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Campana Vs BloqueoEl deporte cubano tiene ya un historial de logros que hace que nuestro pequeño archipiélago pueda en resultados codearse y hasta superar a países del primer mundo, algo que ha sido posible sobre todo a las políticas de masificación deportiva que impulsó la Revolución Cubana tras su triunfo el Primero de enero de 1959.

Esos resultados que tanta alegría han dado a nuestro pueblo no es menos cierto que se han visto disminuidos ante la avalancha mercantilista y económica que se ha apoderado del deporte internacionalmente y que ha provocado que aquellas naciones con más recursos inviertan más "billetes" para mejorar sus premios deportivos –y en consecuencia obtener más dinero-, aunque para eso tengan que comprar atletas de otras nacionalidades o pagar por "debajo de la mesa" para acoger la sede de algún evento importante o evadir los controles antidoping.

Aparte del hecho antes mencionado, el deporte cubano en los últimos años ha sido golpeado por la "caza" de atletas, por el deterioro de muchas instalaciones con la llegada del llamado Período Especial... y en esa lista, se incorpora con un lugar preponderante el bloqueo económico, comercial y financiero que Estados Unidos ha mantenido contra Cuba por más de medio siglo.

Hablar de este injusto y extendido bloqueo y sus afectaciones al sector deportivo es cosa muy seria, pues con la aplicación de muchas de las medidas contenidas en él se encarece la compra de implementos deportivos y la participación de nuestros atletas en muchísimos eventos, pues el dinero presupuestado más el que aporta el sector se debe emplear en comprar los recursos necesarios a precios más altos y en mercados más lejanos que el norteamericano, más barato y cercano pero inaccesible para nosotros.

En esa pared que levanta el bloqueo el costo de los implementos es precisamente de las cosas que más golpea. Un ejemplo bien actual es que las pelotas que usaron los Indios Guerreros del Guaso en la actual 56 Serie Nacional de Béisbol, de marca Mizuno, son compradas en Japón a un precio de 9.50 dólares –sin contar el fletaje que acrecienta el costo en un 25 o 30 por ciento-, mientras en Estados Unidos las Wilson cuestan solo 5.80.

Por otro lado, con vista a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, el tirador guantanamero Jorge Grau y el resto del equipo nacional que participó en la lid de la Ciudad Maravillosa tuvieron que preparase sin poder utilizar balas -solo recibieron una pequeña cantidad de municiones marca Eley un mes antes de la cita "bajo los cinco aros"- y en consecuencia se vieron en la obligación de utilizar bases de entrenamiento en otros países.

Mientras, en esa misma lid el remero caimanerense Ángel Fournier tuvo que utilizar un bote de remos Filippi que es producido en Italia a un costo cercano a los 9 mil euros y que en norteamerica aparecen a un costo un tercio menor.

Otras muestras de estas afectaciones son el hecho de que la delegación que representó a Cuba en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014, tuvo que comprar los implementos en la propia sede –sin poder tener una necesaria adaptación a los mismos-, algo que se repitió en ocho deportes en los Panamericanos de Toronto 2015 y en 13 en las olimpiadas de Río de Janeiro.

Además, en materia deportiva en el transcurso de la administración de Barak Obama se le han impuesto 49 multas a entidades que comercializan con Cubadeportes, y de los 30 países que en este sector mantiene vinculo comercial con Cuba, 11 pasan muchísimo trabajo para realizar los depósitos y transacciones financieras, algo que se extiende en algunos casos a la hora de poder pagar a algunos de los colaboradores que tenemos prestando servicios en otras naciones, y hasta al asistir a eventos deportivos.

Otras aristas del bloqueo estadounidense se manifiestan con los impedimentos que muchas veces aparecen a la hora de nuestros atletas participar en competencias, bases de entrenamiento e intercambios en Estados Unidos, y también por la obligación que mantiene su Departamento del Tesoro de que para que un pelotero cubano intervenga en las Grande Ligas, tenga que obligatoriamente residir en otro país o romper su relación con Cuba, algo que aparte de ser discriminatorio, promueve el éxodo de beisbolistas.

Los anteriores son solo algunos ejemplos de los que causa el bloqueo norteamericano al deporte cubano, pues la lista es muy larga, pero pese a las dificultades que "planta" el cerco imperial el deporte cubano ha logrado con la calidad humana, la voluntad y los deseos de triunfar, que nuestro pequeño archipiélago siga escribiendo páginas de gloria y que el prestigio en materia deportiva de la Mayor de las Antillas, se mantenga.

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