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agroecologia mexicano“Cuba es la luz en medio de la oscuridad”, aseguró el mexicano Emilio Mora. Fotos: Lázaro Balar

Qué hice mal para que me envíen a Guantánamo, se preguntó Emilio Mora, uno de los tres delegados extranjeros al V Encuentro Internacional de Agroecología, Agricultura Sostenible y Cooperativismo que sesiona en La Habana, cuando en el universo del evento le anunciaron la visita.

Confiesa que tenía en mente la imagen que vende Internet, donde Guantánamo es sinónimo de la ilegal base naval de Estados Unidos impone a la Isla, centro de torturas “en nombre del antiterrorismo”.

Quedó sorprendido –explica- al constatar otra realidad tras dos días de intercambios con los campesinos de la provincia más oriental de la Isla, a la que el imperio usurpa 117,6 kilómetros cuadrados, el 1,8 por ciento de los 6 186,2 km2 de este territorio libre y socialista en el extremo oriental cubano.

“Por lo visto en Guantánamo, puedo asegurar que Cuba es la luz en medio de la oscuridad, y me pregunto si para llegar al nivel alcanzado por ustedes se necesita una Revolución o se puede lograr otros procesos organizativos y cuáles son los requisitos esenciales para que una sociedad llegue a ser, a mi parecer, tan solidaria como la de Cuba.

“En México hay ciertos campesinos que son muy solidarios, pero a nivel de país no existe ninguna organización que los agrupe y se ocupe de representarlos, porque además de ser un país muy grande, con pocas condiciones y grandes diferencias culturales entre el norte y el sur, al estado no le interesa apoyarlos.

“Mi país es capitalista, por tanto el objetivo de la producción no es cubrir necesidades de las personas, más bien la agricultura está enfocada al lucro y la ganancia de empresas transnacionales, y en esa línea marcha el Estado, que prefiere promover paquetes tecnológicos de insumos de semillas híbridas que poner en práctica técnicas agroecológicas para lograr alimentos sanos.

Confiesa que a estas alturas tienen que luchar contra el despojo de muchos territorios donde sacan a los campesinos de las tierras y les arrebatan los medios e insumos que poseen para producir. “Y nuestro objetivo es intentar que sean sus dueños y se conviertan en líderes y promotores agroecológicos, para recuperar y defender el conocimiento que se tiene de una cultura milenaria en el campo, la cual los poderosos se empeñan en destruir.

agroecologia norteamericana“Ustedes han demostrado que se puede lograr mucho con escasos recursos, dando pequeños, pero sólidos pasos”, reconoció Sandra, de los Estados Unidos. Fotos: Lázaro Balar

“Vinimos porque sabíamos que Cuba lleva mucho tiempo trabajando con el movimiento De Campesino a Campesino y en la aplicación de la Agroecología y nos interesa saber cómo se organizan los campesinos y llevar esas experiencias a México, donde no es nada fácil producir”, aseguró.

Especial interés despertó en él “el empoderamiento de la experimentación campesina”, particularmente en la finca La Juanica, del productor Rafael Medina González, en el municipio de Manuel Tames, una verdadera muestra de cuánto se puede lograr cuando la Ciencia y la Agroecología se ponen en función de la producción, sin agredir al medio ambiente.

Hasta el extremo más oriental de la Isla, Emilio vino junto a los también jóvenes Sandra Leyva, directora de una organización sin fines de Lucro en Arkansas, Estados Unidos, dedicada a promover y apoyar a productores locales, y Saley Mahamane, responsable de una Escuela de Agroecología de Níger, país del África Occidental.

Tras recorrer cinco fincas de destacados productores, guiados por directivos de la Asociación de Agricultores Pequeños (Anap), que auspicia la cita, los delegados constataron los avances en la aplicación de prácticas agroecológicas que favorecen el cultivo de alimentos saludables y el cuidado del medio ambiente.

Al ver las experiencias de los productores Magalis Rodríguez y José Prieto, en el municipio de Guantánamo, y de Ramiro Cobas y Bartolo Matos, en el Valle de Caujerí, San Antonio del Sur, Sandra comentó:

“Lo que más me conmovió es la cultura que tiene la gente sobre la necesidad de utilizar las técnicas agroecológicas para producir alimentos saludables para uno mismo y para el medio ambiente, y que esa política sea fomentada el gobierno de conjunto con las cooperativas”, comenta y cuenta:

“En los Estados Unidos apenas empieza un poco de apoyo a pequeños agricultores y a promoverse la producción local, que es a lo que me dedico a partir de un dinero que nos entregó el gobierno, ínfimo cuando lo comparas con las inversiones en la agricultura industrial.

“La gente consume alimentos procesados industrialmente porque son más baratos pero solo en dinero, porque en realidad se pagan caros los daños que luego causan a la salud, la tierra, el agua y el aire. Debemos de encontrar una manera de hacer como en Cuba, donde se trabaja para lograr la sustentabilidad de la tierra, pero también de la vida de las personas en las comunidades.

“Estoy interesada en llevar de regreso conocimientos y experiencias como las vividas en Guantánamo, para decir es posible, porque mucha gente piensa que si no es con comida industrial no se puede alimentar al mundo, y aquí me han demostrado que no es cierto y hasta los niños aprenden a cuidar la naturaleza y producir lo que se necesita para tener una vida digna y de mayor calidad.

“En más de 50 años, ustedes han demostrado que eso se puede lograr con escasos recursos, dando pequeños pasos pero sólidos. Imagínese qué pudiéramos hacer nosotros con los recursos que tenemos disponibles, usándolos de forma cíclica y racionalmente para que no haya desperdicios ni contaminación.

“Me voy muy sorprendida de todo lo que se puede hacer con poco, y eso me da mucha motivación, optimismo y esperanza de que lo mismo se puede lograr en otros lugares del mundo, empezando en pequeñas ciudades como Arkansas”.

agroecologia nigeriano“He quedado hechizado por la manera de acoger de los cubanos y por haber conocido a este país encantador”, dijo Saley, del África Occidental. Fotos: Lázaro Balar

El representante africano, responsable de una escuela de agroecología en su país, permaneció callado la mayor parte del recorrido, que duró dos días, tenía en su contra el idioma y por tanto debía esperar a que Emilio, quien domina el francés a la perfección, hiciera apuntes y le tradujera cada detalle para entonces el realizar los suyos.

Pero la necesidad de expresar lo que sentía, lo obligó a solicitarle al compañero de viaje que le sirviera de interlocutor. “Es la primera vez que vengo a Cuba y en verdad no sabía que atesoraba tantas riquezas naturales y un pueblo tan sencillo y trabajador.

“En Níger cuando los medios de comunicación se refieren a Guantánamo de lo único que hablan de la base naval, como si tuviera en medio de un desierto, por ello no imaginaba que existiera una provincia habitada por cubanos.

“Sin embargo, me siento como en casa y estoy maravillado de conocer esta nueva realidad, luego de escuchar y ver los conocimientos y saber hacer de los campesinos, que van más allá de lo que había visto en otros lugares, los cuales servirán para enriquecer mi acervo cultural y seguir organizándonos en mi país.

“Sinceramente he quedado hechizado por la manera de acoger de los cubanos y muy agradecido por haber conocido a este país encantador”, dijo finalmente.

Luego de visitar la provincia más oriental de Cuba, los visitantes partieron a la capital del país, junto a los cuatro delegados guantanameros al evento, el cual aborda asuntos relacionados con la agroecología como base fundamental de la agricultura familiar campesina e indígena y la soberanía alimentaria; la producción, propagación y conservación de las semillas criollas; el cambio climático y medidas para disminuir su impacto en los sistemas agrícolas, entre otros temas.