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Categoría: Parque Nacional Alejandro de Humboldt

anillado arboles 3024288Más de 300 hectáreas del Parque Nacional Alejandro de Humboldt (PNAH), declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, han sido beneficiadas en los últimos cinco años por las acciones encaminadas a la disminución gradual de las especies exóticas invasoras de la flora y la fauna. 

Así lo afirmaron Rolando Villaverde López, especialista forestal de esa importante reserva, y el MSc. Gerardo Begué Quiala, autor de varios estudios sobre manejo y control de la fauna   invasora en el PNAH, núcleo principal de la Reserva de la Biosfera Cuchillas del Toa.

Las especies invasoras son aquellas introducidas en una región a través de las corrientes fluviales, el viento, las aves, o por el hombre; y que por su fácil adaptación al nuevo entorno en ocasiones desplazan a los especímenes endémicos, en detrimento de la biodiversidad local.

Desde fines del pasado siglo se desarrollan en esa zona, de alta biodiversidad y endemismo, tareas para mitigar las invasiones biológicas, pero ha sido en el último lustro donde se han incentivado con la participación de numerosas fuerzas, entre ellas especialistas del CITMA, de la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna y el campesinado. 

Entre las acciones desplegadas para mitigar el impacto de las especies invasoras de la flora está la erradicación o regulación de las poblaciones de aquellas plantas altamente dominantes como el ipil-ipil, marabú, eucalipto, casuarina y el tulipán africano, considerado este último, por su poder de expansión, entre las 100 especies más peligrosas del mundo, explicó Rolando Villaverde.

Como parte de las medidas de atenuación de los daños, argumentó Villaverde, las áreas invadidas también se reforestan con plantas autóctonas o representativas de cada región.

El especialista informó que en diferentes sectores del PNAH, se constata, además, la presencia de otras invasoras como el bejuco poa (cubre el vuelo superior del bosque y lo afecta severamente), la flor del zunzún (con daño de consideración a los cafetales), la guasimilla, el tibisí, pomarrosa (forma bosques de galerías) y algunas especies de cordobanes y helechos, asociadas a pinares y charrascos.

    En más de un 20 por ciento de la superficie del Humboldt ─compartida por las provincias de Guantánamo y de Holguín─ se identifica la presencia de esas invasoras, muchas de las cuales afectan no solo a la naturaleza autóctona, sino también a los espacios utilizados para el desarrollo agropecuario.

Entre los exóticos del reino animal sobresalen el perro, el gato y el puerco salvajes, la rata negra, la mangosta y el pez gato (Clarias gariepinus), única especie que hasta el momento amenaza a convertirse en una plaga, por su alta voracidad.

   Investigaciones realizadas por Gerardo Begué en la cuenca del río Hondo, en la comunidad guantanamera de Casimba Abajo, demostraron que este invasor acuático arrasó en unos pocos años con el joturo o biajaca del Guaso (endémica de Guantánamo y algunos ríos adyacentes), y con otras especies que compartían el hábitat como la biajaca común, la anguila y la rana toro.

   Como resultado de las medidas de control físico de las especies invasoras más peligrosas, entre el 2006 y el 2007 se capturaron más de 150 perros salvajes en varias localidades del Parque, fundamentalmente en La Melba, una de las  zonas más infestadas por este depredador.

   Los perros salvajes (o jíbaros) constituyen junto al gato salvaje enemigos potenciales del almiquí (Solenodon cubanus), fósil viviente en peligro crítico de extinción confinado al extremo nororiental de Cuba, desde el municipio de Mayarí (Holguín) hasta el de Baracoa (Guantánamo).

   Las acciones dirigidas a la disminución gradual de la fauna nociva invasora se centran en la colocación de trampas, ya sean Tomahawk, de izaje o de lazo.

   Mediante este procedimiento, comenta Gerardo Begué, han sido capturados numerosos ejemplares de perros y gatos salvajes y de mangosta, considerada ésta última un peligro potencial para muchas especies de la fauna doméstica y silvestre en el área, por su poder devastador y como trasmisor al hombre y los animales de la rabia, la leptospirosis y otras enfermedades.

    Tanto Begué como Villaverde coinciden en evaluar de positivos los resultados de las acciones desarrolladas en el PNAH para el control gradual de las especies invasoras de la flora y la fauna, aunque consideran que resta mucho por hacer y que la situación debe mantenerse bajo vigilancia estrecha por los especialistas, las autoridades de la zona y las comunidades.

gato salvaje capturado con trampa

mangosta apresada en cupeyal