Dicen que lo más llamativo del General Pedro Agustín Pérez Pérez no era ni su baja estatura, ni el recio carácter, sino la costumbre de andar siempre a pie al frente de sus tropas como si fuera un soldado.

Cuentan que era de valor probado, el cual demostró primero en las escuadras españolas donde estuvo siendo un adolescente y llegó al grado de Comandante, y luego en las tropas independentistascuando maduró  en ideas políticas y patrióticas.

Pedro A. Pérez es considerado el más insigne de los patriotas guantanameros del siglo XIX, porque no creyó en ser descendiente de una de las más antiguas y acaudaladas familias del territorio para dedicar su vida a la causa libertaria, razón que durante la etapa conocida como Tregua Fecunda, le confirieron prestigio dentro de los insurrectos de la zona y lo convirtieron en  el cabecilla mambí de la comarca de Guantánamo.

Sus luchas por la causa nacional las inició tras una solicitud de Antonio Maceo a incorporarse a la Guerra Chiquita bajo el mando de Guillermo Moncada.

Se levantó en armas el 24 de febrero de 1895 en La Confianza, y con su accionar y dirección contribuyó a la búsqueda y salvación de los principales líderes que llegaron a la zona oriental: protegió a Martí y Gómez y puso, además, sus tropas a disposición de José y Antonio Maceo.

Fue el jefe de la Primera División del Primer Cuerpo del Ejército Libertador, y luego de sobrevivir a la Guerra del 95, y el primer  alcalde de la ciudad de Guantánamo en la República Neocolonial.

También, Periquito Pérez demostró su carácter anti-imperialista, hecho que afirma el General Calixto García en algunos escritos, y confirma una entrevista a Pedro publicada en el Herald de New York donde él dice: “El ejército cubano no ha estado peleando por la anexión, ni por el dominio y control de los Estados Unidos. Nuestra lucha ha sido por la independencia y el ejército cubano no se satisfará con ninguna otra cosa… creo que aún sin la intervención americana hubiéramos obligado a España a darnos la independencia, luchando años más”.

Quiso el mes de abril verlo llegar al mundo y desaparecer. Nació el día 29 en el año 1844 y falleció el 13 pero de 1914. Hoy en día, su recuerdo perpetuo nos llega a través de la historia, y lo reafirman calles, parques, escuelas y monumentos que en Guantánamo rinden eterno homenaje al General mambí que siempre andaba a pie, guiando con firmeza a su tropa.