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trabajo voluntario Guantánamo 1Apoyo a la siembra de caña y maíz en una granja agrícola cercana a Felicidad de Yateras.Todo comenzó por un simple pedido, o más bien una convocatoria, por parte de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) a nivel nacional, en vísperas de su cumpleaños 57, y también para conmemorar los 58 de la Organización de Pioneros José Martí, ambos aniversarios celebrados el pasado 4 de abril.

Era domingo, y mientras algunos descansaban en casa o se alistaban para iniciar el lunes la semana laboral, unos 30 guantanameros: dirigentes, trabajadores, estudiantes del preuniversitario Enrique Soto y del Complejo Vocacional José Maceo Grajales, y de otros colectivos, fueron citados a las 6 de la mañana, en la sede del Comité provincial de la UJC, para una jornada de trabajo voluntario agrícola.

La mayoría tenía entre 15 y 35 años, jóvenes entusiastas en cuyos rostros se notaba la disposición de emprender cualquier misión. A la cabeza de ellos fue Yaneisi de La Cruz Pérez, funcionaria de la UJC en la provincia y responsable de la esfera obrera; una mulata de película, jaranera, sociable y de carácter firme… quizás por ello logró movilizar a todos con una sola voz de mando.

¡Al ómnibus! –indicó- Nos vamos para Yateras.

La madrugada, con su fresco aire primaveral, conspiraba para que en los minutos que duró el viaje desde Guantánamo a aquel municipio, algunos cayeran dormidos. El tiempo pasó volando y también el bus; en un abrir y cerrar de ojos se arribó al sitio acordado: la Empresa Agroforestal yaterana.

Dijo Yaneisi que se había escogido Yateras porque ese territorio cuenta con muchas cooperativas.

trabajo voluntario Guantánamo 2Caña para semilla garantizan estos jóvenes.

Manos a la obra

La tarea fue apoyar la siembra de maíz y caña en la granja agrícola cercana a Felicidad de Yateras. Allí esperaba una decena de residentes de la serranía; algunos ya estaban inmersos en el trabajo, araban la tierra, preparaban las semillas para el cultivo…

Al ver que la jornada había comenzado, los recién llegados se quitaron las mochilas y partieron rumbo al surco, sin temor siquiera a las imponentes reses que labraban el campo.

Yisenia Vines Ramos, de la escuela primaria Ramón López Peña, en la ciudad capital, fue de las primeras en sumarse a la encomienda. Mientras esparce los granos de maíz y siente sus pies hundirse en el terreno recién removido y fangoso, sonríe, dice que es su primera vez en la agricultura.

Sabía la importancia de esta acción; por eso cuando el secretario de su Comité de Base le comentó la propuesta, aceptó sin dudarlo, y sumó a otros cuatro.

Para Yirenia Morejón, funcionaria de la UJC municipal, este tipo de actividad resulta casi cotidiana en Yateras.

“A las nuevas generaciones nos toca apoyar la sostenibilidad económica y social de Guantánamo, porque acá está nuestro presente y futuro”, afirma con sentido de pertenencia quien con orgullo confiesa haber ayudado hace unos días a campesinos en Niceto Pérez y en fincas asociadas de la cooperativa Luis Rustán, en el Guaso.

Cuando el reloj marca las 9 am, los rayos del sol ya laceran la piel, pero nada detiene a los militantes guantanameros, que se esfuerzan por apoyar al hombre del campo, ese que debe, muchas veces por sí solo, cargar el agua para regar los cultivos, a falta de un sistema de regadío; atender los animales y criar una familia, además en medio de muchas complejidades sociales y carencias materiales.

trabajo voluntario Guantánamo 4“La prioridad de los yateranos es la producción de alimentos”, significa Mariannis Lafita Nicot, secretaria de la UJC en Yateras.

Reinaldo Castillo Calzadilla, alumno de décimo grado en el preuniversitario Enrique Soto y dirigente estudiantil, comprende el alivio que significa para el campesinado de la zona yaterana recibir una mano amiga en el quehacer diario. Ya antes había recogido café en la Secundaria Básica.

“Esta caña que plantamos beneficiará a muchos, puede que hasta nosotros un día la probemos, hecha guarapo, azúcar o cualquier otro derivado. Por eso considero muy útil lo que hacemos e interesante, además”, asegura Castillo Calzadilla y parte de inmediato a continuar su cometido.

Además de Reinaldo, otros 10 miembros de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) están en la granja. Alexei Palacios, presidente de la organización en la provincia, explica que muchos más querían asistir pero por cuestiones de transporte y por el horario fue casi imposible.

“La FEEM está en todo, donde se le necesite allí iremos por Cuba y la Revolución, somos autónomos pero siempre que la UJC convoca damos el paso al frente; como ahora que dejamos la comodidad del hogar y estamos en Yateras aportando a la sociedad”, explica el máximo representante de los educandos del nivel medio, un muchacho de estatura pequeña, de hablar pausado, pero muy dinámico en su actuar. Por como orienta y ordena a sus coterráneos, pareciera un profesor.

¡Vamos que esto hay que terminarlo antes del medio día! –apuntó a viva voz- ¡Luego hay caldosa y vamos a merendar!

De Yateras también llegó la ayuda. Dairián Blanco Romero, maestra primaria y secretaria del Comité de Base de la UJC en el colegio Virginia Café, se desplaza por el surco como si estuviese acostumbrada a este tipo de ocupación. Y en efecto, lo está, dice que cerca de la escuela hay cooperativas donde suele ir, con sus ocho militantes, a preparar posturas de café.

“La prioridad de los yateranos es la producción de alimentos” -significa Mariannis Lafita Nicot, quien funge como secretaria de la UJC en el municipio-. “Aunque la mayoría de los siete mil miembros de la organización están en el sector educacional, cada vez crecemos más en el área productiva porque el llamado de la juventud aquí es al fomento de la agricultura y la ganadería, en las Cooperativas de Producción Agropecuaria, de Créditos y Servicios y las Unidades Básicas de Producción Cooperativa”.

Para Lafita Nicot los trabajos voluntarios como este incentivan el amor por la tierra y dinamizan el accionar de la organización política juvenil, sobre todo si van acompañados de actividades recreativas.

Al final, luego del agotador día, además del reconocimiento que se entrega como constancia del aporte realizado, queda siempre entre los protagonistas de la jornada, el vínculo, el recuerdo inolvidable de compartir y conocer gente nueva, aprender en la práctica y ¡quien niega que algunos de los que estuvieron el domingo en Yateras, se conviertan más adelante en productores de maíz o caña!

trabajo voluntario Guantánamo 5Tras concluir la jornada se reconoció a los más destacados y se entregó el carné de la UJC a nuevos miembros.