Los estudiantes de todo el mundo, sin importar su estatus social, cultura o religión, comparten un rasgo característico que los define como parte de ese grupo social que tiene como misión principal perder horas de sueño para pasar un examen, entregar un trabajo o hacer una exposición en clase.

Y es por esto que, a través de los años, han buscado la manera en la cual ésta ardua carga académica sea un poco más ligera y fácil de llevar y permita obtener una buena nota en un examen sin tener que dormir menos.

Copiar o hacer “chuletas” (el popular apunte que se lleva oculto para responder en los exámenes) es eso que nos une a todos como estudiantes y es algo que, como todo, se ha podido desarrollar en paralelo con las nuevas generaciones y las innovaciones tecnológicas.

Un artículo publicado en el sitio BlueBBVA (http://www.bluebbva.com/2015/09/las-formas-mas-absurdas-en-las-que-la-tecnologia-ha-ayudado-a-un.asp) menciona como la tecnología ha ayudado a desarrollar de forma interesante la manera en que los estudiantes se copian en clases.

– Copiar a través de un mensaje de texto. Con la tecnología de los mensajes directos se ha conseguido que copiar a un compañero sea más fácil, sin depender únicamente del alcance visual, ya sólo queda enviar un SMS para que te pase la respuesta de la pregunta que te falta.

– La llamada “chuleta” ahora es 2.0. Gracias a la llegada de la impresora, nos podemos olvidar de esas largas horas escribiendo todas las respuestas del examen en un papel diminuto. Ahora sólo tienes que seleccionar un tipo de letra pequeño y listo. Se acabó quedarse bizco intentando descifrar los jeroglíficos que inventaste la noche anterior porque ya no cabía nada más. Ay qué tiempos…

– Wikipedia. Ésta página se ha convertido en la enciclopedia favorita de muchos estudiantes, no sólo para usarla como fuente de información, sino para “copiar y pegar” textualmente lo que allí se dice. Esto hace que se haya convertido en un arma de doble filo, ya que al ser tan conocida es fácil de detectar la trampa y ser descubierto. Allí no sólo se puede encontrar información veraz sobre algún tema, sino que también cualquiera puede escribir lo que le plazca y lo que debería ser en un trabajo fácil se convierte en algo difícil.

– Comprar trabajos por Internet. El equivalente real de esto lleva existiendo desde que el mundo es mundo. Pero ahora el abanico de opciones es mucho más amplio. El uso del internet se extiende tanto que existen mil sitios web en donde se pueden comprar trabajos ya hechos, sin importar el tema que necesites. Es una opción que suele ser más perjudicial que beneficiosa, ya que gastas dinero y puedes perderlo si llegan a descubrir que sólo lo has comprado.