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yorgelis toronto La guantanamera Yorgelis Rodríguez (derecha) dominó el heptalón, con récord para los juegos (6 332 puntos). Foto: Ricardo López Hevia

A las 10 y 44 de la noche del pasado sábado, en el estadio de la Universidad de York, se escucharon por última vez las notas del Him­no Nacional cubano en los XVII Juegos Pa­namericanos de Toronto, Canadá. En lo más alto del podio estaba la guantanamera Yorgelis Rodríguez, flamante monarca del heptalón, quien a golpe de constancia, digna de una veterana, se llevó los honores en la más desgastante prueba para las chicas del atletismo.

Y justo así, por las vueltas que da la vida, tuve la oportunidad de presenciar en puestos de privilegio la primera y la última corona de Cuba en la lid continental, algo que jamás imaginé cuando un par de semanas atrás re­latara el camino dorado de la judoca Dayaris Mestre, encargada de abrir la senda de los títulos antillanos en Toronto.

Pero la historia se ha dado así, y Yorgelis, una joven guantanamera de tan solo 20 años, dio por fin el ansiado salto y dibujó durante dos jornadas un rendimiento estable (6 332 puntos) que le permitió triunfar y también pulverizar el récord panamericano de la mo­dalidad, impuesto desde el lejano 1999 por la cubana Magalys García (6 290).

“Estoy muy contenta porque mejoré casi to­das mis marcas, y poder implantar récord me hace feliz, me ayuda a soñar en grande para el futuro, del que espero mucho, porque ya vi que se podía y quiero impresionar todavía más en el Mundial de Beijing, voy a darlo todo para seguir subiendo”, precisó la sonriente atleta en la zona mixta, donde reconoció la importancia del trabajo con su entrenador Gabino Arzola.

“Uno tiene que creerse las cosas y siempre tener voluntad, esas son las palabras del profesor, parte muy importante de este logro. Aquí puse empeño y sin ningún desespero todo me salió como esperaba”, confesó Yorgelis, quien hace solo siete meses se prepara bajo las órdenes del experimentado en­trenador.

“Es un salto que estábamos esperando ha­ce algún tiempo, realmente ha demorado, pero ahora ha ganado en confianza para continuar su progresión.

Puede crecer mucho más, el límite se lo pondrá ella misma, porque tiene juventud y deseos. Por nuestra parte nos queda trabajar en función de eliminar las lagunas que la golpean”, confesó a Granma Gabino Arzola, responsable también de los logros de Leonel Suárez, medallista olímpico y mundial.

“Estoy adaptada a su dinámica, no bien bien, porque nos estamos conociendo todavía y el tiempo juntos ha sido muy poco, pero noto el cambio y la progresión. Ahora nos enfocaremos en trabajar un poco más duro con las técnicas, pues ya la preparación física se encuentra en un punto positivo”, añadió la guantanamera, quien comenzó su vida deportiva en el taekwondo pero por falta de flexibilidad apostó por cambiar al atletismo.

Desde entonces ha vivido para las pruebas combinadas y sus resultados sonaron con fuerza en la categoría juvenil, en la cual se proclamó subtitular mundial en Lille, Francia (2011) y Eugene, Estados Unidos (2014), en cada caso con destaque en sus pruebas de campo y un ritmo creciente en la pista.

“Me siento muy fuerte en los saltos, tanto en el alto como en el largo, y eso se pudo ver también aquí en Toronto, a pesar de al­gunos cambios en la estrategia de la longitud a los que me estoy adaptando. Lo más débil era la bala pero la he superado cantidad, y en estos momentos puedo decir que no tengo ninguna prueba floja, aunque de­bo seguir creciendo”, expresó Yorgelis, muy fresca aún tras el gran despliegue físico que demanda el heptalón.

“Es verdad que las pruebas son agotadoras, pero hay que estar con la mente positiva, pasándole por encima al cansancio, solo así se puede triunfar”, concluyó la joven atleta, muy satisfecha por aportar el último galardón de la comitiva cubana. 

Fuente: Periódico Granma