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 Desde hace más de una semana, se trabaja para dar cauce a las aguas putrefactas de la zanja que se extiende a través de la calle 2 Este, desde la Avenida Che Guevara hasta el asentamiento de Montgomery, en la barriada de San Justo, al este de la ciudad de Guantánamo

zanja trabajosHace días, varias brigadas de Acueductos y Alcantarillados trabajan en el drenaje de la zanja y en buscar una solución paliativa que permita reestablecer el paso por esa vía. Fotos: Lorenzo Crespo Silveira

Cuentan que antes del triunfo de la Revolución, la zanja no era una zanja o por lo menos no lo era en la acepción más hedionda de la palabra, sino un canal para llevar el agua desde el río Guaso hasta las áreas de cañaverales de Cecilia, Paraguay…

No es una historia escrita, pero Silvio García Rosario, quien dice haber llegado al vecindario colindante con seis años, asegura que él y más muchachos que hoy deben rondar los setenta años, ocupaban las tardes en las límpidas aguas de lo que hoy es un canal de aguas albañales.  

Existían, explica el septuagenario, un “tranque” en el río que todavía hoy se puede ver al norte del puente de Confluentes, y un canal que traía el agua hasta aquí –y señala la zanja- donde entonces un motor enorme la impulsaba hasta las áreas de cultivo.

Luego del triunfo de la Revolución, aunque no podría precisar fechas exactas, el sistema entró en desuso, se derrumbaron las estructuras y la oquedad cambió de nivel y curso, hasta convertirse en uno de los principales problemas ambientales de la barriada de San Justoy, desde hace más de una semana, en un dolor de cabeza para decenas de trabajadores de Acueductos y Alcantarillados.

La tupición

Cuando la zanja se llenó de agua casi hasta el nivel de la colindante Avenida Che Guevara, hace casi un mes, los vecinos no se inmutaron: “Era lo normal, dice Adonis Febles Ramírez, retirado del Minint. Sobre todo en tiempos de lluvia crecía, y en menos de una semana, drenaba. Hasta ahora”.

Avisados de la situación, y con la urgencia de la presencia de larvas de mosquito Aedes aegypti en aquellas aguas, el martes 5 de enero entraron los primeros trabajadores de Acueductos y Alcantarillados.

La idea inicial, rememora Humberto Suárez Suárez, jefe de mantenimiento de la UEB de esa empresa en el municipio cabecera y responsable a pie de obra, fue desobstruir las tuberías, unas piezas de cemento de unos mil milímetros construidas en algún periodo anterior al 1959.

“El viernes siguiente, luego de cavar unos seis metros bajo el asfalto de la Avenida, encontrar la tubería en cuestión a esa profundidad y tratar de destupirla infructuosamente con un carro desobstructor de la UEB Saneamiento, determinaron que era imposible”.

zanja trabajos2Suárez Suárez asevera que la solución de la tupición es una prioridad para su empresa. “Se trabaja desde antes de las ocho de la mañana y mucho después de que se oculta el sol”, asegura y los vecinos dan fe de ello. Fotos: Lorenzo Crespo Silveira

La causa, precisa, “una gran cantidad de sedimentos que sellaron la tubería, sobre todo debido a la indisciplina de las personas, que tiran a la zanja desde animales muertos, gomas de carro hasta escombros de la construcción”.

Con los días corriendo, se decide romper unos cinco metros más arriba de la red original, y abrir una zanja que permita drenar el agua hacia un registro ubicado en el interior de la Unidad Provincial de Tránsito, y que fuera desobstruido con anterioridad.

Una retroexcavadora provista por la dirección provincial de Acueductos y Alcantarillados hizo el trabajo: una zanja de 50 metros de largo, y dos metros de profundidad y ancho por donde Suárez dice que debe colocarse una nueva pieza de drenaje.

Pero la intención primera, aclara Juan Carlos González Dalmau, subdelegado de Recursos Hidraúlicos en la provincia, es recuperar la obra original en tanto, opina, todavía es muy temprano para concluir que no puede salvarse. “Es necesario, primero, corroborar el estado de las tuberías y la naturaleza de esos sedimentos”.

De no ser posible rescatarla, advirtió, se hará un diseño que requerirá la búsqueda de la mejor solución constructiva, un estudio de topografía…, pero lo que sí está claro que el trazado seguramente debe acercarse lo más posible con el desagüe existente, de modo que la zanja nueva es solo un paliativo”.

El costo de las acciones, abunda González Dalmau, no ha sido calculado todavía, como tampoco el tiempo en que se terminará. “Todo depende, dijo, de si logramos destupir el desagüe”.  

Mientras tanto, en el área, efectivamente un carro desobstructor “tira” agua a presión al interior de la tubería, que parece reacia a dejar correr la mezcla que, negruzca y maloliente, se acumula del otro lado de la acera.

El trabajo, me había explicado Suárez Suárez, “se complejiza por la cercanía del cable de fibra óptica, sendas redes que llevan el agua a dos barriadas de San Justo y redes eléctricas de 33 mil voltios que pasan justo encima de la zanja, y por lo cual fue necesario cortar la electricidad en dos ocasiones, para evitar accidentes”.

zanja trabajos3Adonis Febles, “vecino” de la zanja, asegura que en los últimos días es insoportable la situación de los mosquitos, y que varios vecinos han sido hospitalizados a causa del dengue, enfermedad transmitida por la hembra de Aedes aegypti.

¿El final de la zanja?

La zanja, tal y como la vemos ahora, ha sido una realidad para la mayoría de los nacidos en el barrio de San Justo, uno de los más populosos e insalubresde la ciudad de Guantánamo.

Su drenaje, saneamiento y eliminación son, a la vez, planteamientos históricos en las Asambleas de Rendición de Cuentas del delegado a sus electores en todo el Consejo Popular, una parte del cual vierte sus desechos a sus aguas.

Idelizo Moya Callinet, jefe de zona de Acueductos y Alcantarillados, casi fue “recibido” en el cargo con la tupición de la zanja, a la que califica como “uno de los problemas más serios de su área –que abarca desde Villa Toa hasta la Ciudad Deportiva y desde el 4 al 18 Este.

Y tiene varios. Desde cientos de pobladores sin servicio de agua potable que tienen que ser abastecidos por medio de carros cisterna, hasta la casi total ausencia de redes de alcantarillado o drenaje pluvial, salideros, fosas, zanjas a cielo abierto…

De modo que, lo que ahora es trabajo durante todo el día y parte de la noche –vecinos y curiosos dan fe de ello-, en algún momento cercano debe ser, sino la solución definitiva, al menos un alivio para la tensa situación que impone la presencia de la zanja.

zanja trabajos4“Yo cuando chiquito me bañaba en esas aguas, que entonces eran potables e iban desde el río Guaso hasta los campos de caña de Cecilia y Paraguay”, asegura el septuagenario Silvio García.

La solución definitiva, empero, está cada vez más cerca y se incluye dentro de las acciones previstas en la Rehabilitación del Este de la Ciudad, una inversión que inició el pasado año con la importación de medios, equipos y piezas y debe comenzar su puesta en marcha en el corriente.

Una inversión que, según declaraciones de Alfredo Correa, delegado de Recursos Hidraúlicos, se hará con un crédito de la  Organización de Países Exportadores de Petróleo, debe concluirse en el año 2020 y dotará a esa zona de acueducto, alcantarillado, drenaje pluvial y planta de tratamiento para residuales.