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omnibus problemas transporteEn los talleres, 11 Ómnibus Diana esperan por soluciones a problemas técnicos y reposiciones de neumáticos.

¿Usted se ha preguntado alguna vez ¿cuántas personas caben en una guagua?

Las respuestas pudieran ser sorprendentes, pero lo cierto es que ningún referente -ni siquiera el de sardinas en latas- asemeja “la apretazón” del transporte público urbano, donde la relación cantidad de personas-espacio físico desafía las matemáticas.

Para suplir la demanda de movilidad en la ciudad de Guantánamo, con más de 200 mil habitantes, la Unidad Empresarial de Base (UEB) de Transporte en el municipio (ómnibus urbanos), contabiliza 73 vehículos, que abarcan 10 rutas dentro de la demarcación y otras destinadas a comunidades periféricas como Paraguay, Cecilia, Maqueicito, Maquey, La Jabilla, Ullao, Boquerón, Cayamo y Hatibonico.

En su mayoría, los itinerarios están cubiertos por 43 Dianas, con capacidad para 44 pasajeros, de ellos 26 sentados y 18 de pie.

Por su parte, nueve Yutong se destinan a la ruta cinco, desde la intersección de las calles Pedro A. Pérez y Ramón Pintó hasta el Instituto Vocacional de Ciencias Exactas; y apoyan el servicio siete vehículos Daewo, esta última tipología con más de 10 años en las calles, y en este momento considerada por los transportistas como “línea muerta” -ya no se fabrican ni existen sus piezas de repuesto, y “sobreviven” por inventiva de los técnicos en los talleres.

Según las estadísticas, suman 49 mil los pasajeros trasladados cada día –asegura Asiel Romero Aguilera, jefe de Operaciones de Ómnibus Urbanos- y son las rutas 5, 9, 2 y 6 las más “llenas”, pues conectan zonas de la ciudad con importantes servicios y gran cantidad poblacional.

No obstante, la percepción entre la población es que “el transporte no es suficiente”…, pues no trabaja el total de carros de manera simultánea.

Aparcadas en la UEB, a la espera (paciente) de soluciones, “descansa” una decena de Dianas; necesarias para llegar, al menos, a cubrir todas las rutas, según el director de la entidad Manuel Rojas Castillo. Menos de la mitad del total de autobuses está disponible.

omnibus problemas transporte2Las Diana, con capacidad para 40 personas (26 sentados y 14 de pie), son fabricadas por la marca Yutong, que monta el chasis, puente y caja de velocidad. En Cuba, se ensambla el otro 60 por ciento de los componentes que necesita la carrocería.

Problemas…

Los excesos en el uso, cantidad de pasajeros, peso y cargas, implican sobreexplotación de los carros del servicio urbano, lo que acelera su deterioro.

Un ómnibus roto, cuando sus insumos no están en el territorio, demora unos 15 días paralizado, pero algunos sobrepasan los cinco meses en espera de piezas en almacenes de otras provincias o la compra de repuestos al proveedor Yutong, en lo cual media un largo proceso de solicitudes y aprobaciones, explica el director.

El principal problema de las Diana son los neumáticos, reconoce Orlis Preval Peralta, especialista en Transporte; pero de manera general, son comunes los daños en platos opresores, discos de cloches, collarines y cables de embrague.

Afectan también, describe Yoleisy Nolazco Suárez, del departamento técnico, las pieles de los frenos, desgatadas por exceso en su norma de explotación; mientras, como resultado del mal estado de las carreteras y calles, los muelles “sufren” al caer en baches o sortear piedras en la vía.

Pero lo que más preocupa a la población en las Diana, es su poca capacidad. Son muy pequeñas en relación con la cantidad de personas que las esperan; sin embargo, el Ministerio de Transporte seguirá apostando por ellas y la alternativa es aumentar el número y frecuencias de los viaje, precisa Rojas Castillo.

La meta hoy es disponer de tres carros para las rutas 1, 2, 3, 4, 8 y 9; dos para los recorridos 6, 7 y 10, y el destino Parque-Vocacional (5), por ser el de mayor demanda, nueve vehículos.

omnibus problemas transporte3Los asientos, entre los elementos más deteriorados por la sobrexplotación y la indisciplina social.

La barbarie

En la parada, desde la sabiduría popular -a veces sin toda la información, pero con muy buenas ideas- emergen opiniones que apuntan a las fallas de organización, y precisan que en ocasiones no pasa ninguna guagua en lapso prolongado de tiempo, y luego aparecen dos o tres.

Para evitarlo, están establecidos horarios de expedición y tiempos promedio en los itinerarios, a los cuales deben apegarse los choferes y así cumplir con la frecuencia justa para cada viaje.

Los momentos más “intensos” llegan en los horarios pico, de mayor demanda, y en proporción directa, aumenta la indisciplina de los pasajeros, quienes se atropellan para subir a los ómnibus o congestionan la circulación dentro de ellos, al ocupar posiciones “justo al medio” del pasillo o las puertas.

Las escenas –me consta- van desde agresiones verbales de usuarios a conductores y viceversa; discusiones entre pasajeros que han llegado a la violencia física, gritos, conversaciones de una esquina a otra del vehículo, música alta, empujones para subir, estirones para bajar…

En las puertas traseras de vehículos se perciben espacios vacíos donde hubo cristales; los mecanismos de cierre dañados, pasamanos con desprendimientos; asientos plásticos rotos y comienzan a romperse en las Diana, por robo de los tornillos de acero que sostienen, el espaldar y fondo. En los techos tapices rayados y estampados de nombres y trazos…

El daño

Las agresiones al transporte público llega al vandalismo, afirma la especialista de Seguridad automotor Magdalena Rodríguez Zamora, quien ilustra a Venceremos sobre una multa impuesta a un infractor que rompió, en estado de embriaguez, el cristal de una ventanilla, mientras se han procesado a cuatro individuos por apedrear parabrisas de ómnibus, y en una ocasión, agrietarlo de un machetazo.  

Más allá de actas, amonestaciones y, en contados casos, imposición de multas, no constan sanciones severas contra los infractores, o por lo menos no han sido comunicados a la Dirección de Ómnibus Urbanos, denunciante de los hechos.

De un Yutong, para que se tenga una idea, los costos ascienden a 245,40 pesos convertibles (CUC) y 55,55 en moneda nacional (CUP) por un parabrisas, los asientos 25,91 CUC y 41,93 pesos cubanos y un espejo retrovisor, 21,48 CUC y 8,19 CUP, detalla Rafael Ortiz Sofía, encargado de almacén en la UEB.

Las multas aplicadas no suman semejante cantidad.

De manera que, ante el incremento de las conductas delictivas se imponen –junto a la prevención y educación ciudadanas- medidas más severas para quienes quebrantan la ley y afectan la propiedad social, y adicionalmente ponen en peligro la seguridad del tránsito, el orden público y la vida de los transeúntes.

omnibus problemas transporte4A pesar de las carencias, se han mantenido todas las rutas dentro de la ciudad, con un promedio de 16 viajes por cada jornada, aunque sea con un ómnibus.

Alivios

Empero hay que reconocer, que el transporte muestra mejorías palpables en relación a años anteriores; y los recorridos, aun sin la cantidad de ómnibus necesarios, no se han paralizado, y cubren las rutas previstas.

Eso se debe –destaca el director de Ómnibus Urbanos- a la entrada de las 43 Diana, y las reparaciones técnicas y de chapistería a los Yutong y Daewo, un empeño al que se dedican técnicos y mecánicos.

También, tributan a la transportación vehículos pertenecientes a otros municipios como El Salvador, Manuel Tames y Yateras, que prestan servicio de ruteros mientras esperan su próxima salida; a lo que también se suman las guaguas provenientes de Paraguay, Boquerón y Cecilia.

Además, el popular “camello” traslada en cada viaje un centenar de pasajeros, mientras guaguas de entidades como el Parque de diversiones Elpidio Valdés, Cupet, la Fábrica de Conservas Guaso y algunas pertenecientes a la Empresa de Transporte Escolar, refuerzan algunos destinos. Por el contrario, circulan vacíos otros autobuses del sector empresarial como Etecsa y la Unión Eléctrica, los de unidades militares y el Ministerio del Interior y la perteneciente al Poder Popular Provincial, que bien pudieran contribuir al traslado de pasajeros.

Sigue siendo una asignatura pendiente la sensibilidad –y de ser posible obligatoriedad- de los autobuses institucionales de prestar servicio cuando recorren la ciudad y apoyen mientras no estén ocupados por sus entidades a la necesitada población.