Ya estamos en julio y la tierra sigue la vuelta alrededor del Sol. Esta vez su movimiento de traslación indica a quienes vivimos en este lado del Planeta, que ya estamos en pleno verano, aunque desde junio se venga anunciando.
El calor sofocante, las temperaturas por encima de los 30 grados, la sensación de resequedad en la boca y el barullo de los niños por doquier… muestran que la vida cambia, ya no solo en la naturaleza, sino para el ser humano y también la sociedad en general.
Se rompen las rutinas, se modifican los horarios, algunos salen de vacaciones a crear nuevos recuerdos, o incluso a reencontrase con la familia, otros simplemente se transforman… desde su manera de vestir, los hábitos alimenticios, las actividades cotidianas.
Salir a las calles, el río, la playa o la piscina, usar ropas cómodas, cortas y tomarse un refrescante helado, bebida o granizado… se vuelen una necesidad, aunque siempre hay quienes prefieren pasar el día entero en casa para ver series, novelas, shows...
La cuestión es disfrutar esos días, sin olvidar la protección constante contra los abrazadores rayos del sol.