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Miércoles y jueves gas licuado no había.

El viernes 22 de diciembre hubo reunión y el sábado actividad festiva.

Lunes 25, feriado; al día siguiente el carro abastecedor llegó pasado el mediodía y depositó apenas 50 “balitas”, número notablemente inferior a los clientes en espera.

Una semana después del primer intento, a las 4:45 de la tarde, hora en que por fin llegó el combustible, usuarios del punto de venta ubicado en el Reparto Mártires de Granada lograron adquirir, por fin, el gas licuado de petróleo (GLP).

La situación, aunque lamentable, fue similar en los siete puntos habilitados en la ciudad de Guantánamo, debido a irregularidades en el abastecimiento y aumento de la demanda, sobre todo en los días finales del pasado año.

Se repetía así la odisea vivida de junio a septiembre de 2017, cuando la Empresa Comercializadora de Combustibles (Cupet) en la provincia, subordinada a la Unión Cubapetróleo, abrió el proceso de legalización de cilindros y contratación de nuevos usuarios.

¿Alcanza el número de envases de 10 kg disponibles para todos los beneficiarios potenciales de ese servicio? ¿Tiene Cupet las condiciones necesarias para garantizarlo a largo plazo? Fueron las principales interrogantes de la población en ese momento, y lo son, aunque autoridades de la entidad insisten en asegurar que “hay recursos suficientes para mantenerlo... presillas, mangueras, cilindros, gas y capital humano”, según entrevista publicada en Venceremos.

Sin embargo, no fue necesario esperar mucho para detectar altibajos. El pasado diciembre, en cuanto las cantidades demandadas superaron a las previstas, se afectó el aprovisionamiento de los puntos de venta, algo similar a lo sucedido en septiembre, cuando la recaudación de cilindros “ilegales” no fue la esperada, y la Empresa titubeó en relación al número a otorgar por núcleo familiar.

El vaivén, como suele suceder en estos casos, provocó malestar en la población y aumento de la tensión en los sitios de contratación; estampilla que desde entonces ha marcado el proceso, agravado por desajustes y lentitud, variaciones en los horarios de venta y límites en la contratación por día.

Un panorama de listas y colas cantadas “por la libre”, como el gas, que reaparecen a más de seis meses de iniciado el proceso.

¿Qué pasó con el cálculo de las necesidades para establecer los picos de demanda, y a partir de ese dato garantizar el abastecimiento, tanto en los días de fin de año como ahora? ¿Por qué Cupet no provee con antelación las unidades para que el proceso de venta no se demore a causa de la distribución?

A boca de punto, mientras espera, la gente habla de “falta de capacidad para cubrir las solicitudes”, “irregularidades en el suministro y la venta” y “problemas con la transportación”.

Desde Cupet, Daliesky Rancol Bueno, director comercial, aclara que la entidad sí cuenta con los medios para distribuir, solo que en los días de fin de año, ni siquiera Santiago de Cuba, que surte a Guantánamo con un millar de cilindros diariamente, tuvo capacidad para cubrir la demanda; a la par que reconoce que la comercializadora no tiene creadas las condiciones para momentos de contingencia o alzas del número de ventas.

Mientras tanto, varios puntos amanecen “secos”; a la espera del demorado proceso de distribución, cuyo horario es siempre incierto.

Sin embargo, más allá de los cuestionamientos, la Empresa puede –y debe, como haría cualquier entidad eficiente- adquirir experiencia en materia de información oportuna y fidedigna a los operarios en cada punto para que puedan explicar a la población las causas de dificultades.

Un servicio de calidad, incluye capacitación del personal para brindar un asesoramiento sobre el producto ofrecido, características, beneficios y precios; así como los horarios e interrupciones; lo que sumado a la creación de condiciones mínimas para la espera puertas afuera de las oficinas, equivale a respetar el tiempo del cliente.

Se impone, además, una revisión del sistema de distribución para evitar que esta paralice los procesos de venta o los puntos queden en opción cero, lo que tributa al aprovechamiento óptimo del horario de trabajo.

Si Cubapetróleo decidió ampliar a toda la población el acceso al gas licuado, debe asegurar que el cliente pueda comprarlo siempre que lo necesite; primero porque forma parte del acuerdo contraído con el cliente y segundo, porque garantiza confiabilidad y eficiencia.

Se impone para Cupet mejor preparación para momentos de alza en las ventas y análisis más profundos sobre el comportamiento del mercado, incluidos los picos de demanda, muchas veces previsibles. Eso, como resultado de un proceso riguroso de control sobre las ventas y entregas.