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BarbadosComo cada año en Guantánamo se recordó a las víctimas del atentado terrorista del 6 de octubre de 1976

Conmoción, tristeza y furia, todo esas sensaciones fundidas en gritos y lágrimas de dolor se apoderaron de los cubanos tras conocer el 6 de octubre de 1976, la noticia del vil atentado terrorista que sumergió en aguas de Barbados a una aeronave de Cubana de Aviación y truncó la vida a 73 personas llenas de sueños.

Las imágenes que inmortalizan lo ocurrido alrededor del cruel suceso habitan con dolor en la memoria histórica de un país que se niega a olvidar la ignominia, que no deja de exigir justicia y condena ese hecho que llenó de luto la nación.

Los artefactos explosivos colocados en el avión CU-455 por los compinches de Orlando Bosch y Luis Posada Carriles –este último asesino se pasea aun impune, libre y tranquilo por las calles de Miami- hicieron añicos cualquier posibilidad de futuro para 57 cubanos, 11 guyaneses y cinco coreanos.

Tres guantanameros ese día ingresaron en el martirologio de la Patria: Ramón Infante García, Juan Duany González y Martín Sánchez Suárez, los dos primeros esgrimistas integrantes del equipo juvenil de 24 miembros, quienes regresaban a casa con todas las coronas del Campeonato Centroamericano y del Caribe de Venezuela, y el tercero sobrecargo del vuelo en cuestión.

Precisamente porque olvidar este hecho no es digno de quienes aspiran a construir un camino mejor, este 6 de octubre la Escuela de Integración Deportiva (EIDE) Rafael Freyre acogió el acto con el cual el sector, en nombre de todo el pueblo de Guantánamo, como cada año recordó el triste acontecimiento y condenó el horrendo crimen.

Allí, Mariluz Leyva Lores, miembro del Buró provincial del Partido, 712 alumnos, profesores y trabajadores del plantel educacional; familiares de las víctimas del abominable crimen e invitados del Índer condenaron el atentado terrorista.

En su intervención Yaima González Hernández, integrante del Buró provincial de Unión de Jóvenes Comunistas, subrayó el compromiso de las nuevas generaciones por mantener el legado de aquellos que ya no están físicamente y agregó que “el mayor homenaje a los mártires de la Patria se realiza con la defensa de la Revolución a cualquier precio y bajo cualquier circunstancia”.

Durante el acto se exigió el fin del bloqueo económico y financiero de Estados Unidos contra Cuba, la devolución de la base naval yanqui en la bahía de Guantánamo, y el cese de las transmisiones subversivas contra la Mayor de las Antillas.