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arlen medallaArlen López dio la quinta y última medalla dorada de Cuba en Río de Janeiro, y la única de Guantánamo. Fotos: Periódico Trabajadores y Cubadebate

Ya la efervescencia deportiva que invadió nuestros días durante la celebración de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, en Brasil, va quedando atrás y poco a poco la habitual cotidianidad regresa a su sitio.

 

En el recuerdo quedarán hazañas más mediáticas como las de Michael Phelps que llegó a sus 28 preseas en estas lides -de ellas 23 doradas- o Usain Bolt que ya acumula nueve, todas en la velocidad, los varios records mundiales que se vinieron abajo, o la tripleta de coronas en la lucha greco que ya reunió el pinareño Miajín López.  

 

Con el adiós a la aventura que constituyó la fiesta multideportiva “bajo los cinco aros” en la Ciudad Maravillosa, llegan en consecuencia los recibimientos a los atletas y entrenadores protagonistas de la cita competitiva carioca y también los análisis de las cosas que salieron bien o mal con la intensión de mejorar los resultados en la edición siguiente, que en este caso llegará en el 2020 con sede en Tokio, Japón.

 

Dentro del concierto de las 207 delegaciones que tuvieron representación en las olimpiadas de Río, finalmente Cuba terminó en el puesto 18 del medallero, con cinco preseas de oro, dos de plata y cuatro de bronce, resultado con el que se cumplió con la meta de quedar entre los 20 primeros lugares, pero no con el de sumar en total una veintena de preseas.

 

De más a menos

 

Que Cuba se incluya en la actualidad entre los 20 primeros países en las olimpiadas es toda una hazaña, dado que hoy los excelentes dividendos económicos que deja un buen resultado en estas lides ha hecho crecer la competitividad.

 

El deporte hace mucho tiempo dejo de ser un simple pasatiempo para probar la capacidad física y mental de las personas, y cada día atletas y entrenadores van adquiriendo mayor valor como “producto”. Así, eventos como los Juegos Olímpicos se han convertido en un gran negocio -un ejemplo de eso es que se calcula que el costo total de la edición de Río anda por los 11 mil millones de euros, mientras que especialistas de la revista mexicana El Economista estiman que las ganancias por ser sede en conjunto de las Olimpiadas de 2016 y del Mundial de Fútbol de 2014 anda por los 120 mil millones.

 

De ahí parte que muchas naciones dediquen mucho más dinero a la preparación de sus principales atletas, inclusive para “robárselos” de naciones económicamente en desventaja y así poder sacar provecho –una muestra es Gran Bretaña, segundo en el medallero de la Ciudad Maravillosa, que hace 16 años destinaba 60 millones de libras esterlinas a la formación de su delegación, y ahora, según el diario The Guardian, lo incrementó a 280 millones, entre ellos muchos nacionalizados.

 

Por ello el puesto 18 entre 207 delegaciones, de ellas 87 con al menos una medalla, en realidad no es malo, lo que pasa es que nos hemos acostumbrado a tener más, algo sedimentado con los grandes triunfos deportivos que llegaron a la Mayor de las Antillas tras el triunfo de la Revolución.

 

Este reciente resultado de 11 preseas logradas en total por la armada criolla en Río de Janeiro constituye el más escueto desde Múnich 1972, y ese escaño 18 es el segundo peor desde México 1968 (solo lo supera negativamente el de Beijing 2008 con el 28).

 

De ahí creo viene la inconformidad que nos queda a muchos, porque más allá de saber que a Cuba como a todo país subdesarrollado le falta economía para asumir el deporte al más alto nivel con “todas las de la ley” y que no escapamos al robo de atletas (18 cubanos salieron bajo otras banderas en Río), sabemos que la unión de nuestra masiva infraestructura deportiva, la experiencia de nuestros técnicos y la calidad de nuestros atletas podía dar para más.

 

Que el atletismo se fuera con solo un metal bronceado, el judo con uno plateado, y con ninguno la lucha libre, deportes en los que llevamos a suelo brasileño a varios representantes con buenos desempeños en eventos dentro del ciclo olímpico 2012-2016, raya en el borde de la total decepción y como ocurrió para los Panamericanos de 2015 llama a revisar a profundidad el plan de preparación física y psicológica de los atletas de cara a su principal competencia del año, pues muchos ni se acercaron a sus mejores registros de este mismo 2016.

 

En general de la delegación de 124 deportistas cubanos, de 18 disciplinas, solo 35 pudieron terminar entre los ocho primeros en sus torneos. Por muchos años hemos arrastrado el pensamiento de que mientras más grande es la representación a las olimpiadas mayores son las posibilidades de medallas, pero eso ya no siempre funciona así.

 

Como práctica muchos países del Tercer Mundo tratan de potenciar la asistencia en aquellas especialidades en que más fuertes son y donde tiene posibilidades reales de podio -Jamaica, Kenya y Etiopía son ejemplo de eso-, y precisamente ellas son en las que más invierten, porque llevar una delegación muy grande implica muchísimos mayores gastos, desde la búsqueda de clasificación, la preparación y durante la propia lid.

 

Eso nos pone pensar en si tendremos que racionalizar en el futuro nuestras comitivas en aras de llevar a aquellos con posibilidades probadas de ir por un buen resultado y no a “coger experiencia”. Inclusive, ese dinero que se ahorraría podría invertirse en fortalecer precisamente la preparación en colectivo de aquellos deportes en que somos más fuertes (boxeo, lucha, atletismo y judo) e individual de los otros con estrellas más aisladas -no obstante se deben ayudar más con presupuestos y atenciones desde la base al alto rendimiento a esas disciplinas que son las que responden a “la hora de la verdad”.  

 

Los retos para los cuatro años venideros son muchísimos, pero me parece se debe mirar con luz más larga: aguzar la búsqueda y selección de talentos para poder priorizar su crecimiento, trabajar más en el área político-ideológica en busca de cortarles un poco las alas al “robo de atletas”, fortalecer las inversiones que busquen recuperar nuestras instalaciones deportivas desde los barrio a los centro nacionales, seguir superando a técnicos y atletas, usar más la ciencia en busca de perfeccionar resultados, y planificar mejor el uso de los pocos implementos que tenemos, por solo citar algunos.

juegos carter temerLos carteles de Fuera Temer abundaron en las gradas de las instalaciones deportivas en la Ciudad Maravillosa, para que no se olvidara que Brasil es un país que celebró sus olimpiadas en medio de un golpe de estado parlamentario. Por cierto el público se comportó excelente con los cubanos, siempre que no fuimos contra brasileños, aunque hubo abundantes quejas por actitudes de mala educación con atletas de otras naciones. Fotos: Periódico Trabajadores y Cubadebate

 

El Guaso aparte

 

En el caso de Guantánamo, las autoridades deportivas de la provincia preveían que entre nuestros 11 representantes -solo compitieron definitivamente 10 porque Dayron Robles Planas pese a viajar a suelo brasileño no pudo incursionar en los 110 metros con vallas por lesión- se lograran entre dos o tres metales, uno de ellos dorado, algo que se pudo materializar con la corona del boxeador Arlen López Cardona (75 kilogramos) y el bronce del también púgil Erislandy Savón Cotilla (91), aunque “la cosecha” de espacios en el podio pudo ser mayor.

 

De los guantanameros los otros que lograron un buen desempeño y se colaron al menos entre los ocho mejores de su especialidad fueron: la heptalonista Yorgelis Rodríguez García (7), quien hizo la mejor competencia de su vida e impuso record nacional en el heptatlón con 6 mil 481 puntos; y el triplista Lázaro Martínez (8) que logró ser finalista y allí estirarse hasta los 16 metros y 68 centímetros -por debajo de los 17.06 que hizo hace un mes para reafirmarse como campeón mundial juvenil.

 

También el remero Ángel Fournier Rodríguez (6) que con tiempo de 6 minutos, 55 segundos y 90 centésimas en la final A del par de remos cortos mejoró el séptimo lugar de los Juegos de Londres 2012; y el luchador de los 57 kilogramos del estilo libre Yowlys Bonne García (5), pese a que de ambos se esperaba mucho más.

 

Del resto de los extremo-orientales también se destaca la nadadora Elisbeth Gámez Matos, que no pasó de la segunda serie de clasificación en los 200 metros del estilo libre, pero hizo una nueva marca personal de dos minutos, un segundo y seis centésimas.

 

Completan la lista el triplista Ernesto Revé Serrano, ocupante del puesto 14 con salto de 16.58; el tirador Jorge Grau Potrillé (lugar 27 en la prueba de pistola a 50 metros y 37 en la pistola de aire a 10 metros); y la corredora Evelyn Cipriano Charlot, quien incursionó con el relevo femenino cubano de 4 X 400, último en llegar a la meta en la segunda eliminatoria con crono de 3:30.11.

 

Aparte del ya mencionado Lord del Guaso -que de lograr competir era un serio aspirante a luchar por medallas de acuerdo al tiempo de clasificación olímpica con que llegaba (13.27 tenía Robles Planas y el bronce en Río de Janeiro, el francés Dimitri Bascou , hizo 13.24)-, también estuvo en la delegación oficial cubana en la capital de la samba el entrenador Rolando Acebal Montes, jefe del colectivo técnico del equipo nacional de boxeo y por tanto ligado a los tres oros e igual cantidad de bronces coleccionados por los púgiles cubanos en tierras brasileñas.