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juan borgesEl caimanerense es el único Gran Maestro de ajedrez con que cuenta la provincia Guantánamo. Hasta principios de este año se ubicaba en el puesto 24 entre los trebejistas en activo de Cuba y el mil 361 entre los del mundo. Foto: Portal digital de Radio Rebelde

Solo basta con llegar a Caimanera y preguntar por Juan Borges Matos, para que rápido alguien te brinde con orgullo las indicaciones paraencontar a lo que pudiera ser su guarida: la Academia municipal de Ajedrez José Raúl Capablanca.

El ajedrecista, como lo conocen en su tierra salinera, se trata de mover siempre con facilidad e inteligencia como un alfil cuando encara retos sobre el tablero de ajedrez, pero es tímido y escurridizo para las entrevistas..

A pesar de sus 50 años recién cumplidos, el único Gran Maestro con que cuenta la provincia de Guantánamo (2 mil 444 puntos ELO a inicios de 2016), mantiene el ímpetu de la juventud combinado con la experiencia de más de cuatro décadas dedicadas al llamado deporte ciencia.

Primer paso del peón

Juan Borges, así simplemente también le dicen, como muchos de los atletas de su territorio al nacer en un poblado que toma vida a orillas de la bahía de Guantánamo comenzó su práctica deportiva con la natación, para luego rotar por breve tiempo por las velas, el tenis de mesa y el fútbol.

Después de tanto girar, junto a su hermano Osvaldo empieza a jugar ajedrez en la Academia municipal, y según fue conociendo las interioridades de este deporte de pensamiento le fue interesando más hasta decidirse a competir en eventos de la localidad y la provincia.

Borges desde los ocho años que inició su desandar en serio junto a los trebejos, con una ayuda invaluable de sus primos Miguel y Adolfo y su profesor Chin del Toro en la perfección de las estrategias, dice preferir las fichas blancas porque “me dan ventaja en la salida y muy buena suerte”, algo que lo confirma el hecho de que muchos de sus mejores resultados han sido con las piezas color nube, especie de superstición que inició en 1973 cuando ganó con ellas los Juegos Escolares Nacionales.

Desde entonces le ha seguido una racha prodigiosa de premios, como los triunfos dorados en los Juegos Panamericanos de Ajedrez de La Habana 1988, en los Campeonatos Nacionales de Ajedrez de 1987, 1993 y 1995, y en el grupo Élite del XX Torneo de Ajedrez Guillermo García in Memoriam, en 2013. Además, atesora galardones en más de 50 eventos internacionales y participó en la Copa del Mundo de Ajedrez de Suiza 1997, en las Olimpiadas Mundiales de Moscú, Rusia en 1980 como pionero invitado, y de Mayorca, España, en el 2004 como entrenador de la selección cubana.

Su más reciente corona fue en la XXVII edición del Torneo Nacional de Ajedrez Tomas Jiménez in Memóriam, realizado en el recién terminado mes de marzo en Ciego de Ávila.

No obstante, uno de los momentos más gratos de su carrera deportiva reconoce fue cuando le entregaron el título de Gran Maestro en el 2004, hecho que premió el esfuerzo de casi toda una vida dedicada a fichas y tableros -el título de Maestro Internacional lo consiguió con tan solo 22 años.

Borges y los trebejos

Existen estereotipos de que la vida de los ajedrecistas es solo entre fichas blancas y negras, pero Juan Borges refiere salirse de vez en vez de los esquemas y rompe las rutinas de estudio tan rigurosas de su deporte, algo que al llegar a su casa parece difícil de creer pues hasta el centro de mesa es un tablero de ajedrez.

“Hay veces que no tengo tiempo para nada, solo para aprender sobre una jugada más, o de algún movimiento que me permita acceder con mayor rapidez a un jaque mate, pero casi siempre logro que mi vida no gire solamente alrededor de las 64 casillas. Me gusta salir sobre todo a hacer visitas o simplemente a conversar con los amigos”.

“Es muy difícil el mundo del ajedrez. Se necesita de paciencia, tiempo y concentración, pero me gusta, y me ha ayudado en situaciones personales a organizar mis ideas, a improvisar para vencer las dificultades, a sacrificarme para lograr lo que quiero y me ha aportado estrategias para educar a mis cuatro hijos”, confiesa.

“Las situaciones de la vida me retan a diario al igual que el ajedrez, siento que cada día es una partida difícil aunque la más compleja sé que esté por jugar. De momento continuaré mi preparación porque el nivel de los jugadores en la actualidad ha aumentado y porque pienso presentarme este año en eventos tradicionales como el José Raúl Capablanca y el Guillermo García in Memoriam a ver si logro un buen resultado”, concluye este Gran Maestro que se resiste a abandonar su natal Caimanera y que no vacila a la hora de transmitir sus experiencias a los más jóvenes.