madre niño programa educa tu hijoLídice Pereira Borges, madre de Yordan, de cuatro años, dice que él desarrolla mejor las actividades que tiene que hacer solo, con más habilidad y control.

Yordan tiene cuatro años y es más independiente para hacer sus tareas desde que asiste a los encuentros con Yaimara, la maestra de preescolar del seminternado de primaria Elena Fuentes, del reparto Rubén López Sabariego, de la ciudad de Guantánamo, dos veces por semana.

 

“El pequeño desarrolla mejor las actividades que tiene que hacer solo, con más habilidad y control, una actitud más dispuesta y hasta su vocabulario se amplía, por las relaciones con otros niños y la maestra”, explica su madre Lídice Pereira Borges, ama de casa, de 23 años.

 

Considera que la buena comunicación existente entre su familia y la escuela es fundamental en esa ayuda conjunta en beneficio de Yordan, que valora de maravillosa, extendida en su caso a otros cuatro infantes, por vivir en una casa cuidadora de niños, a cargo de su madre Elaine.

 

“Nos vinculamos con las promotoras del Programa Educa a tu hijo, del círculo infantil Florecitas de la Patria, desde antes de inicio del curso escolar”, dice, mientras intercambia con una de ellas, Iraida Bell Soler, encargada de esas funciones, junto a Liliana Ventosa Mazorra, en el Consejo Popular.

 

También se regocija la abuela Ana Esther Cobián López de que su nieto David Daniel, con cinco años recién cumplidos, haya aprendido rápido cosas que antes no sabía, como los colores, por la colaboración del Programa con la madre, ama de casa, en el propio reparto.

 

La familia es el eslabón principal en la cadena que vincula a la comunidad con la escuela, en función del niño en el Educa a tu hijo, según la experiencia de más de una década en educación infantil de la mencionada promotora Iraida, quien estudia el tercer año de la licenciatura en esa especialidad.

abuela niño programa educa tu hijoLa abuela Ana Esther está satisfecha con los progresos de su nieto David Daniel.

Otras experiencias

 

“Ya sean federadas, profesores de deportes, trabajadores de Cultura… todos los factores de la comunidad aportan personal que recibe capacitación y se convierten en ejecutores de Educa a tu hijo”, respondió a una colega Dayani Tabera Fernández, promotora principal del Programa en el Consejo Popular de Jamaica, cabecera del municipio de Manuel Tames.

 

El único círculo infantil de esa localidad contaba entonces con una matrícula de 186 menores de seis años, de modo que los 450 restantes en la localidad los atendía el Programa. La entrevistada destacó a la institución como fundamental centro capacitador, para promotoras y ejecutoras de experiencia y de nueva incorporación.

 

Contó que, además de charlas con embarazadas en el Hogar Materno, realizan actividades físicas con los niños para reconocer figuras geométricas y desarrollar su lenguaje, tanto en la atención grupal, con varios pequeños y sus respectivos padres; como individual, para los que viven en zonas muy distantes o impedidos, por enfermedad, para trasladarse.

 

“No importa cuán lejos viva un niño ni cuán complicada pueda ser la situación de una familia, lo primordial es llegar a todos”, enfatiza Tabera.

 

El niño en el centro

 

“El niño es el centro del proceso educativo, en ese Programa instituido desde hace 27 años por el Ministerio de Educación, para la formación de los infantes de cero a cinco años, e incluso desde antes de nacer”, precisa la máster Lorenza Álvarez Morales, metodóloga integral para el Programa en la Dirección provincial de Educación.

 

“Es netamente educativo y social para atender a los menores de seis años que no están en círculos infantiles, por razones de capacidad, estimular el desarrollo máximo de valores humanos, potencialidades y posibilidades físicas, morales, estéticas e intelectuales desde edades tempranas de la vida”, argumenta.

 

Explica que conceptual y teóricamente nació como un instrumento científico, presentado por el Instituto Central de Ciencias Pedagógicas, y aprobado por el Ministerio de Educación; ha transitado por cuatro etapas, se amplió desde 1992, y participan hasta la base diversos organismos y organizaciones, con la coordinación de Educación.

 

La metodóloga considera pertinente definir que Educa a tu hijo es la vía educativa no institucional de la educación infantil, y la institucional los círculos infantiles y las aulas de preescolar en las escuelas primarias, pero en la educación infantil es una trilogía de relación mixta entre padres, educadores y niños.

educa tu hijo programaEn las actividades grupales participan los niños y sus padres u otros familiares, junto a las promotoras.

“Educar es cosa de tres”, se afirma, con el común objetivo de la familia y la institución de conseguir la formación integral y armónica del pequeño. “Como especialistas, tenemos en cuenta las esferas intelectual, motriz, socioafectiva, la comunicación y el lenguaje, y la estética”.

 

Álvarez Morales insiste en que se establece una doble vía de acción familia-institución, en que la primera parte del binomio se proyecta en la segunda ofreciendo información, y esta hacia aquella para conocer posibilidades y necesidades de la familia, condiciones reales de la vida del niño y la orienta para lograr en el hogar la continuidad de las tareas educativas.

 

Al presente, el Educa a tu hijo presta atención especializada a 33 mil 647 niños, incluidos, por supuesto, sus madres, padres y demás familiares, en la provincia.

 

Más de 14 mil de esos infantes, en más de mil 500 grupos de atención, pertenecen a las zonas rurales y montañosas, como contribución al Plan Turquino de desarrollo integral de las serranías, que llega, incluso, a las familias que tienen casos de pequeños encamados.

 

En el sistema educacional hay 526 maestros de educación infantil para los infantes de cinco años. Las promotoras trabajan con el resto de las edades menores, auxiliadas por más de siete mil ejecutores a quienes orientan y capacitan desde los círculos infantiles.

 

“El Programa es sostenible y llegó para quedarse”, subraya la metodóloga Álvarez Morales.

La educación infantil ante la ley

carmen sugranyesCarmen Sugranyes Ramos, fiscal protectora de menores en la provincia.

El carácter constitucional del derecho a la educación de los niños desde la primera infancia es destacado por Carmen Sugranyes Ramos, fiscal protectora de menores y presidenta provincial de la Unión de Juristas, consultada al efecto.

 

Alude a que el término primera infancia no solo es legal, sino médico, a tenor y en correspondencia con la Convención Internacional de los Derechos del Niño, que establece que niños, niñas y adolescentes se consideran desde los primeros años de vida hasta los 18 años.

 

Según consenso médico, infancia es desde cero hasta los 12 años, pero solo a partir de los 18 años es la mayoría de edad, como también reconoce el Código Civil y el Código de Familia en Cuba.

 

La Constitución aprobada establece un período para elaborar leyes específicas, que den cumplimiento efectivo a los derechos dispuestos, entre ellas, una de Educación que defina en qué edades debe ser la obligatoriedad de la educación de las niñas y niños y para qué enseñanzas.

 

“No obstante -precisa la fiscal protectora de menores-, actualmente el Ministerio de Educación cuenta con instrucciones y regulaciones que establecen la instrucción de los niños y niñas, por lo tanto, existe la obligatoriedad de madres, padres y tutores, es decir, la familia de ellos al respecto que garantizan el derecho constitucional mencionado”.

 

También habrá otras leyes relacionadas con el tema, como el Código de Familia y el Código Civil.

Constitucionalmente, los derechos educacionales se refrendan desde el artículo 73 hasta el 80, que establecen las obligaciones del Estado de garantizar los servicios gratuitos de la educación, las responsabilidades de la sociedad y la familia.

 

“Pero desde el capítulo 3 se instauran derechos y deberes de la familia en relación con el niño, que es sujeto de derecho, no objeto, y las responsabilidades relacionadas son tanto del padre como de la madre y demás parentela”, advierte Sugranyes Ramos.  

 

La jurista expone que familia y sociedad deben trabajar unidos para ese propósito, de manera que se ajusten a las leyes, normas y convenciones morales y éticas.

 

Expone que la sociedad cuenta con la sociedad civil, integrada por las organizaciones de masas y otras, que también deben contribuir a la formación integral de los infantes y adolescentes, colaborando con las familias al respecto, en un sistema preventivo.

 

“Se debe actuar en la persuasión, la llamada de atención, la información a los organismos correspondientes y demás factores, en trabajo directo con las familias que afrontan diversas situaciones económicas, de comportamiento, que inciden en que se violen los derechos del menor”.

 

Aclara que esa incidencia de la sociedad se complementa con lo establecido por el artículo 54 de la Constitución, el cual detalla el reconocimiento, respeto y garantía por el Estado del derecho de las personas a la libertad de pensamiento y de expresión, pero siempre dentro del marco de la legalidad, de lo que está establecido, aclara la especialista.

 

Ejemplifica en conexión con ello, refiriéndose al artículo 15 de la Constitución, con la definición de que el Estado cubano es laico. “Es decir, están separadas las instituciones estatales de las religiosas, es un derecho la libertad de culto y de expresión, y a la vez es una obligación de niños y padres de cumplir con la asistencia a las escuelas.

 

“De este modo, cumpliendo con la obligación antes mencionada, cada familia, según sus credos, puede a la vez darle formación a sus hijos, sin que se viole el derecho de los padres de decidir el tipo de educación religiosa, valores éticos correspondientes, a la vez que el Estado se encarga de la instrucción”.

 

Por ello, aclara que, además de las acciones preventivas de la sociedad civil, para alertar y persuadir en relación con los derechos del menor, en caso de que no haya una reacción positiva de los padres o familiares responsables legales, la violación puede constituir delito establecido en el Código Penal vigente, como otros actos contra el normal desarrollo del menor, ser puestos a disposición de los Tribunales y sancionados en correspondencia”.

 

Las sanciones establecidas al respecto son desde multa hasta un año de privación de libertad, y en caso de reincidencia, una causal de suspensión o privación de la patria potestad.

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