En el 56 aniversario de su toma, Baracoa hechiza con su brillo y patriotismo

baracoa liberacionFoto: Lorenzo Crespo Silveira

Su arquitectura colonial parece mantener a Baracoa estancada en el pasado. Pero muchas realidades se ha transformado en esa hermosa ciudad desde aquel 27 de diciembre de 1958, cuando hizo su entrada triunfal la Columna No 18 Antonio López Fernández, del Ejército Rebelde, dirigida por el comandante Félix Lugerio Pena Díaz y el capitán Manuel Fajardo Sotomayor como segundo jefe.

Larga era ya la historia de rebeldía de esa urbe y su pueblo, enfrentados primero los aborígenes a los colonizadores españoles, a los corsarios y luego en las diferentes etapas de las Guerras de independencia de Cuba, hasta el día en que Baracoa despertó a los primeros rayos del sol de la libertad.

Así fue como sucedió…

El despertar de la Primera en el tiempo

Para la creación de la Columna No 18 Antonio López Fernández se aplicaron las medidas orientadas por el comandante Raúl Castro Ruz. En reconocimiento a los resultados obtenidos en la Sierra Maestra por los combatientes Félix Lugerio Pena Díaz y Manuel Fajardo Sotomayor, como destacados jefes de compañía de la Columna No 6 Frank País, fueron designados para dirigir esta nueva Columna.

El comandante Pena comenzó a aplicar una estructura que se correspondiera con las exigencias de la guerra en el orden militar, político, social, y económico, teniendo en cuenta las misiones encomendadas y el extenso territorio que comprendía la zona de operaciones asignadas, la cual llegó a abarcar a los municipios de Yateras, Baracoa y el este de Guantánamo, así como las costas norte y sur de la región más oriental de la entonces provincia de Oriente.
Ante la escasez de armamentos fue necesario buscar alternativas, entonces se crearon fábricas en las que se construyeron  los primeros cañones, cientos de minas y granadas. Se hicieron y repararon decenas de kilómetros de caminos y se crearon o acondicionaron pistas de aterrizaje. Para mantener las comunicaciones se enlazaron los campamentos y jefaturas con líneas telefónicas y plantas de radio.

Con el fin de atender los heridos y enfermos se establecieron dispensarios, postas sanitarias u hospitales donde llegaron a realizarse delicadas operaciones, como amputación de miembros y otras tantas, que lograron salvar muchas vidas.

La Columna 18, creada inicialmente con solo 15 barbudos de la Sierra Maestra, con una acertada dirección, mantuvo sus filas en constante crecimiento con el alistamiento de valerosos combatientes del campo y de la ciudad. Libró más de un centenar de acciones bélicas de forma exitosa, entre ellas las resonantes victorias de Guamá y de Imías, el rechazo de la ofensiva por Casimba y la toma de varias cabeceras municipales, incluyendo la de Guantánamo.

Por orden del comandante Pena, después de la toma de Imías, varias compañías avanzaron para acercarse a Guantánamo. El primer teniente Celso Sevilla, jefe del pelotón móvil de la Columna, se ubicó con este en la loma de Glorieta, el primer teniente Fidel Martínez al frente de su pelotón, más otros dos pelotones, ocuparon la carretera que va de Glorieta a la Base Naval, tramo que fue minado para impedir la posible evacuación enemiga desde Guantánamo.

Una vez tomados los cuarteles y apostaderos rurales, y encerrada la ciudad de Baracoa en un semicerco por tierra, los rebeldes sometieron las fuerzas batistianas a constantes hostigamientos, que los obligaban a permanecer encerrados. El enemigo no podía recibir ayuda por tierra, y los pocos abastecimientos que le llegaban era por vía marítima. No obstante, por cumplir órdenes superiores, resistieron durante el mes de diciembre e hicieron algunas tentativas de ofensiva al tratar de salir de la ciudad hacia Duaba y Cabacú, pero fueron rechazados.

El descontento con la dictadura iba más allá de las filas revolucionarias hasta el ejército mismo del gobierno, tanto así que un grupo de militares de la guarnición de Baracoa decidió incorporarse al Ejército Rebelde. La operación se coordinó y al amanecer del día 27 se presentaron 13 soldados con armas y municiones, y se unieron definitivamente a la guerrilla.

En la noche del 26, sin otra alternativa, las tropas batistianas abandonaron la ciudad por la costa, dirigiéndose hacia Santiago de Cuba. Baracoa fue ocupada de inmediato el día 27, en horas de la mañana.

Baracoa ayer y hoy…

Al igual que en toda la Isla, el Primero de enero de 1959 también marcó una huella en la Primera Villa.
La explotación, necesidades e injusticias soportadas por los cubanos hasta ese momento llegaron a su fin. Cuestiones fundamentales como la propiedad de las tierras de cultivo, la educación y la salud dieron un vuelco total.

baracoa ciudadFoto: Lorenzo Crespo Silveira

La llegada de los primeros días de diciembre de 1959 trajo consigo la noticia de que el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz había firmado el primer título de propiedad de la tierra, a nombre de la baracoense Engracia Blet Paumier.

Carlos Chain, Jefe de la zona de Desarrollo Agrícola de Baracoa, llegó al bohío junto a varios miembros del Ejército Rebelde y periodistas para darle la noticia a la anciana, quien abrazaba el ejemplar del periódico Revolución, publicado el 10 de diciembre de 1959, que tenía la noticia en primera plana.

Los sectores de Educación y Salud también fueron parte de los cambios radicales que se efectuaron inmediatamente al triunfo.

La que antes estaba sumergida en la oscuridad de la ignorancia hoy presume con orgullo de su población alfabetizada, de sus miles de profesionales graduados en las diferentes esferas de la economía; de las escuelas que posee aún en los parajes más intrincados del municipio, de sus avances económicos y  en el ámbito cultural.

Para los baracoenses de hoy el acceso a los servicios de la Salud no constituye un problema. Con un hospital general y varios policlínicos y consultorios, el Sistema de Salud de la Ciudad Primada cuenta con los recursos necesarios para la atención gratuita a los lugareños y foráneos que lo necesiten.

El humanismo y la solidaridad también son características propias de la población de la Villa. Cada año cientos de profesionales del territorio parten para otras naciones necesitadas de ayuda. No solo médicos, también educadores, deportistas, ingenieros y obreros de diferentes ramas se suman a la oleada de cubanos que van por el mundo brindando su mano amiga, muchas veces arriesgando, incluso, su propia vida.

Para los baracoenses, 56 años de soberanía constituyen motivo más que suficiente para festejar los logros alcanzados y homenajear a los héroes y mártires. Convencida por siempre de su lugar en la historia, Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa se muestra orgullosa y radiante, pues como dice su escudo: “Aunque pequeña entre las ciudades de Cuba, eres, sin embargo, la Primera en el tiempo”.

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