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Equipos de socorristas colombianos intensifican hoy las labores para rescatar los cuerpos de 17 obreros quienes quedaron atrapados en una mina de oro del departamento de Caldas, tras el desplome de parte de su estructura.

Según hipótesis preliminares la inundación del yacimiento, aledaño al río Cauca, ocasionó el desastre la víspera.

Debido al tiempo transcurrido, la profundidad de los socavones y los niveles de agua dentro de esas cavidades, los expertos de la Cruz Roja y otros organismos infieren que los operarios fallecieron, aunque sus seres más allegados mantienen la esperanza de encontrarlos con vida.

Televisoras transmitieron imágenes de los trabajos de búsqueda, los cuales proseguían incluso en horas de la noche. En los alrededores de la mina permanecen colegas de las víctimas del derrumbe, familiares y equipos de rescatistas.

La vena pertenece al municipio de Riosucio, situado en el occidente de Caldas, y según declaraciones de especialistas se explotaba de manera artesanal por los pobladores de la zona.

Los dos pozos anegados fueron construidos en el propio lecho del río para llegar hasta las profundidades y extraer el mineral dorado.

No tenemos permisos oficiales aún pero hemos vivido siempre de la búsqueda de oro en esta región, declararon trabajadores a la prensa.

De acuerdo con la directora de la Agencia Nacional Minera (ANM), Natalia Gutiérrez, los propietarios de la mina realizaban trámites para su legalización.

Adicionalmente la funcionaria explicó que el sitio había sido cerrado en varias oportunidades a la espera del dictamen final de la ANM, que requiere de visitas previas para verificar las condiciones del lugar y su seguridad.

En octubre pasado Colombia sufrió la muerte de 12 personas en un yacimiento carbonero situado en Amagá, Antioquia, departamento cercano a Caldas.

Datos divulgados por diarios locales revelaron que en los últimos cuatro años unas 500 personas perdieron la vida en esos escenarios en medio de tareas extractivas.

En opinión de investigadores colombianos, la ausencia de estudios hidrogeológicos e incluso de mapas sobre algunos de esos yacimientos incrementan el riesgo de tales faenas.