EspañaJosé Luis Centella Gómez, secretario general del Partido Comunista de España (PCE), es uno de los muchos amigos que Cuba ha cultivado por todo el mundo a través de los años.

Centella se encuentra de visita en la Isla, donde recientemente recibió la Medalla de la Amistad que otorga el Consejo de Estado cubano a aquellas personalidades que defienden causas justas y ganan el reconocimiento del pueblo cubano.

Para ofrecer una visión sobre el trabajo actual del PCE, el difícil contexto europeo y las relaciones entre su país y Cuba, Centella ofreció una entrevista exclusiva a Granma.

-¿Cuáles son las principales preocupaciones y líneas de trabajo del PCE en la actualidad?

—En estos momentos, la defensa de la clase trabajadora española que se ve afectada por la crisis de Europa, y particularmente en nuestro país, que es muy grave.

«Por poner solamente algunos ejemplos, debo decir que en mi país hay más de cuatro millones de personas sin trabajo; diariamente 200 familias son desalojadas de sus casas por no poder pagar la hipoteca; hay una situación de corrupción que continuamente lleva a la cárcel a gobernantes y a empresarios.

«En segundo lugar, promovemos la paz, pues un partido comunista debe defender ese principio frente a las agresiones imperialistas, nos preocupa mucho la agresividad que está mostrando la administración del presidente estadounidense Donald Trump; y la situación en América Latina. En ese sentido el PCE está siendo muy solidario con el proceso bolivariano porque entendemos que en estos momentos desde Venezuela se está intentando debilitar a América Latina.

«Trabajamos también en el ámbito ideológico para que nuestra militancia esté formada, pues en las escuelas y universidades de España no se forman las personas desde con las ideas marxistas, sino desde el punto de vista de la economía neoliberal; por ello el PCE cubre esta cuestión con una escuela permanente de cuadros».

-¿Cuál es la relación de su partido con otras fuerzas progresistas españolas?

—Estamos convencidos de que solamente a partir de la unión de las fuerzas de izquierda y de progreso se puede combatir a un capitalismo cada vez más injusto y antisocial. Es por esta razón que mi partido ha apostado por una política de convergencia, un espacio donde varias fuerzas puedan convivir respetando siempre cada ideología y perfil.

«Creamos Unidos Podemos, que agrupa a tres grandes pilares: Podemos, que es una fuerza emergente; Equo, un partido ecologista; e Izquierda Unida, que es el bloque político que agrupa al PCE».

-¿Cuál debe ser el papel de las fuerzas progresistas europeas frente al avance de la extrema derecha?

—El PCE trabaja también en el ámbito europeo desde dos frentes: el Partido de la izquierda europea, un grupo de 52 fuerzas políticas; y también en el grupo de la Izquierda Unitaria del Parlamento europeo.

«En estos momentos en Europa se ha producido un avance del fascismo que está siendo manipulado por el sistema, y mediante el cual se trata de convencer a la clase trabajadora de que la crisis no la tiene el capital sino el inmigrante, eso es muy grave porque enfrenta a las personas según el lugar en que han nacido.

«Frente a ello, la respuesta debe ser un foro que se va a convocar en noviembre próximo de toda la izquierda europea, pues la izquierda, desde su diversidad, debe unirse.

«Eso en Cuba se logró cuando Fidel Castro pudo unificar a las izquierdas de la Isla para enfrentar e Fulgencio Batista, en ese momento la Revolución tomó su impulso definitivo».

-¿Existe un paralelismo entre lo que ocurre en Europa y lo que actualmente pasa en América Latina, con un auge de la derecha y el retroceso de fuerzas progresistas?

—Respecto a ello puede haber elementos similares, pero son cuestiones diferentes. El problema de mi continente es una Unión Europea que ha defraudado a la juventud y ha generado una situación de frustración que ha aprovechado el fascismo.

«En América Latina lo que ocurre es que, por una parte hay una ofensiva muy grande del imperialismo que está tratando de romper un proceso de integración desde tres ejes principales: el quiebre estabilidad económica – la bajada del petróleo ha sido clave-; el fin de la paz social, y el uso de instituciones (parlamentos o judicaturas) para desautorizar los procesos revolucionarios y quitarles su base social».

-¿Cómo valora el estado actual de las relaciones entre Cuba y España?

—En primer lugar quiero referirme a las relaciones entre los pueblos de ambos países, pues en los peores momentos -como los ataques de José María Aznar al gobierno de la Isla- el pueblo español siempre mantuvo su solidaridad y apoyo a los cubanos y a su independencia.

«En el caso del vínculo entre gobiernos han ocurrido notables avances por parte de España, pues creemos que fue un error que el gobierno de mi país no encabezara la apertura de la Unión Europea con Cuba; y fue un error también que España liderara la Posición Común de la UE - tan irracional y tan negativa- contra la nación caribeña.

«En estos momentos se está rectificando pues se han dado cuenta de que Cuba hoy merece tener su lugar en el mundo, y hoy Cuba es también una esperanza. Curiosamente la Isla puede aportar más a la economía española, que lo que la española le puede aportar a la Isla».

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