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sordos

En la Escuela 14 de Junio de Guantánamo reciben atención especializada los cinco niños y adolescentes del territorio que padecen sordoceguera, como parte del amplio programa que materializa Cuba en favor de las personas con esta doble discapacidad.

En esta institución esos alumnos disponen del equipamiento y material escolar necesario para su educación, entre ellos las máquinas para la escritura Braille, garantizadas por el Estado cubano pese a la crisis económica y las restricciones impuestas a la Isla por el bloqueo del gobierno de Estados Unidos.

Damaris Bosch Soler, directora de este plantel de Referencia Nacional, subrayó a la prensa que los escolares aquí reciben también cuidados oftalmológicos y otorrinolaringológicos, proporcionados por seis médicos y técnicos en esas ramas, además de la consulta semanal con doctos en pediatría y psiquiatría. Disponen a la par del esmero de logopedas, fisioterapeutas, psicopedagogos, e instructores de danza, artes plásticas y deportes, argumentó.

La sordoceguera –dijo- es una discapacidad multisensorial, y que la pérdida o ausencia de los sentidos del oído y la vista enfrenta al individuo a problemas de comunicación, movilidad, y lo limita en sus oportunidades de interacción intelectual, emocional y social.

Sobre el reto de la comunicación con niños afectados, señaló que siempre que en ellos exista un residuo visual o auditivo funcional la interacción maestro-discípulo debe basarse en el uso de esos canales, y cuando se trata de un sordociego total el intercambio apela al sentido táctil, cuerpo a cuerpo.

El desafío para familiares y profesores es lograr el autovalidismo del pequeño, motivándolo a través del lenguaje corporal, el sistema dactilológico o la lectura labio-facial, apoyados además de rutinas diarias agradables como masajes y juegos en el agua, que les permitan expresar necesidades, intereses y gustos.

En Cuba más de 160 niños y jóvenes con esa afección están incorporados a la enseñanza especial desde primeras edades, y varios de ellos han sido beneficiados gratuitamente con el implante coclear, el cual permite recuperar la escucha, y cuya compleja operación y rehabilitación está valorada en el mundo en decenas de miles de dólares.

Cada 27 de junio se conmemora el Día Internacional del Sordociego, por el aniversario del natalicio de la estadounidense Helen Keller (1880-1968), primera persona con esa doble discapacidad que obtuvo un título universitario, se destacó como activista, y organizó campañas a favor de la rehabilitación de sus iguales.