hisham wannous entrevista 580x436La periodista Liliam García entrevista a Hisham Wannous en un set de TeleSur. Foto: @LiliamLee/ Facebook.

Han transcurrido seis años desde que comenzó la guerra en Siria. Unos 130 grupos terroristas llegaron a operar en ese país que hoy continúa defendiendo su soberanía a un alto precio, porque más allá de la destrucción de su infraestructura y la tragedia que trae consigo el desplazamiento humano forzado; está  la pérdida irreparable de casi medio millón de vidas humanas, un dato que da la medida de cuanto ha padecido y padece ese pueblo.

La lucha contra el terrorismo en Siria ha sido tema permanente en los espacios informativos de Telesur a través de su corresponsal en ese territorio árabe, Hisham Wannous. Su incondicional compromiso profesional, el escenario desde el cual trasmite al mundo un conflicto que tanto lo involucra y la singular modestia con la que acompaña cada uno de sus actos, lo engrandece y provoca admiración entre quienes lo conocen.

En Caracas, lejos de ese ambiente tan hostil, no deja de percibirse en Hisham el drama humano con el que acompaña sus días, ese que describe en cada uno de sus reportes diarios. Cuando una fugaz sonrisa llega a dibujarse en su rostro o recibe con agrado el afecto y el reconocimiento por su desempeño, la sombra de lo que vive no se aleja del todo, no le permite ese vital respiro; lleva mucho dentro y ese peso lo mantiene permanentemente atado a su tierra.

Al conversar con él, la confrontación bélica en Siria alcanzó para mí otra dimensión, se hizo tangible, palpable. Su decir descriptivo, vívido, permite ver en imágenes lo que acontece en tan distante geografía. Su nación, que llegó a tener uno de los más altos estándares de vida en el Medio Oriente, es víctima de la ambición hegemónica de países que dan muy poco valor a la vida humana. Atrapada en una guerra impuesta por grandes potencias occidentales y vecinas, defenderse ha sido para Siria su única y permanente opción.

¿En qué contexto nace el conflicto?

Lo que se quiere en Siria es provocar un cambio de gobierno, esto es lo que buscan los países occidentales encabezados por Estados Unidos y sus aliados en la región, algunos países árabes como Israel y monarquías del Golfo Pérsico. La crisis que se produjo en Siria el 15 de marzo del 2011 comenzó con la mal llamada Primavera Árabe a través de lo que llamaron revoluciones “blandas” o “coloradas”. Desde afuera, intentaron provocar un levantamiento popular contra el gobierno y a través de ese levantamiento pensaban que podían derrocar al presidente Bashar Al Assad.

Sin embargo, el levantamiento fue ficticio porque la gran mayoría del pueblo sirio salió de inmediato, a las calles, a las plazas, a manifestar su apoyo al presidente y al gobierno.

En este sentido fracasó un primer paso del plan orquestado contra mi país. Es entonces cuando comienzan a aplicar el “Plan B” que es la introducción de elementos armados extranjeros procedentes de más de 80 naciones, a través de las zonas fronterizas con Turquía, con Jordania, con el Líbano y otros países vecinos que comenzaron a provocar un estado de caos en Siria. Los terroristas asesinaron a la población civil, atacaron al Ejército Árabe Sirio, destruyeron ciudades, la infraestructura, la cultura del país. Este contexto, que continúa hasta el momento, no ha provocado que el pueblo sirio se derrumbe, el pueblo se mantiene firme. La guerra no ha terminado y los objetivos de los países occidentales tampoco se han logrado, pero lamentablemente el costo ha sido muy grande.

Estamos viviendo una confrontación, siempre hay muerte, siempre hay destrucción, siempre hay tristeza, pero aún así, en paralelo siempre hay firmeza, siempre hay fe en el futuro de que el pueblo sirio saldrá triunfando en esta guerra.

El Ejército Árabe Sirio protagoniza una ofensiva contra miembros del Autodenominado Estado Islámico y el Frente Al Nusra, que son los principales bastiones terroristas que operan dentro del país. Sin embargo, existen grupos rebeldes que están deponiendo las armas, ¿A qué responde esta situación?

Hay que destacar que en el país operan en este momento alrededor de 130 grupos terroristas encabezados por el autodenominado Estado Islámico, una agrupación terrorista que no tiene nada que ver con la religión del Islam; y también está el Frente Al-Nusra. Esos dos grupos extremistas son los que están causando mayor daño a los ciudadanos, los están haciendo sufrir, destruyendo al país y también su infraestructura, saboteándola.

Pero hay que destacar también, y no lo podemos negar, el hecho de que algunos sirios alzaron las armas para alcanzar sus aspiraciones de cambio, de llegar a este punto, a ese objetivo mediante la fuerza. Esos grupos armados, a la larga, vieron que estaban destruyendo su país, que estaban matando y asesinando a sus connacionales y que fueron engañados, ya sea por parte de los grupos terroristas extranjeros o por parte de los países que los patrocinan.

Reaccionaron y decidieron que debían deponer las armas y sentarse en la mesa de diálogo, o tratar de alcanzar sus aspiraciones de cambio de forma pacífica, a través de las conversaciones.

Han pensado en esto después de que el presidente Bashar Al Assad decretó una Amnistía General que absuelve a todos los armados que deponen las armas siempre y cuando no hayan cometido actos o delitos de asesinatos. Por otra parte, a través del proceso de reconciliación nacional, que es netamente sirio, que se desarrolla en Siria gracias al esfuerzo de sus autoridades y de los actores sociales en diferentes partes de Siria. Los armados se beneficiaron de ese decreto y del Proceso de Reconciliación. Depusieron las armas, la entregaron a las autoridades, regularizaron su estado jurídico y actualmente recuperaron el curso normal de su vida.

Miles de armados lograron ser amnistiados y ahora forman parte otra vez de la sociedad siria y trabajan en conjunto con sus compatriotas para reconstruir a su país y para poner fin a esta intervención terrorista.

Es conocido que entre los trasfondos de esta guerra está la exigencia de que el mandatario sirio, Bashar Al Assad, abandone la presidencia. Sin embargo, él continúa rigiendo el destino del país. ¿Cómo ha logrado esta permanencia?

El Presidente cuenta con el respaldo del pueblo sirio contrario a todo lo que dicen los medios de comunicación occidentales que lo describen como un dictador, como un tirano que está oprimiendo a su gente, a los civiles que quieren un cambio en el gobierno. La situación en Siria es completamente diferente, el pueblo desde el primer momento en que comenzó esta crisis siguió apoyando a su presidente a través de manifestaciones masivas en diferentes ciudades del país en contra de ese ficticio levantamiento popular del que hablé al principio. Más tarde, comenzaron a apoyar al Ejército Árabe Sirio en su lucha contra los terroristas.

Hay que destacar que ningún presidente puede mantenerse al frente de su país si el pueblo quiere cambiarlo. Y esta es la realidad, el pueblo sirio no quiere cambiar a su presidente.

Es válido destacar que en mi país se vivía en muy buenas condiciones, una vida feliz antes de que comenzara esta guerra. El presidente Al Assad ha modernizado a Siria, continuó los pasos de su padre, sobre todo en su apego a los principios nacionales, materializados en defender la causa palestina, el derecho de recuperar los territorios sirios ocupados, pero también en seguir mejorando las condiciones de vida de los ciudadanos.

Siria era el país más seguro en toda la zona del Oriente Medio, ocupaba una posición destacada a nivel mundial en tema de seguridad, era la única nación en el mundo árabe que no tenía deuda externa, es decir, teníamos autosuficiencia de todo, producíamos de todo, realmente vivíamos bien, en paz, con seguridad, y tranquilidad.

Todas esas razones demuestran que el pueblo sirio no estaba en la necesidad de cambiar a su presidente. En agradecimiento a este esfuerzo del mandatario los sirios siguieron apoyándolo. Este apoyo es el que lo mantiene en su cargo y también el apoyo del Ejército que está luchando contra los terroristas y la firmeza del pueblo contra los planes occidentales.

En estos momentos se están realizando conversaciones que reúnen a las partes involucradas en la crisis, indistintamente, en Astaná y en Ginebra, ¿Consideras que esas reuniones podrían llevar realmente a la solución del conflicto? ¿Cuál es la realidad en esos escenarios?

Las expectativas son mínimas respecto a esas conversaciones. El gobierno de Siria sabiendo que las expectativas son mínimas, aún así, acude a esos encuentros ya sea en Astaná, la capital de Kasajastán o en Ginebra, Suiza. Acude porque quiere demostrar, evidenciar que está interesado en alcanzar una solución política al conflicto, que él no está interesado en promover la guerra, que realmente lamenta las pérdidas humanas, lamenta la destrucción del país, lamenta el sabotaje contra la infraestructura, lamenta el saqueo a las reliquias históricas, lamenta los intentos de borrar la identidad nacional, y la identidad cultural y civilizada del pueblo sirio. En resumen, el gobierno continúa asistiendo a las conversaciones, aún sabiendo que la otra parte no quiere alcanzar la paz. Por qué digo esto, pues porque en Astaná las conversaciones eran con líderes de grupos armados que operan en Siria, algunos de ellos decidieron deponer las armas, otros siguen porque están ejecutando órdenes de sus patrocinadores -Arabia Saudita, Qatar, Turquía, Israel, Estados Unidos y también países europeos como Gran Bretaña y Francia.

Existe la oposición política también que va a Ginebra, que en su mayoría tampoco radica dentro del país, que siguen también las órdenes de sus patrocinadores, esos patrocinadores no quieren que el conflicto se solucione, razón por la cual la oposición no está representando a las aspiraciones del pueblo, sino que está defendiendo los intereses de sus patrones y siempre que van a las conversaciones imponen condiciones previas como son la salida del poder del presidente Bashar Al Assad, la formación de un gobierno de transición con plenos poderes; condiciones todas ellas inaceptables. Esas demandas lo que hacen es obstaculizar los diálogos y provocan que se extiendan indefinidamente sin lograr una solución.

Hisham, ¿A qué responde que fuerzas militares rusas acompañen al Ejército Árabe Sirio en esta ofensiva contra los terroristas?

Rusia siempre ha tenido fuertes relaciones con mi país. Son relaciones históricas, arraigadas, sólidas, basadas en el respeto mutuo. Comparten intereses comunes ya sea a nivel político o en el ámbito comercial. También sus pueblos son pueblos amigos. Rusia actúa siempre en el marco de la legalidad internacional, respeta la soberanía de los países.

En base de la amistad que tiene con Siria, con el pueblo y el respeto a su soberanía, y después que constató que el Ejército, el pueblo y su liderazgo se mantuvieron firmes luchando contra los intentos de destruir a su país durante 5 años, decidieron que ese pueblo merecía ser apoyado.

No podemos negar que Rusia también tiene sus intereses que pasa por querer preservar la paz, la seguridad, la estabilidad a nivel mundial, por crear un equilibrio en el mundo, un equilibrio de fuerzas. También está interesada en impedir que los terroristas, que intentan destruir mi país, puedan llegar a su territorio.

Rusia decide ayudar a Siria a petición del gobierno legítimo de Bashar Al Assad, no ilegalmente como lo están haciendo los Estados Unidos o Turquía alegando su lucha contra los terroristas al tiempo que destruyen la infraestructura del país o provoca la muerte de civiles con sus bombardeos aéreos, los llamados ataques de la coalición internacional liderada por Washington.

En contraposición, Rusia coordina sus pasos y sus ataques con la comandancia del Ejército Árabe Sirio, una coordinación que impide caigan víctimas inocentes entre la población civil y ayuda a que los resultados en la batalla contra los terroristas sean positivos. Lo alcanzado por Rusia en un año de operaciones en Siria supera muchas veces, a los logros que divulga la Coalición Internacional sobre sus acciones en Siria desde el año 2014.

Y para quien ha vivido íntegramente este conflicto ¿La paz definitiva, cuan cercana o distante se encuentra?

El pueblo sirio no pierde la fe, en algún momento logrará recuperar la paz, la seguridad dentro de su país, la estabilidad, recuperar el esplendor de Siria. La paz está lejos, el camino es largo realmente, todo depende de la voluntad del pueblo, de su resistencia y firmeza, también de la valentía del Ejército Árabe Sirio, la sabiduría del liderazgo sirio. Sin embargo, no depende sólo de eso, eso ha mantenido a Siria firme hasta el momento, ha logrado que los países occidentales no puedan derrocarnos, pero el logro de la paz también depende de factores externos, depende de la voluntad de la comunidad internacional de querer trabajar de forma seria, honesta para ayudar al pueblo sirio a alcanzar la paz.

Ellos deben dejar de intervenir en los asuntos internos del país, dejar que los sirios resuelvan por sí mismos sus problemas. Muestra de la capacidad de resolverlos es el proceso de Reconciliación Nacional que está en marcha, está teniendo mucho éxito porque es un proceso netamente sirio, sin ningún tipo de injerencia extranjera.

Sostenerle la mirada a Hisham durante un diálogo en el que confluyeron tan velados sentimientos y entre los cuales también me descubro; esos que te hablan de amor patrio, de compromiso, de intransigencia a pesar de las circunstancias y también de orgullo –por qué no-; me permitió descubrir cuanto de Cuba hay en él.

En la pequeña isla del Caribe se hizo hombre, moldeó el férreo carácter de ese profesional que es hoy. Por eso su palabra denota firmeza cuando con contagiosa vehemencia expresa sentir agradecimiento y eterna deuda hacia esa tierra a la que un día, él dice, regresará.

Me formé en Cuba. Llegué muy joven, tenía 19 años. Me he realizado allá como hombre, como profesional, como ser humano, también como revolucionario. Cuba es un símbolo de resistencia, un símbolo de firmeza contra la hegemonía y contra el imperialismo norteamericano. Estar bajo bloqueo por más de 50 años y constatar la resistencia de ese pueblo, es algo grandioso. Es un pueblo culto, intelectual, portador de una inmensa humanidad, con mucho amor para dar, como el que me entregó a mí durante mis seis años de permanencia allí.

Soy uno de los miles de estudiantes extranjeros que se formó en Cuba. Esta formación es la que me ayuda a desempeñar mi papel en Siria, a seguir luchando en mi área, en mi campo del periodismo. Me enfrento diariamente a la manipulación mediática que ejercen con particular ensañamiento más de 1200 medios de comunicación occidentales y árabes que insisten en manipular nuestra realidad.

Gracias a Cuba estoy aquí, gracias a Venezuela, a Telesur que me ayuda a trasmitir lo que sucede en Siria. Agradezco también a Cubavisión por abrirme esta ventana para compartir con ustedes.

Sobrecoge tanta modestia en quien, desafiar el peligro, sortear los designios de una adversidad impuesta por la ambición humana y sobreponerse con diligencia a tan desgarradoras pérdidas, se ha convertido en perenne reto. Fue este un aprendizaje, una lección de vida que mucho se agradece.

Hisham Wannous ya está de regreso en su patria, pero para quienes tuvimos la oportunidad de conocerlo en tan fugaz viaje a este lado del mundo, no será sólo el reportero que desde la zona de guerra nos permite conocer, a través de la pantalla de Telesur, los entresijos de un conflicto. A partir de ahora es también esa persona que nos habló desde la experiencia, desde el dolor, mas nunca con pueril desesperanza. Cree en el futuro, en la victoria; no como una inalcanzable utopía, sino como aquel sitio distante al que sólo se llega con voluntad y firme determinación, y eso, mucho inspira.

Fuente: Cubadebate

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