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calixto garcia retrato

En la noche del martes 24 de abril de 1896, el vapor Bermudas, procedente de Filadelfia, Estados Unidos, fondeó en la ensenada de Maraví, Baracoa. Bajo el mando del mayor general Calixto García Íñiguez, trajo a Cuba 68 expedicionarios, entre quienes se contaba al general colombiano Avelino Rosas, el doctor Eusebio Hernández y el guantanamero José Nicolás Jané, ayudante del distinguido holguinero, conjuntamente con un valioso cargamento, que incluyó tres mil fusiles, dos cañones y una imprenta.

Era la tercera expedición más importante de la   Guerra Necesaria, y la nave fue conducida por el baracoano Hirán Dupotei Nicot, conocido como “El Almirante”, el práctico de mar más famoso del oriente cubano.

Tras el arribo, los expedicionarios fueron auxiliados inmediatamente por las tropas de los coroneles Félix Ruenes y Tomás Cardoso, quienes los condujeron, con su pesado equipamiento bélico,  al campamento de El Narajal, acción en que también se destacó la mambisa Leonarda Bracet, guía del grupo de Avelino Rosas, extraviado en la costa.

El día 28, después de haber recorrido 20 leguas a marcha forzada desde Guantánamo, confirmando la aseveración de que los mambises orientales constituían las fuerzas más fuertes y andariegas, arribó al campamento de El Naranjal el general Pedro Agustín Pérez, jefe de la   Primera División del Primer Cuerpo, quien fue recibido con alegría por García Íñiguez.

Tras los acordes del Himno Nacional, interpretado por la charanga local, se ordenó “Pase de Revista”, desfilando las fuerzas, y con la bandera desplegada frente al general Calixto García, y el resto de su oficialidad. Fue esta la primera ocasión en que ambos guerreros se encontraban frente a frente.

Periquito Pérez rindió un detallado informe de la situación operativa de la extensa zona bajo su jurisdicción, incluyendo el estado de la Revolución y del mando militar español, e hizo entrega oficial del mando de las tropas a Calixto García, quien decidió las medidas organizativas, y aconsejado por Pérez, el itinerario que recorrerían para llegar a Guantánamo. Ordenó a Periquito marchar al frente de la vanguardia.

La columna, compuesta por 600 combatientes, salió de El Naranjal en la mañana del 31 de marzo, en dirección a Sabanilla, sin ser hostigada en su marcha por los peninsulares, ya que la guarnición enemiga se concentró en los dispositivos del sistema defensivo de Baracoa.

En el poblado de Sabanilla descansaron esa noche, pasaron por las cuchillas de Veguita, montes de Imías, Pozanco, Yacabo Arriba, hasta llegar a Boca de Maya, en la tarde del 5 de abril, campamento del comandante Luis González Pineda. Parte de este tramo coincide con la ruta que recorrieron José Martíy Máximo Gómez.

A partir de aquí, por motivo de seguridad, ya que en Baitiquirí el enemigo había concentrado fuerzas, cambiaron el rumbo, y se dirigieron al norte, para arribar al Valle de Caujerí. Guiados por el indio Eusebio Leyva, “Lateral”, continúan las agotadoras marchas por territorio montañoso: Dos Brazos, San Andrés de Yateras, Palenque, Joturo, hasta llegar el día 14 al cafetal Dos Amigos, donde Calixto García es recibido por el general José Maceo, jefe del Primer Cuerpo, quien ofrece a los expedicionarios un suculento almuerzo, y asigna a García Íñiguez una escolta, al mando del coronel Juan de León Serrano.

Unidas las fuerzas, ambos generales marchan juntos; cruzan por Limonar de Monte Rus, La Cidra, Palizada, Marco Sánchez, Corralillo de Tiguabos, Jarahueca del Medio, y arriban, al caer la tarde del 17, a Joturo del Padre. Esa noche, iluminados por la brillante luna y las fogatas, fue la despedida que organizó la División   Guantánamo al general García.

A partir de entonces los expedicionarios de Maraví serían escoltados por los soldados de la División de Santiago de Cuba, donde fueron recibidos con la Banda de Música del capitán Rafael Inciarte Brioso, y el Himno de Bayamo, al que siguieron piezas como Por nuestra parte sin novedad, Alter the Ball is Over, y el famoso Vals Sobre las Olas, del mexicano Juventino Rosas, quien residió en Guantánamo en la propia década del siglo XIX.

Al iniciar la jornada del 18 de abril, el gallardo Calixto García se despidió de Pedro A. Pérez. El primero marchaba a Camagüey, donde asumió después el mando del Departamento Oriental y obtuvo rotundas victorias contra el colonialismo español; el segundo, regresaba a sus zonas de operaciones. Periquito, protegiendo con sus fuerzas al general holguinero, el cual no tuvo que combatir en la larga ruta que vencieron, le prestaba un inestimable servicio a la Patria; se reafirmaba como el hombre que con su accionar combativo en 1895, había salvado la Revolución.

Fuente: José Sánchez Guerra y Wifredo de J. Campos Cremé: Calixto García en Guantánamo, Editorial El Mar y la Montaña, 2005.