La destrucción causada por el poderoso huracán Matthew a su paso por la región más oriental de Cuba, el pasado día 4 de octubre, se va transformando gracias al trabajo y empeño de los guantanameros y de los cientos de hombres y mujeres de otras provincias que brindan su apoyo solidario.
Sin dudas es mucho lo que aún queda por hacer, pero ya es palpable la paulatina transformación de los territorios afectados.
Esta pequeña muestra gráfica da fe de cuanto se va logrando.
Muchas instituciones de la comunidad de la Máquina, en Maisí, recuperadas en gran parte, ya prestan servicios a los pobladores de la zona.
Prácticamente lista la plaza de la cabecera municipal de Maisí para las múltiples actividades que en ellas se efectúan.
La principal unidad comercia de Maisí en la Máquina, poblado cabecera de ese municipio, recuperada totalmente, distribuye a sus clientes los productos de la canasta básica y otros asignados por el estado que se expende a precios módicos.
Los viales muy afectados por el meteoro, ya recuperados, permiten el acceso de vehículos de todo tipo.
Es mucho lo que queda por hacer en la recuperación de techos pero, varias viviendas ya cuentan con cubiertas más resistentes que las destruidas por los vientos de Matthew.
La belleza de la comunidad de Yumuri, límite entre Baracoa y Maisí, que fue circundada por dos aguas, se restablece, está liberada de escombros y la vegetación da las primeras muestras del atractivo colorido que la caracteriza.
En algunas zonas de Baracoa linieros de la Unión Eléctrica trabajan intensamente para restablecer el servicio en las pocas localidades pendientes.
El fuerte La Punta, insigne instalación del patrimonio de Baracoa recibe los últimos toques en el restablecimiento de su techo y están creadas las condiciones para levantar nuevamente el muro con piedras de la zona.
En la terminal de Baracoa son constante las operaciones de ómnibus con destino a diferentes provincias del país gracias a la pronta recuperación del viaducto La Farola.
Es constante la circulación de camiones trasportando a los municipios afectados la carga solidaria como muestra de la cooperación de todo el pueblo de cuba, así como de otros países amigos, como Venezuela.
Brigadas de linieros y otros especialistas de diferentes empresas eléctricas del país regresan a sus provincias con la satisfacción del deber cumplido después de intensas jornadas de trabajo.