Imprimir

cuentapropista onatLa ONAT en Guantánamo atiende a más de 25 mil 600 personas naturales, de las cuales unas 12 mil 700 son trabajadores por cuenta propia. Foto: de la autora

El 29 de junio de 1995 quedó constituida, oficialmente, la Oficina Nacional de Administración Tributaria en Guantánamo, ONAT, entonces integrada por unos 70 trabajadores salidos del departamento de Ingresos de Finanzas y Precios, dedicados a la recaudación de una docena de tributos.

En ese momento, la entidad trataba mayormente con personas jurídicas y unos 2 mil trabajadores por cuenta propia -existentes como tal desde el 76-, sobre todo, carpinteros, modistas y sastres, peluqueras y transportistas.

La estirada, dice Ismael Durruthy Mengana, su actual director, no esperó por nadie. “Los contribuyentes aumentaron, y fue necesario crecer de un profesional por municipio, en solo dos años, a cuatro para atender los territorios más grandes, y al final de esa década que inauguramos a punta de lápiz y con máquinas de escribir, ya se había iniciado la informatización de la Oficina”.

Hoy, la ONAT en Guantánamo tiene casi 300 trabajadores, la mayoría graduados de nivel superior, repartidos en más de 10 departamentos a través de los cuales se hace cumplir la Ley 113 del 2012, que incrementa el alcance, las funciones y los retos de sus trabajadores, sobre todo, por las nuevas formas de empleo no estatal.

Ello también los ha obligado a crecer y superarse. “Cada ley, decreto, regulación…, campaña, implica una cuota de estudio para las autoridades tributarias, por su responsabilidad en los cambios que vive el país en tanto actualiza su modelo económico”, asegura.

Su misión fundamental, empero, es la misma de sus primeros tiempos: “la recaudación de tributos para el presupuesto estatal y la fiscalización y el control”, aunque, en algunas etapas, ejercieron la función de tesorería para el control del uso del presupuesto en las unidades subvencionadas, y luego la gestión y el cobro de la deuda resultante de la venta de equipos durante la Revolución Energética.

Una batalla en la que, por cierto,  la ONAT de conjunto con otros organismos lograron en tres años la recuperación del 90 por ciento de esa deuda pública y convertir a la provincia en una de las cinco con mejores resultados en el país.

Un después…

Pero el salto radical para esta oficina llegó con la Ley 113 del Sistema Tributario, que vino a incrementar los tributos legislados de 15 a 25, aunque actualmente no todos se implementan.

“Estamos hablando, explica Durruthy Mengana, de un cuerpo legal que incluye impuestos y contribuciones, por ejemplo, para más de 180 actividades por cuenta propia, cuyos titulares, en dependencia de su actividad económica, pueden pagar hasta cinco tributos diferentes.

En general, la Oficina guantanamera trabaja con 992 entidades, conocidas como personas jurídicas, que aportan más del 98 por ciento de su recaudación total, y más de 25 mil 600 personas naturales, de las cuales unas 12 mil 700 son trabajadores por cuenta propia.

“Ese incremento nos instó, además, a ampliar la asistencia al contribuyente y buscar mecanismos -como el buzón para las declaraciones juradas y el uso del correo para el envío de documentación y notificaciones- para hacerle a las personas más fácil el proceso de cumplir sus obligaciones tributarias”, agrega.

Panorama que, también, pone a prueba los sistemas y su capacidad para “cazar” evasores. “Hemos perfeccionado los programas informáticos que permiten detectar violaciones e intentos de burlar el fisco, incluso cuando se relacionan con otras provincias”.

Uno de los logros más importantes, en los últimos años, fue la fiscalización del ciento por ciento de las declaraciones juradas sobre las entradas personales que, solo este año, detectó más de mil 800 subdeclarantes y contribuyó al incremento de los ingresos brutos en la campaña que finalizó en abril.

Solo que para la ONAT nunca alcanza el tiempo para “cantar victoria”. “Entre los retos más urgentes, asegura su joven director, están la implementación del sistema informático, el Gesti, y la próxima entrada al escenario de nuevas cooperativas en el sector no agropecuario, que implican un crecimiento de las personas naturales y jurídicas”.

Como norte estratégico, el directivo asegura que lo más importante es lograr más disciplina de pago en los contribuyentes, y eliminar la impunidad que hasta ahora ha tenido el delito de evasión fiscal lo que, indudablemente, contribuirá a mejorar el cobro de la deuda en las personas naturales, hoy ascendente a unos 2,8 millones de pesos.

“Y todo, continúa, sin olvidarnos de la importancia de crear cultura tributaria en la población que implica, además, que se entienda la función de la ONAT como gestora del presupuesto que permite, a su vez, el sostenimiento de nuestros logros sociales, desde la salud en los hospitales, la educación, hasta la tranquilidad de nuestras calles”.