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fabrica conservas baracoaLa fábrica tiene capacidad para producir cerca de cuatro mil kilogramos de conservas por día, pero en la molienda de prueba apenas se alcanzaron 177 kg de puré de tomate en ocho horas de trabajo, porque la capacidad del repasador de frutas es inferior al resto del equipamiento.

Han pasado varias semanas desde que se declarara lista la Fábrica de Conservas La Primada, en el municipio de Baracoa, pero más allá de la molienda de prueba realizada ante autoridades gubernamentales de la provincia, la procesadora no ha visto pasar fruto alguno. 

 

Es día de lluvias, como casi todos en Baracoa, y José Luis Rodríguez Rodríguez trabaja en su pequeña oficina de la planta alta, a donde se llega tras superar una empinada escalera que conduce al área socioadministrativa.

No se ve por ningún lado el ajetreo esperado, ni se siente el calor de las calderas; solo golpes y la rechinante luz de la soldadura, síntoma de que aún se ajustan detalles de la construcción.

Han pasado varias semanas desde que se declarara lista la Fábrica de Conservas La Primada, en el municipio de Baracoa, pero más allá de la molienda de prueba realizada ante autoridades gubernamentales de la provincia, la procesadora no ha visto pasar fruto alguno.

Fallas ¿de origen?

De recorrido por la instalación se advierten en el techo las primeras filtraciones, tan solo una muestra de que la obra civil ha quedado a medias, incluidas las escaleras mezanine, imprescindibles para la movilidad entre ambos niveles de la fábrica.

 

 Eso, sin embargo, parece poco en relación con lo que falta en la parte industrial, a juzgar por las explicaciones de Rodríguez Rodríguez, el administrador.

 

Quizás no se da cuenta, pero habla en futuro, como los planes anunciados para una producción que aún no comienza.

 

Conoce de memoria el proceso y su costo, que según dice, asciende a 970 mil pesos (CUP). La tecnología, monto aparte, suma miles de CUC.

 

De manera que los “conserveros viejos”, como se suele llamar a los trabajadores de mayor experiencia en el sector, avizoran fallas en componentes como la peladora de cocos, cuyas finas lijas podrían utilizarse mejor en la raspadura de naranjas para el fin con que fueron adquiridas, o el molino, que tiene aperturas demasiado gruesas para desmenuzar la masa a fines de una buena cocada.

Se combinan aquí modernas maquinarias procedentes de China, Italia, Alemania y Brasil, a las que poco a poco “le cogen la vuelta” -precisan los trabajadores-, pues ningún especialista de la institución participó en la adquisición de la tecnología, a cargo de la empresa Girasol S.A, de Santiago de Cuba.

 

En ambos casos, desde la propia fábrica se perfilan soluciones, como también para el repasador de frutas, cuya capacidad es inferior al volumen de procesamiento del resto de los equipos y podría ocasionar “cuellos de botellas”. Para este último, se retoma la antigua despulpadora, que “sí da la cuenta”.

 

Faltan, además, el tanque séptico para el tratamiento de las aguas residuales y una tolva para desechos sólidos; en tanto, la Empresa de Calderas se encarga del proceso de insulación, que consiste en revestir con aislantes térmicos tuberías, tachos (equipos de cocción para grandes volúmenes de alimentos) y marmitas (utilizadas en la elaboración de salsas y otros productos de pasteurización lenta) para evitar gastos innecesarios de energía.

 

Resumidas cuentas, en diciembre de 2017 se dio por concluida una obra inacabada, franca contravención a los lineamientos 88, 89, 90 y 160 de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, dirigidos a erradicar la espontaneidad y la improvisación en las inversiones, lo que supone garantizar el aseguramiento oportuno para generar beneficios a corto plazo y priorizar la producción de alimentos bajo el principio de encadenamiento productivo.

Sabores futuros

Subordinada a la Empresa Alimentaria Guantánamo y su Unidad Empresarial de Base en la Villa primada, la Fábrica de Conservas y Cucuruchos, ubicada en la zona industrial de Mabujabo, podrá elaborar mensualmente 940 toneladas de dulces y salsas.

 

Eso significa que, a pleno funcionamiento, la industria nueva tiene un potencial de fabricación que supera a su precedente en mil kilogramos de conserva en una jornada de trabajo.

 

No obstante, antes de planificar rendimientos futuros, deben solucionarse los problemas señalados, requisito indispensable para que organismos como Salud Pública y la delegación del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente puedan emitir las cartas de puesta en marcha y, lo más importante, garantizar la materia prima, a cuentas de la Empresa Agroforestal y Coco de ese territorio.

 

Si eso se cumple, aseguran directivos y trabajadores de la unidad fabril, los baracoenses tendrán a su disposición productos de alto nivel de inocuidad y calidad, envasados y tapados en la propia entidad.