Hoy el pueblo griego ha hecho historia, así de rotundo se expresó el líder de Syriza, Alexis Tsipras, al anunciar ante cientos de sus seguidores el triunfo en las elecciones legislativas celebradas en el país.

La celebración, sin embargo, quedó un poco deslucida por el hecho de que la formación de izquierda no obtuvo la mayoría parlamentaria absoluta por muy poco, y le obligará a buscar un pacto postelectoral que no tendrá nada fácil.

Con el 86 por ciento de los votos escrutados, el reparto de escaños otorgó 149 a Syriza, dos menos de la mayoría absoluta, 76 al conservador Nueva Democracia y 17 tanto para el partido fascista Amanecer Dorado como para el socialdemocrata Potami.

Tras ellos se situaron el Partido Comunista, con 15 diputados, y los derechistas Griegos Independientes con 13 al igual que el Pasok, que fue la fuerza política con representación parlamentaria con menor número de votos.

Pese a todo, Tsipras apeló a su victoria para reivindicar "la lucha de todos los pueblos de Europa contra la austeridad" que desde Grecia "avanza con pasos firmes por el cambio".