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arlen lopez entrevistaArlen: “En el Mundial esperábamos un buen resultado, pero no duplicar los oros conseguidos en el anterior; eso nos puso muy contentos, nos habían quitado algunas peleas, pero no se justificaba volver sin el primer lugar por países”. Foto: Lorenzo Crespo Silveira

Lograr el título de campeón mundial de boxeo no es cosa fácil ni que se logra de golpe y porrazo. Eso lo sabe bien Arlen López Cardona y por ello anda crecido en felicidad, esa que solo llega cuando logramos traspasar una meta ansiada y comenzamos a recoger el fruto de tanto sacrificio pasado.

En su hogar de la barriada guantanamera Sur-Hospital, casi de frente al popular campo de Vitilla, anda feliz y se le nota desde el mismo momento que la visita de la prensa lo descubre desandando por su casa con una alegre libertad, sonriente, descalzo, sin camisa, recibiendo los mimos de Reyna, su madre, de Ramón, el padre, y de toda la familia.

“Es que cuando estoy en Guantánamo nada me gusta más que compartir con mi familia, con mi gente, esa es la mejor forma de celebrar la victoria” dice con su hablar serio ese guantanamero que en el reciente Campeonato Mundial de Boxeo de Doha, Catar, se proclamó campeón en la división de los 75 kilogramos.

“Esta medalla es algo grande. Lograrla en mi primera incursión mundialista para mayores me llena de satisfacción, sin contar que es mi resultado deportivo más importante hasta el momento. Yo no era de los favoritos, porque muchos de mis posibles rivales llegaban con mayor aval, pero estaba claro de que podía triunfar y por eso me preparé fuerte. En cada asalto lo di todo para no dejar espacio a dudas y cuando me vi en la final puse un extra para llevarme la corona”, afirma el monarca de 22 años.

Ya no es el niño aquel que con siete u ocho años, ante la negativa de sus padres, el exboxeador y entrenador Eleodoro Duque Stable -a quien agradece por descubrirlo e iniciar su formación- “robaba” a la salida del colegio para llevárselo para los entrenamientos, ni el adolescente que con 14 años llegó a la Escuela Nacional de Perfeccionamiento Atlético; tampoco el joven que en el 2011 entró cargado de metas a la escuadra nacional; ahora es un titular del orbe, cuyo mayor sueño es lograr un trofeo dorado bajo los cinco aros.

Ese día que ganaste el oro acá había muchas personas contentas, porque hace varios años que un guantanamero no lograba tal cosa

“Lo sé, por eso no quiero dejar de saludar a la gente de Guantánamo que me sigue en cada evento y me da apoyo. Uno se pasa casi todo el tiempo en La Habana y tiene la oportunidad de venir poco y por eso es tan acogedor que al llegar a casa veas a la familia y los vecinos esperándote hasta última hora con caldosa y todo, y que te pregunten sobre el viaje y el mundial, y hasta vengan a compartir contigo personas que ni conoces y que te tratan como alguien cercano. Mi premio es también para ellos”.

Desde que te invistieron como la primera figura cubana de los 75 kilogramos no has defraudado a quienes acertaron con esa decisión

“Cuando en el 2011 llegué al equipo nacional sabía que no era la primera figura y que había buenos boxeadores como Roniel Iglesias, pero estaba seguro de que podía llegar a serlo.

“Siempre estuve preparado para cuando me dieran una oportunidad, y como dicen por ahí me dieron la bola y supe hacerlo bien. En mi primer combate en la Cuarta Serie Mundial no obtuve la victoria, porque me faltaba algo más de ring en ese boxeo de cinco asaltos; en la siguiente lo hice mejor y comencé a ganar en confianza. De ahí para acá me han dejado como primera figura y eso me ha dado la oportunidad de foguearme y aprender más.

“Mucho tengo que agradecer al entrenador Julián González Cedeño. Tras conocerlo e iniciar con él un trabajo bien serio, empezaron mis principales logros con los oros en el Torneo Nacional Playa Girón, en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014, los Panamericanos de Toronto 2015, el Premundial de Venezuela, y ahora el Mundial de Catar.

Mucho debe ayudarte boxear a las dos manos, pero no debe ser nada fácil mantener ese estilo

“Ni para mí sería fácil si tuviera que enfrentarme a un boxeador ambidiestro, que lo mismo te sale a la zurda que a la derecha -dice sonreído-. Cedeño, cuando inició conmigo en el equipo nacional, estuvo de acuerdo en permitirme seguir con ese estilo que yo traigo desde los 13 años.

“Él creyó que podía permitirme ganar si lo perfeccionaba para evitar percances y para que lo árbitros me vieran ganar. Un boxeador con ese tipo de pelea a las dos manos debe tener rapidez, preparación, explosividad, y requiere estar casi al ciento por ciento todo el tiempo. No te miento, ahora lo tengo más afinando y me siento cómodo para hacer cosas, antes no podía, porque me faltaban algunas de esas cualidades”.

Pasas casi todo el año entrenando en la capital del país, pero ¿qué hace Arlen cuando descansa en su tierra?

“Me encanta compartir con mi familia, pasar tiempo con ella es muy importante para mí, porque cuando estoy en La Habana y fuera del país solo logro comunicarme por teléfono pues los entrenamientos allá dan poco chance.

“Como cualquier otro joven me gusta salir, divertirme, escuchar música y ver vídeos. Además soy amante a jugar atari con mis sobrinos y aprovechar al máximo esos días con ellos”.

¿Cuáles retos te esperan por delante?

“Lo que sigue es cerrar bien el año con el Torneo Nacional Playa Girón e iniciar el 2016 con la Serie Mundial. Claro, la mirada principal es rumbo a las olimpiadas de Río de Janeiro.

“Por lo demás, sé que esta nueva medalla conlleva un gran compromiso, porque tengo que mantenerla en alto y a partir de ahora siempre debo salir a demostrar en cada combate el por qué me gané ese oro en Catar”.