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Un juego de béisbol en Cuba es más que deporte, y así lo refirma por estos días lo que se vive con el despertar del Gigante de San Justo, nuestro estadio Nguyen Van Troi, a donde solo basta llegarse para contemplar la amalgama de iniciativas, alegría, costumbres y tradiciones que desata la pelota, incluso allende el terreno.

Ya lo dijo la crítica de arte, ensayista e intelectual cubana Dr. Graciela Pogolotti: "nuestro deporte nacional es el fenómeno cultural de mayor alcance y arraigo, fervor creativo que revela que la cultura popular conserva potencialidades inexploradas, pasión que atraviesa transversalmente todos los sectores de la población".

Y es que muy pocos escapan de esa pasión, y ninguno de la influencia beisbolera en nuestro día a día: en la forma de hablar (lo cogí fuera de base, caí de fly, ser cuarto bate, la boté de jonrón), en las discusiones que lo mismo arma un piquete en un parque que en la puerta de tu casa, en el seguimiento mediático, en temas de canciones, en la iniciativas barriales cuando el equipo de preferencia anda bien, entre otros.

Pero en el estadio es donde se resume todo. Allí, en el espacio en que la conga se improvisa en un dos por tres, donde afloran los "árbitros" y "directores" de gradas, y la gente goza lo mismo coreando "Piki camina eso", que "oye te cogió la conga", en el lugar en que la socialización es inevitable y todos a tu alrededor comparten cual familia aunque no se hayan visto jamás.

El pasado 8 de octubre, la 54 Serie Nacional de Béisbol hizo su irrupción en Guantánamo, y con ello, la casa de los Indios Guerreros del Guaso se llenó de júbilo, de pueblo beisbolero y divertido que espera con ansias este momento del año para asistir al Van Troi a apoyarlos, más si, como ahora, el equipo anda batallando en los primeros lugares.

Ya la pelota en su máximo torneo nacional es realidad tangible en la esquina Este de Cuba, y por ello, Venceremos les trae una muestra de cómo recibe nuestro Gigante esta nueva contienda, y de lo que se vivió la noche de miércoles en el graderío, cumbre de esa pasión que desata aquí nuestro deporte nacional.

Fotos: Leonel Escalona Furones

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