béisbol de Rótterdam. Luego de dos derrotas ante los anfitriones holandeses, la escuadra caribeña ganó el bueno, el de la final, en un torneo en el cual se aplicó el sistema Page, habitual en el softbol, pero poco implementado en certámenes beisboleros.

Ya los defensores de Víctor Mesa comienzan a decir que ganó, que si Roger Machado perdió en Toronto, y al final todo se vuelve una pugna por preferencias personales.

De entrada no puede olvidarse que son equipos distintos y rivales distintos. Si en Holanda todo parece indicar, porque no pudimos ver ningún juego, que las mejores novenas eran las de Holanda y Curazao, en Toronto cualquiera le podía sacar un susto a cualquiera, porque aunque Canadá se vio superior al resto, los otros ganaron y perdieron entre ellos.

Ganar siempre nos llena de satisfacción, con mayor énfasis ahora cuando cada vez nos cuesta más trabajo, pero tampoco echemos campanas al vuelo, porque nos quedaremos solamente con su sonido.

Ni uno ni otro ha logrado rescatar al béisbol del bache en el que se encuentra, y no creo que exista ente individual capaz de hacerlo. Esto necesita un trabajo integral, que parte desde la base, donde muchas veces no hay ni pelotas para jugar, hasta llegar a los torneos de máximo nivel, pasando por supuesto por una mejor Serie Nacional.

La pirámide debe ser atendida no solamente en su pico, sino en toda su estructura, porque un bloque defectuoso hace peligrar toda la disposición, y eso incluye a peloteros, dirigentes, árbitros y todo el personal que interviene en la celebración de cada desafío.

Por supuesto, el pollo del arroz con pollo es el protagonista, y ese debe sentirse atendido, no solamente con premios en metálico, pero tampoco solamente con sonrisas y brazos tirados por encima del hombro.

En Toronto sufrimos dos deserciones más, y de peloteros que eran habituales en los últimos equipos Cuba, y se esperara que lo fueran por algún tiempo más. Algo sigue fallando a pesar del aumento del salario y el inicio de las contrataciones. A lo mejor hay que agilizar e incrementar un poco más eso último, sin que implique firmar a la ligera, pero lo cierto es que nuestros peloteros no se sienten satisfechos con lo que tienen.

Claro está que, al menos de momento, las reglas del juego no permiten a nuestros jugadores acceder a los salarios millonarios de las Grandes Ligas sin abandonar su país, pero existen cientos de otros equipos en los cuales insertarse, a veces sin siquiera tener la exigencia de ganar un título. Las decenas de peloteros que no integran la preselección nacional agradecerían enormemente poder jugar en una Liga de Francia, Italia o cualquier nación donde pueda elevar sus ingresos y regresar a defender los colores de su terruño. Si todos lo hacen, ¿por qué Cuba no?

Esta es unas de las vías por las cuales regresar a la senda del triunfo, pero desgraciadamente ni Víctor Mesa ni Roger Machado tienen el poder de decisión como para llevarlas a vías de hecho.

Fuente: Cubasí