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frank paisFrank Pais García

Esta mañana vi llorar por primera vez a Érika, una niña de 11 años de edad que está en el aula de mi hija Amanda.

Al ver las lágrimas en sus ojos color del tiempo enseguida me vino a la mente Raúl Ferrer con su poema Romance de la niña mala, y es que Érika en el aula es la menos aventajada en el aprendizaje, esas es una de las causas por la que está repitiendo 5to grado. Es la que más falta, es la que nunca o casi nunca lleva merienda al aula –la mayoría de las veces cuando llevo a mi hija a la escuela le doy el pan que preparo para traer conmigo a mi trabajo- es la que encara a los maestros cuando la regañan, la que se faja con sus compañeros cuando la provocan, la que no hace las tareas, la que llega tarde al matutino, la que usa el uniforme por lo general estrujado, la última en pagar la chequera del seminternado, la que convive en un núcleo familiar bajo la égida de una madre que no trabaja y tiene una prole de cinco infantes más.

Pero hoy lloró, lloró mucho y con rabia, pues luego de aprenderse un texto para participar en el matutino de su destacamento, le habían cedido su papel a otro pionero porque ella se había ausentado ayer, y según la maestra tenía el temor de que hoy tampoco asistiera y comprometiera la actividad.

“Yo me lo aprendí y vine, me decía entre sollozos, quería hablar, quería decir, quería contar sobre Frank País”.

Acerca de Frank País versaba el matutino al cumplirse hoy un aniversario más de su natalicio. La vi llorar a la vez que me decía la frase aprendida, la cual salía de su boca como una poesía.

Entonces le sugerí a la maestra que la dejara al menos presentar al destacamento que tendría el protagonismo en la primera jornada de la escuela, y también surgió la idea de que mañana tendría uno de los parlamentos principales del matutino, pues el destacamento continuaría con esa actividad.

Se enjugó el llanto, me hizo un guiño más parecido a una mueca, se comprometió a no faltar mañana, me dio un beso, como ya casi se ha hecho una costumbre de ella hacia mí y me susurró: “está bien, pero hoy yo quería hablar de Frank País porque él fue maestro, y estamos en la jornada del Educador, mañana, mañana puede seguro se habla de otro tema”