La tierra no espera por los recursos necesarios para producir alimentos, ya sean fertilizantes o combustible para el transporte, subrayó en Maisí, José Ramón Machado, segundo secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.

Al intervenir en la Asamblea municipal de balance de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, el también vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, aclaró que ese axioma es aplicable a los insumos que ya se encuentran en el país, en la provincia o en el municipio, y llegan a destiempo a los productores.
Subrayó que aunque el Ministerio de la Agricultura tiene responsabilidades que cumplir con la entrega de insumos a la base productiva, no siempre cuenta con la solvencia para adquirirlos, lo cual entra en el rango de los llamados problemas objetivos, atribuibles a factores externos.
No obstante, precisó el dirigente partidista, si nosotros le pedimos a los campesinos dar más, hay que garantizarle sin dilación lo que necesitan, aunque sea transportándolo mediante carretas con bueyes.
Al terciar sobre el tema, el miembro del Buró Político, Marino Murillo Jorge, coincidió que en ocasiones la materia prima y las piezas permanecen en los almacenes, cuando debían estar a pie de surco, en función de las tareas agrícolas.
Llamó la atención de lo costoso que resulta que tales irregularidades ocurran en un coloso cafetalero como Maisí, ya que el país erogará 23 millones de dólares en adquirir en el exterior un grano de menor calidad al que se produce en Cuba.
Con un minuto de silencio en homenaje al comandante Hugo Rafael Chávez Frías, de cuyo deceso se cumplió ayer dos años, dio inicio la asamblea, presidida además por Denny Legrá Azahares, primer secretario del Partido en la provincia; Rafael Santiesteban Pozo, presidente nacional de la ANAP, y Julio Andrés García Pérez, viceministro primero de la Agricultura, entre otros dirigentes.
Enrique Eduardo Vázquez, uno de los 140 delegados al foro, y presidente de la Cooperativa de Créditos y Servicios Cecilio Gómez Lambert, dio las gracias, en nombre de los cooperativistas maisienses, a la Revolución, por haber traído un encanto nuevo a los campos cubanos, desde el primero de enero de 1959.