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Omar ranedo en portadaEste 18 de febrero se cumplen 60 años de la muerte de un estudiante y trabajador esforzado que en el umbral de los 18 años cumplía misiones del Movimiento 26 de Julio.

 

 

 

 

 

 

 

 

Bernabé Omar Ranedo PubillonesEs fácil imaginarlo. Al encuentro con la inmortalidad aquella noche del 18 de febrero de 1958, iba un joven virtuoso que prefirió esa difícil senda a celebrar plácidamente sus 18 años el siguiente 26 de mayo.

Aquel avispado estudiante por curso libre del Instituto de Segunda Enseñanza de Guantánamo, quien también se instruía en el programa de ingreso a la Escuela de cadetes, a la vez que cumplía laboralmente sus funciones de administrador de los Ómnibus Espino, asumió el que consideró deber insoslayable: luchar clandestinamente como miembro del Movimiento 26 de Julio.

Era un joven educado, honesto, que había cultivado sus virtudes. Sus familiares y amigos siempre le reconocieron la vocación intelectual, su serenidad y honestidad, apenas viviendo los inicios de su juventud.

Arte de persona en vida breve

Disfrutaba la pesca submarina, leía mucho y desde niño aspiraba a ser militar en los cuerpos de marina o aviación, por lo que mantenía correspondencia con varias escuelas militares. Su carácter, desde pequeño, era fuerte y reservado.

Su nombre, Bernabé Omar Ranedo Pubillones.

Había nacido en familia de clase media, en la calle Pedro A. Pérez y 1 Sur, en esta ciudad; hogar cómodo, abundantes relaciones en la sociedad guantanamera de su época. Sus padres, Dora Pubillones Heredia y Julián Ranedo Pastor; dos hermanas, Martha y Nuria, menores que él.

La primera instrucción, Colegio La Salle (edificio de la actual Escuela secundaria básica urbana Pedro A. Pérez); luego, Colegio Episcopal Sarah Ashurst (ahora, Secundaria básica Rafael Orejón Forment), en el cual se graduó de octavo grado, en junio de 1953.

Como muchos jóvenes, entendió la necesidad del sacrificio personal para liberar a su Patria de la tiranía batistiana y de los males de aquella sociedad. Encontró su lugar de combatiente revolucionario integrando el Movimiento 26 de Julio, liderado por Fidel Castro Ruz.

De aquella generación con que compartía valores, unos ya eran guerrilleros del Ejército Rebelde en los montes, él y otros pertenecían a las milicias urbanas del 26 en las ciudades. No pocos habían caído en combate o eran perseguidos por la represión.

El llamado del deber

Consta que Omar fue iniciado en la Liga Juvenil Independiente Odd Fellows (organización fraternal) el 29 de enero de 1955 y era miembro de la Colonia Española de Guantánamo (sociedad de beneficencia, cultura y recreo) desde el 17 de mayo de 1957.

Sus conocidos valoraban las prendas de su carácter y educación, tenía muchos amigos y era muy querido por los empleados de la empresa que administraba. Destacaba en él el estudiante valeroso y fuerte, inteligente y capaz.

Prescindió de sus comodidades y proyectos personales, y escuchó la voz del deber con los sufrimientos de la Patria. Sintió hondamente la obligación de sumarse a la lucha. Tras ingresar al Movimiento 26 de Julio, aportó a él sus bienes materiales: “Incluso vendió un automóvil de su propiedad para incorporar ese dinero a los fondos de la organización”, reseña su biografía de mártir de la Revolución Cubana.

Omar, sargento de las milicias urbanas del M-26-7, fue responsabilizado de ejecutar, en unión de otros dos compañeros, un sabotaje: la quema de un ómnibus de la ruta 13-norte al 13-sur, en la noche del 18 de febrero de 1958.

En plena actuación, en la parte sur de la ciudad, son sorprendidos por una patrulla militar, integrada por el soldado Salvador Macías y los miembros de la policía Pedro Castillo y Pedro Méndez.

En el enfrentamiento, mientras sus compañeros logran escapar, Omar es herido, trata de retirarse pero solo alcanza a quedar junto a una cerca de alambre de púas de un potrero en las inmediaciones del lugar del hecho.

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Los militares comunicaron la noticia al capitán Manuel de Jesús Cosallas, reconocido asesino, que se dirigió al lugar manifestando que no quería heridos ni prisioneros, se conoció y divulgó después.

El cadáver de Omar fue hallado al amanecer en la calle Luz Caballero y 11 Sur, donde hoy se levanta un monumento a su memoria. Su muerte tuvo honda repercusión y compulsó a otros jóvenes a incorporarse a la lucha en las montañas, según se ha reseñado al rememorar la figura de este mártir.

Al sepelio de Omar asistieron cientos de personas, en manifestación de duelo, pese a que el ejército de la tiranía situó guardias con armas largas en todas las calles hasta el cementerio.

Atemorizado por aquella decidida masa humana que marchaba junto al féretro cantando el Himno Nacional, el mencionado capitán asesino repartió granadas a los soldados a la vista del pueblo.

Los guantanameros, cumpliendo orientaciones de la dirección del Movimiento 26 de Julio, acompañaron los restos mortales de Omar hasta el cementerio San Rafael.

Se levanta un permanente ejemplo popular

La reseña continúa exponiendo que allí un joven izó la bandera roja y negra símbolo del M-26-7, aprovechando la confusión y la tensión de aquel triste momento en que se efectuaba la despedida de duelo.

“Durante una semana los guantanameros decretaron duelo. Los edificios cerraron sus puertas por unos días y las calles se vieron desiertas, desde entonces se incrementó la resistencia cívica y el número de jóvenes alzados”.

Por decisión de la Comandancia del Segundo Frente Oriental Frank País, de cuya constitución se cumplen 60 años en este 2018, la Compañía D de la Columna No. 18 Antonio López Fernández fue nombrada Bernabé Omar Ranedo Pubillones.

Sesenta años después de su caída en acción, no solo se recuerda su holocausto por la causa patriótica, sino que sus valores personales son inspiración para las nuevas generaciones de revolucionarios guantanameros.

La obra de la Revolución Cubana, por la que luchó y aportó la ofrenda de su vida joven, y la existencia de nuevas generaciones de revolucionarios guantanameros constituyen muestra de eterna gratitud de su pueblo a la memoria de la sangre ofrendada generosamente para el futuro por Omar Ranedo.

Su nombre se perpetúa en la denominación del Policlínico Universitario Centro (calle Máximo Gómez esquina a Bernabé Varona), en sendas escuelas primarias de esta ciudad y la multigrado de la comunidad de Barrancadero, Consejo Popular Mata-Guandao, Baracoa, y otros.

 

Fuentes consultadas:
Ecured: https://www.ecured.cu/Bernab%C3%A9_Omar_Ranedo_Pubillones
Solvisión: http://www.solvision.cu/es/especiales/26-de- julio?start=95
Biografías de mártires guantanameros: Bernabé Omar Ranedo Pubillones,
Archivo Histórico Provincial Rafael E. Polanco Bidart.