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Eroildys Orduñez Sánchez

Como una gran pasión hereditaria que lo moviliza a crear y hacer, a tratar de dar su granito de arena sin ser atleta ni entrenador, así ve Eroildys Orduñez Sánchez, mejor activista deportivo de Guantánamo en 2015, al deporte.

Ese apasionamiento trasmitido a él por su abuelo, es el que como un resorte lo hizo desde pequeño amante incondicional del mundo atlético y el que lo obligó a batallar para que su comunidad de La Recontra de Duaba pudiera tener un área para mezclar el ejercicio físico con la recreación sana.

"A mí siempre me ha gustado el ejercicio físico y jugar lo mismo béisbol que otra especialidad, pero en mi caserío no teníamos un espacio para eso y las actividades de ese tipo las hacíamos en la propia carretera (Moa-Baracoa). Es por ello que en el 2010 decido hablar con la entonces Empresa Forestal y la Cooperativa de Créditos y Servicios Elpidio Díaz para que nos permitieran usar una porción de terreno, perteneciente a ellos, con ese fin.

"Apenas nos lo dieron, convoqué a varias personas de la comunidad y pusimos manos a la obra: cortar las matas, remover la tierra y limpiar los alrededores, hacer las delimitaciones, pintar, poner las bases -que inventó con madera forrada con aserrín y saco-, buscar una motoniveladora para emparejar el césped, entre muchas otras cosas que hicimos. Así surgió nuestro actual campo de béisbol, también usado para practicar fútbol y se dejó una porción para el voleibol", relata este activista deportivo, reconocido como el mejor de la provincia durante el 2015.

Fácil de palabra, cuenta sin vacilaciones de lo mucho que han significado esas áreas deportivas surgidas gracias a su gestión para el entrenamiento de los lugareños, sobre todo de los jóvenes, que prácticamente solo tenían el "riquísimo río Duaba" como opción recreativa en el verano y los fines de semana.

"Ahora pueden venir y divertirse de forma sana practicando desde pelota y futbol, hasta juegos de mesa como dominó, ajedrez, dama, parchís; para estos últimos entretenimientos ya tenemos un caney.

"Sin contar, que hemos logrado hacer topes competitivos con otras poblaciones cercanas, algo que programamos entre los propios activistas. Por ejemplo, el pasado fin de semana nos fuimos hasta Cayo Güín, casi llegando a Moa, a jugar béisbol", refiere Eroildys, quien hace esta labor de forma voluntaria para apoyar el trabajo del profesor de deporte y recreación y el de cultura física, con que cuentan en la escuela primaria Carlos Manuel de Céspedes, ubicada en su localidad.

Antes, este joven de 38 años de edad lograba dedicar tiempo de su tarde todos los días a su activismo, pero ahora lo hace principalmente los fines de semana y cuando puede llegar temprano del trabajo.

"Imagínese, yo soy chofer de un camión de volteos KP3 de la Empresa Agropecuaria-Forestal y vivo metido entre lomas y vericuetos buscando cacao para llevar al secadero o a la fábrica, entro otros productos. Es una labor agotadora, que conlleva gran responsabilidad al volante, aunque no impide que todos los fines de semana, en mis vacaciones y algún que otro día perdido, pueda dedicarme a mi pasión deportiva", expresa agregando que dentro de su tiempo libre tampoco deja fuera a su mujer y sus tres hijos.

Más allá de movilizar, programar y apoyar, Eroildys también se dedica a construir tableros con cartulina, cartón y acuarela para los diferentes juegos de mesa, además, elabora bates de béisbol con palos de majagua o naranjo.

"Hacer todo eso ya forma parte insustituible de mi vida. Yo me considero un deportista más –lo mismo le gusta jugar que dirigir- y por eso no me amilano cuando veo que faltan implementos en el área para algunas de las disciplinas que practicamos. Eso me impulsa a buscar alternativas, y si hace falta ayuda metodológica me muevo y la busco, como ahora con el expelotero Rembert Abella, que nos apoya con el béisbol.

"Lo que hacía antes era solo pasión para mí, pero ahora representa un compromiso inmenso con mi pueblo, con la recreación física, con el futuro del país y con el propio deporte", concluye Eroildys.